Por: Roberto Carrasco

"Voy a votar a favor del proyecto del gobierno y me voy a abstener en la reforma", dijo el UDI Iván Moreira, tras una reunión con el Presidente Sebastián Piñera al mediodía de este miércoles en la sede del Ejecutivo. “Los cinco senadores díscolos nos vamos a abstener porque esa reforma constitucional no tiene ninguna viabilidad de llegar a buen término”, indicó por su parte el RN Juan Castro en Valparaíso.

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Los anuncios marcaban una buena señal para el Gobierno: de concretarse esas cinco abstenciones, la reforma constitucional opositora para el segundo retiro del 10% no alcanzaría los votos necesarios para su aprobación. En contraste, el proyecto de La Moneda podría reunir los votos para seguir su camino ahora en la Cámara de Diputados.

Estos ajustes de escenario se produjeron en una suerte de “tiempo extra” conseguido a primera hora del miércoles, luego de que se lograra modificar la decisión de la presidenta de la Cámara Alta, Adriana Muñoz, de votar la tarde de este miércoles el proyecto opositor.

Un diálogo clave en ese sentido había ocurrido la tarde del martes, en la oficina de la presidencia del Senado, en el cuarto piso de la Cámara Alta. Ahí Muñoz recibió por primera vez al ministro del Interior, Rodrigo Delgado, quien llegó junto a su par de la Segpres, Cristián Monckeberg. Aunque era una cita protocolar, la primera a tres semanas de que asumiera el nuevo jefe de gabinete, la conversación estuvo marcada por la tensión en torno al segundo retiro del 10%.

En las horas previas, Muñoz ya había anunciado que en la sesión de este miércoles sólo pondría en tabla para votación la reforma constitucional aprobada por la Cámara de Diputados, que ha sido impulsada por la oposición y cuestionada ante el Tribunal Constitucional. Y no el proyecto de ley presentado por el Ejecutivo, que tras varios cambios sólo se diferencia de la iniciativa original en que permite el cobro de impuestos a quienes efectúen el retiro y tengan rentas altas.

En ese contexto, Delgado y Monckeberg plantearon a Muñoz la necesidad de que ambos proyectos fueran votados el mismo día. Argumentos hubo varios, partiendo porque la iniciativa de La Moneda está con urgencia de discusión inmediata, a diferencia de la reforma opositora. Sin embargo, según quienes conocieron la conversación, hubo también un argumento ajeno a las lógicas legislativas: la situación de seguridad y posibles incidentes en “la calle”.

Así, ambos ministros plantearon a la titular del Senado el hecho de que si este miércoles se llegaba a rechazar la reforma de la oposición, se corría el riesgo de que se entendiera que la Cámara Alta rechazaba el segundo retiro del 10%, lo que podría provocar riesgos en el ámbito de la seguridad pública. El planteamiento apuntó a que los titulares de prensa y los mensajes en redes sociales reducirían el mensaje al traspié del proyecto y que el hecho de que al día siguiente se votara una propuesta del Gobierno quedaría en segundo plano.

Según dicen en el Congreso, algunos senadores opositores también estaban incómodos con ese escenario y la decisión de la presidencia de la Corporación de separar ambas votaciones. Incluso, parlamentarios como Jorge Pizarro y Carolina Goic (ambos DC) y el PS Juan Pablo Letelier ya habían dado señales de que respaldarían el proyecto de La Moneda en caso de que se rechazara el de la oposición, reforzando el mensaje de habría 10% “sí o sí”. “El costo de que se rechace el 10% no lo asumirá la oposición”, dijo incluso la senadora Ximena Rincón.

Finalmente, en la reunión de comités de senadores la mañana de este miércoles, se acordó que el jueves se votarían ambos proyectos. Espacio adicional que La Moneda aprovechó para amarrar votos oficialistas hasta ese momento en duda.

La jornada clave, de todas maneras, será este jueves, cuando ambos proyectos se voten en la sala del Senado.  

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