Apenas aterrizó este jueves en el aeropuerto Jorge Chávez de Lima, una banda militar esperaba a la Presidenta Michelle Bachelet para recibirla con honores. Tras recibir el saludo del canciller Ricardo Luna, la Mandataria entonó el himno peruano, un gesto que ya había realizado durante su primer Gobierno, cuando su par era Alan García.

Bachelet llegó a Perú para encabezar un gabinete binacional junto al mandatario limeño, Pedro Pablo Kuczynski, y 18 ministros de Estado, en una nueva señal de acercamiento con el país vecino.

Ya la semana pasada, los cancilleres y ministros de Defensa de ambos Gobiernos sostuvieron una reunión del mecanismo 2+2, que estuvo congelado durante años mientras se desarrolló el juicio en La Haya por la demanda marítima peruana.

Ahora, en cambio, se buscan fórmulas para trabajar en una serie de convenios de cooperación en distintas materias, como el tema migratorio.

La cercanía con Perú se da en medio de la ofensiva de Bolivia, encabezada por el Presidente Evo Morales, quien hace dos semanas acusó a Chile de ser "el Israel de Sudamérica", en el marco de la detención de nueve ciudadanos de su país en Alto Hospicio.

Este lunes, Chile presentó la memoria de su demanda por el Silala ante la Corte Internacional de Justicia, lo que endureció el tono del mandatario paceño.

Contrario a las críticas de Morales, la Cancillería ha desplegado una serie de encuentros con autoridades de los otros países vecinos. A los encuentros con Perú se suma la visita que la semana pasada realizó a Santiago el Presidente argentino, Mauricio Macri, para firmar convenios de cooperación en el área científica.

A ello, se suma la visita que la próxima semana realizará a Argentina la Presidenta Bachelet para reforzar la agenda bilateral.

La relación Buenos Aires y Lima busca, según dicen fuentes diplomáticas, reforzar una agenda común y mostrar que en la política exterior de Chile no está dedicada de manera exclusiva a la tensión con Bolivia.

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