En una esquina, en silencio y a ratos haciéndose comentarios al oído, Andrés Almeida y Juan Enrique Forch observaban cada detalle del último debate presidencial entre Alejandro Guillier y Sebastián Piñera en los estudios de TVN, en el foro organizado por la Asociación Nacional de Televisión (Anatel). Ambos fueron el núcleo duro que acompañó al abanderado del oficialismo al último enfrentamiento televisivo y lo recibieron cuando bajó del escenario, le entregaron su opinión de lo que acababa de ocurrir, y lo acompañaron a la rueda de prensa pactada antes de caminar hacia su auto y abandonar el canal.
El hijo adoptivo de Guillier y el jefe de comunicaciones del comando han sido sus principales escuderos en esta campaña. A sus 42 años el periodista e historiador se ha convertido en su asesor más estrecho, pero también en el primer nivel de contención emocional en una campaña que ha sido larga y que termina este domingo con el balotaje. Andrés Almeida Farga es director del área de estudios de la revista AméricaEconomía, pero en los últimos meses ha invertido gran parte de su tiempo en la aventura presidencial de su padre. Cada vez con más influencia, y con una voz autorizada gracias a la confianza de décadas que tiene con Guillier.
Una historia común que se inició cuando sus padres se separaron en Ecuador, que se profundizó cuando Guillier se casó con su madre María Cristina Farga y los adoptó en los hechos a él y a su hermano menor, Cristóbal.
Hasta hace unas semanas, Almeida se mantenía en la segunda línea, pero durante la campaña de la segunda vuelta ha pasado al primer plano junto al núcleo familiar. La semana pasada, mientras su padre debatía contra Sebastián Piñera en el debate radial organizado por Archi, Almeida hablaba de su historia y su familia en el matinal de TVN.
Esta semana, la última antes del balotaje, la agenda familiar se intensificó: su madre realizó una actividad en Peñalolén, y este jueves el periodista apareció junto a Guillier en el matinal de Chilevisión. "La familia hace contención psicológica" dijo Guillier en dicho programa mostrándose "bien optimista" en compañía de su hijo respecto del resultado de este domingo.
Autoexilio en Ecuador y retorno a Chile
Fue en los primeros años de la década de 1980, y siendo todavía niño, que Almeida conoció a Alejandro Guillier, entonces estudiante de un magíster en la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (Flacso), además de periodista y sociólogo. Eran vecinos en el condominio El Inca, un sector en el que residían exiliados de distintos países latinoamericanos.
Almeida y su hermano nacieron en Ecuador y tras la separación de sus padres, su mamá conoció al hoy candidato presidencial, quienes se hicieron amigos y después de un año comenzaron a pololear.
"Él nos conoció primero a nosotros que a mi mamá. Alejandro venía de estudiar en la Flacso y nos veía con mi hermano chutear una pelota, entonces, jugaba con nosotros, nos tiraba penales y ahí se fue haciendo amigo de la familia", cuenta Almeida a T13 Semanal al rememorar sus primeros contactos con el actual abanderado.
La llegada de su familia a Ecuador ocurrió después del golpe de Estado en Chile, luego que su abuelo materno fuese detenido y permaneciera en el Estadio Chile, hoy Estadio Víctor Jara. Almeida recuerda lo que ha escuchado de sus familiares sobre ese periodo y explica que "lo detuvieron, lo amenazaron y entre las amenazas hablaron de mi mamá, y cuando mis papás fueron a verlo donde estaba detenido mi abuelo le dijo a mi papá 'por favor, llévatela -de Chile-', y ahí se fueron los dos a Ecuador".
En paralelo, un desconocido Guillier, entonces, egresado de sociólogo y periodista de la Universidad Católica del Norte comenzaba a trabajar en medios de comunicación en la ciudad de Antofagasta. Pero las cosas se ponían cuesta arriba y "en Antofagasta y plena dictadura él no veía muchas oportunidades", dice hoy su hijo adoptivo.
Durante esos años Guillier estaba vinculado a las Juventudes Socialistas y "un carabinero amigo le dijo 'ten cuidado, tu situación es complicada', y entonces dijo, 'me voy'", cuenta Almeida.
Desde entonces, han pasado más de 30 años, y a Andrés y Cristóbal Almeida, se sumó el hijo menor y quinto integrante del núcleo íntimo del candidato, Alejandro Guillier Farga.
En plena mitad de la década de los ochenta y con una familia ya constituida Guillier convenció a su mujer de volver a Chile.
"Yo me vuelvo a Chile porque quiero estar en este periodo de la lucha contra la dictadura como periodista", recuerda Almeida las palabras de su padre para convencerlos, agregando que "en ese tiempo se pensaba que (Augusto) Pinochet podía caer" dice, por la efervescencia de las protestas.
El retorno, cuenta Almeida, fue para él un "choque cultural".
Recuerda que en el país se vivía un ambiente que "era duro y fue difícil", que estudió en el Manuel de Salas que ese entonces estaba intervenido, que le gustaban Los Prisioneros, The Clash y los Ramones. Mientras, Guillier retomaba su actividad profesional en Radio Chilena y la Revista Hoy, antes de aterrizar en la televisión.
