Fue en la reunión de la dirección ejecutiva de la Izquierda Autónoma del pasado viernes 6 de octubre cuando su coordinador nacional, el candidato a diputado Francisco Figueroa, pactó con sus pares una jugada que remeció al Frente Amplio e incluso desconcertó a su candidata presidencial, Beatriz Sánchez.

Figueroa propuso redactar una carta abierta a la coalición e irrumpir en el debate público a través de una conferencia de prensa en la que invitaran a sus socios a pasar a la ofensiva y abrir un debate sobre qué hacer frente a la segunda vuelta, independiente de quién sea el que sobreviva a los comicios del próximo 19 de noviembre.

La escena se materializó el martes pasado. Los principales dirigentes de la Izquierda Autónoma (IA) pidieron iniciar un "diálogo" con Alejandro Guillier y los partidos que lo apoyan fijando condiciones para "comprometerlos con reformas orientadas a garantizar aquellos derechos sociales hoy arrebatados por el mercado", según dijeron en la rueda de prensa. 

Y aunque el encargado político de la IA, Sebastián Aylwin, le informó previamente a la abanderada, la arremetedia sorprendió a Sánchez y su entorno. Cayó como un balde de agua fría, en momentos en que la abanderada busca abandonar el estancamiento que enfrenta su candidatura, según los últimos sondeos de opinión. 

La propuesta del movimiento de Figueroa apuntaba a abrir un debate que la candidata y su comando resintieron: discutir ahora la opción de confluencia en el balotaje implicaba reconocer una eventual derrota en primera vuelta, fue el primer análisis. 

Con todo, Izquierda Autónoma apuntó a cerrar cinco compromisos programáticos con el oficialismo relacionados a la universalidad del derecho a la educación y la salud, un nuevo pacto laboral, la democratización del Estado, y los derechos humanos, sexuales y reproductivos. También exigieron la participación de los movimientos sociales en las reformas de un eventual gobierno de la Nueva Mayoría, rechazando que el Frente Amplio asuma cargos. Sin embargo, en el comando de Sánchez la lectura fue otra: el problema no fueron los contenidos de la ofensiva, sino la forma. 

Los orígenes de la arremetida

La arremetida remeció a la candidata, considerando que la Izquierda Autónoma es uno de los referentes emblemáticos del Frente Amplio. Entre sus cuadros más representativos se encuentran, además de Figueroa, el sociólogo Carlos Ruiz, uno de los ideólogos del movimiento, y hasta hace un tiempo pertenecían, entre otros, el propio diputado Gabriel BoricJorge Sharp, hoy ambos en el Movimiento Autonomista tras un bullado quiebre con los primeros.

Además, la colectividad apoyó a Beatriz Sánchez en las primarias presidenciales frente a Alberto Mayol y tiene representantes en el comando y el equipo político de la periodista.

Sin embargo, al interior del movimiento se incubaba una inquietud desde hace meses. Así se puede evidenciar en las columnas de opinión que fue publicando el ex presidente FECh y también dirigente de IA, Andrés Fielbaum, quien venía advirtiendo sobre la necesidad de profundizar en las definiciones programáticas y políticas del bloque.

¿La razón? Tras las primarias, distintas situaciones venían preocupando a los integrantes del movimiento: una de ellas es la idea que empujarían ciertos sectores de Revolución Democrática (RD) y del Movimiento Autonomista (MA) y que apunta a resolver las diferencias de la coalición ante el balotaje con un plebiscito.

Ante esto, desde IA advertían que un referéndum sobre la segunda vuelta sin un debate y un compromiso político previo significaba renunciar a debatir al interior de la coalición.

A la Izquierda Autónoma le importaba poner sobre la mesa "la disputa del sentido de las reformas, a una conducción política del electorado propio y, además, a conquistar los sectores descontentos de la Concertación", dice un integrante del movimiento.

Según argumentó a T13 Semanal el propio Figueroa el eventual plebiscito sobre si apoyar o no a Alejandro Guillier "escondería una negativa a examinar críticamente las reformas del gobierno de Michelle Bachelet y el rol de quienes colaboraron con ellas, dejando al Frente Amplio vulnerable ante nuevos intentos de cooptación de la Nueva Mayoría si es que ellos pasan a segunda vuelta".

Adicionalmente, la opción del referéndum reflotó una preocupación por replicar experiencias pasadas de la izquierda chilena, donde el día después de las primeras vueltas terminó en divisiones inevitables. 

El temor por un plebiscito tenía un antecedente: el proceso de votación electrónica con que el conglomerado zanjó su programa dejó varias dudas al interior de la Izquierda Autónoma. "Omitió las definiciones políticas necesarias en la coalición", dice la misma fuente.

En paralelo, en el movimiento también inquietó la falta de una línea política de los diputados frenteamplistas ante proyectos emblemáticos del gobierno. Varios repararon en la abstención del diputado Giorgio Jackson frente al proyecto sobre Nueva Educación Pública (desmunicipalización), iniciativa en la que, por otra parte, Gabriel Boric votó en contra y el Colegio de Profesores rechazó

Impacto en la campaña de Sánchez

Pese a lo anterior, en el bloque no fue bien recibida la arremetida de IA. Es más, en la última reunión de la mesa nacional de la coalición, el presidente del Partido Igualdad, Iván Carrasco, levantó la moción de rechazar la propuesta, provocando un enfrentamiento entre él y Sebastián Aylwin, encargado político del movimiento.

Es que distintos líderes del bloque aseguraron que la ofensiva del movimiento "debilitó" la posición del Frente Amplio e incluso a su candidata presidencial, Beatriz Sánchez, sobre todo por el momento en que se produjo: a poco más de un mes de la presidencial, es decir, en la recta final de la campaña.

Adicionalmente, la propuesta de la Izquierda Autónoma encontró eco en otros actores del naciente bloque: Alberto Mayol y Pamela Jiles, ambos candidatos a diputados de lo que bautizaron como "Bancada Amplia", salieron a hacer un llamado similar. Así, plantearon discutir el tema antes de la primera vuelta y buscar un acuerdo entre todos los candidatos presidenciales de centroizquierda.

De todas formas, el llamado venía con una crítica de Mayol hacia el movimiento de Figueroa. "No es sólo este caso: hay otras conductas y declaraciones (de IA) que revelan una especie de sensación de que nosotros tenemos que aproximarnos, siendo que lo que tenemos que lograr es que se aproximen las otras fuerzas políticas a nuestras ideas y a nuestra candidata", dijo el candidato por el distrito 10, donde compite con Giorgio Jackson y el propio Figueroa. 

En medio del debate, los dirigentes del Frente Amplio confeccionaron el jueves una declaración pública tras una extensa cita. El bloque definió postergar la decisión sobre qué hacer en el balotaje para después de la primera vuelta, pero incentivando "un debate público, donde cada actor político deberá responder cuánta coincidencia o no tiene con el proyecto que le hemos venido a presentar a Chile".

"No se van a dar conversaciones con los dirigentes de la Nueva Mayoría, sino, al contrario, vamos a poner sobre la mesa las ideas y propuestas que hemos levantado hace meses y que creemos que interpelan a todos quienes se sienten parte de los sectores progresistas y de cambio en Chile", sostuvo Rodrigo Echecopar, presidente de RD y vocero de turno del Frente Amplio.

Este viernes en la tarde, la dirección ejecutiva de la Izquierda Autónoma evaluará su arremetida y el escenario en el que quedaron, con miras a la reunión del comité político de Beatriz Sánchez, que se reunirá el próximo lunes en el comando. En la instancia presidencial propondrán debatir la responsabilidad política del comando en el estancamiento de la opción de Beatriz Sánchez.

Con todo, Figueroa afirmó a T13 Semanal que les "alegra haber contribuido con algo concreto a un debate que estaba dándose en pasillos y que es fundamental abrir ahora para mantener la unidad del Frente Amplio y fortalecer el peso de nuestra candidatura presidencial".

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