Mayor protagonismo
"La derecha apostó mucho al desorden que se iba a producir post primera vuelta presidencial, y no ha sido tanto", advierte Almeida al conversar en el plano más político, agregando a T13 Semanal que "va a ganar Guillier el domingo, con un 51% o 52%, porque habrá una disputa cultural más que política, y se va a imponer una mayoría sociocultural de Chile en la elección".
Pese a que no lo reconoce de plano, el periodista e historiador se ha vuelto un consejero político cotidiano de Guillier, formulando juicios y análisis que el abanderado considera con mucha atención.
"La DC se portó súper bien y el Frente Amplio nace en oposición a la Nueva Mayoría, pero pese a eso han dado el apoyo individualmente cada uno de ellos, y entienden que también tienen mucho que perder en un gobierno de Sebastián Piñera porque pasarían a ser el vagón de cola de la política. En cambio, si gana Guillier, van a ser un elemento articulador", insiste Almeida.
El historiador se define como una persona de “izquierda moderada”. “Liberal en lo económico, como Guillier, creo que el Estado tiene que estar en la economía sin monopolizar, ese pensamiento está en los socialistas y un sector del Frente Amplio, como el Partido Liberal, también en Beatriz Sánchez", asegura.
La figura de Almeida no ha pasado desapercibida para los dirigentes de la Nueva Mayoría.
Fue en mayo de este año cuando el hijo adoptivo de Guillier tuvo dos conversaciones clave con personeros que también forman parte del círculo de confianza del candidato: Juan Enrique Forch y el jefe de gabinete del senador por Antofagasta, el PPD Enrique Soler. Ambos lo animaron a involucrarse más en la campaña presidencial.
Es más, desde el oficialismo lo sindican como parte del "comando real" del abanderado, que estaría compuesto por Soler, Forch, Harold Correa y, a veces, en línea directa con el presidenciable, Sergio Bitar.
A este grupo se le atribuye una serie de medidas, como la línea "ciudadana" de la campaña, su distancia inicial con el gobierno de la Presidenta Michelle Bachelet, y que Guillier se haya mantenido independiente y recolectara las firmas para inscribirse como abanderado, entre otras cosas.
El espacio ha generado cierto recelo en los partidos de la Nueva Mayoría y el comando formal del postulante. En este contexto, a inicios de septiembre y en la casa de Sergio Bitar se reunieron con Guillier cerca de veinte personeros de la Nueva Mayoría, entre los que estaban los ex ministros como Francisco Vidal, Carlos Maldonado, Clarisa Hardy, el ex subsecretario Patricio Tombolini, el diputado PS, Osvaldo Andrade, algunos encargados electorales y ex dirigentes del eje progresista, y el jefe de comunicaciones del comando en ese momento, Juan Andrés Lagos (PC).
A la cita también llegaron Soler, el jefe programático de la campaña, Osvaldo Rosales, y Almeida.
En el encuentro Almeida habría sostenido una discusión con Andrade, y sus opiniones no fueron bien recibidas por todos los presentes. "Había unas 20 personas que me solicitaron invitarlas para compartir criterios y como en todas las reuniones hay distintas apreciaciones sobre el rol de los partidos, la cercanía al gobierno en cada momento de la campaña, y eso se ha ido discutiendo y escuchando las distintas opiniones, y el candidato decide cómo seguir", dice Bitar a T13 Semanal bajándole el perfil a la supuesta polémica, agregando que "tanto Andrés como Cristóbal han sido una gran ayuda para Alejandro, y me alegro que estén ahí al lado de él como parte de los equipos, son positivos".
Por su parte, el hijo de Guillier admite que en el proceso ha habido "peleas", pero aclara que "en esa ocasión dije que no era conveniente estar tan pegados a Bachelet porque había que dar una señal de renovación, pero eso genera mucho anticuerpo en los políticos porque les da inseguridad, o sea, si no es un gobierno de la Nueva Mayoría, no es un gobierno 'de ellos', lo que traté de explicar es que no, que había que confluir la energía independiente y de los partidos", detalla.
Otro punto que quiso exponer es que "los liderazgos estaban un poquito antiguos, les critiqué haber bajado a la Karol Cariola, que es un liderazgo joven que va más allá del PC", insiste el consejero del abanderado.
Tras esto, afirma que "en esa reunión yo era el más joven de todos, y eso no podía ser, porque, les dije, 'parte de la amenaza del Frente Amplio era generacional', y lo interpretaron como que yo les decía que había que izquierdizarse, siendo que yo me siento más a la derecha que el Frente Amplio", lamenta.
En perspectiva, Almeida sostiene que ya han encontrado coincidencias y advierte que "estamos en la lectura correcta de la elección" y que "la noche del 19 de noviembre lo refrendó". En tanto, Bitar admite que si Guillier gana el domingo "la lógica de relación directa, la vinculación directa de Guillier con la ciudadanía, su credibilidad y confianza, será una de las razones del triunfo".