El viernes cerca de las 9 de la noche los partidos políticos que participan en las conversaciones para impulsar un nuevo proceso constituyente estuvieron muy cerca de firmar un acuerdo. Quizás fue la ocasión en que las posiciones políticas han estado más cerca desde el triunfo del Rechazo en el plebiscito constitucional del 4 de septiembre, pero de todos modos no ocurrió la firma.
A tres meses del plebiscito y con largas jornadas de diálogo, desde el Partido Comunista (PC) hasta la UDI han presentado diversas propuestas a la mesa de diálogo, las que han sido ajustadas, modificadas, pero que aún no logran consenso.
Recordemos que en estos tres meses los partidos lograron acordar doce puntos que serán los “bordes” de la nueva Constitución, es decir, los límites dentro de los que podrá trabajar el nuevo órgano constituyente. Entre estos destacan que los pueblos originarios son parte de la “nación chilena”, se reconoce a Chile como un Estado “social y democrático”, y destaca la exclusividad del Poder Ejecutivo para hacerse cargo del gasto fiscal.
También hubo un acuerdo para que un “árbitro” vigile que estos puntos se cumplan. Ellos serán un “comité técnico” compuesto por 14 abogadas y abogados, de forma paritaria. Estos especialistas serán nombrados por el Congreso y estarán a cargo de “resguardar la neutralidad y el respeto de las bases institucionales del proceso constituyente”, dijo en su momento el presidente del Senado Álvaro Elizalde (Partido Socialista), quien dirige estas conversaciones.
Hoy, la diferencia sigue estando en el mecanismo para elegir al órgano que escriba una nueva Constitución.
Posiciones de Chile Vamos
Los partidos de oposición, Renovación Nacional (RN), la UDI y Evópoli presentaron una propuesta inicial de un órgano cien por ciento electo, con 50 integrantes, similar al Senado. El objetivo era que su representación en el nuevo órgano fuese, efectivamente, similar a la cámara alta, pero esta primera posición no tuvo respaldo en los partidos del oficialismo.
Con el correr de los días, y las negociaciones con el Socialismo Democrático y Apruebo Dignidad, Chile Vamos presentó una nueva propuesta de un órgano más grande, como esperaban los partidos de gobierno, pero mixto, es decir, con 50 representantes electos por la ciudadanía, y otros 50 expertos designados por el Congreso.
El rol de Amarillos por Chile
El movimiento político que nació precisamente para hacer campaña por el Rechazo en el último plebiscito constitucional y que está integrado por exfiguras de partidos de centroizquierda, tomó la propuesta de Chile Vamos y la modificó de cierta forma que aumentaba el número de representantes electos democráticamente, pero mantenía la fórmula de un órgano mixto.
Amarillos propuso una convención con 50 integrantes electos y 25 designados, lo que fue acogido por los partidos de Chile Vamos.
Oficialismo lucha por un órgano cien por ciento electo
Los partidos de gobierno, y el propio Presidente, Gabriel Boric, han dicho que para que el proceso tenga “legitimidad” es importante que la nueva Constitución la redacte un órgano cien por ciento electo.
Su propuesta inicial consistía en una convención de aproximadamente cien integrantes, todos electos, pero esto no tuvo respaldo en la oposición. Incluso algunos sectores del gobierno, particularmente el Socialismo Democrático, se abrió a discutir un órgano mixto.
El propio Presidente Boric, que ha insistido por llegar a un acuerdo pronto, dijo que un “acuerdo imperfecto” era mejor que no tener acuerdo, y la Democracia Cristiana (DC), que ha estado junto al gobierno en las negociaciones presentó una propuesta en este sentido: Un órgano con 70 ciudadanos electos y 36 designados, pero no logró respaldo en el propio oficialismo.
En el oficialismo han dicho que están de acuerdo con la participación de expertos en el proceso, pero enfatizan que las personas que sean designadas por el Congreso no pueden tener voto en el órgano constituyente, como sí los tendrían los electos por la ciudadanía.
Esperan que los expertos trabajen en un anteproyecto, o que incluso sean parte del proceso de armonización, al final de la discusión y en el cierre del texto. De hecho, esta fue la última propuesta que presentó el sector y estuvo cerca de cerrar el viernes.
La idea era que 70 fueran los representantes electos por la ciudadanía y otros 30 expertos designados por el Congreso que no tendrían voto en la convención, pero sí trabajarían en un anteproyecto y el cierre del texto. Finalmente esto no se cerró pese a que Chile Vamos habría accedido, dijeron en el oficialismo, por la negativa de Amarillos.
Posibilidad de un plebiscito de entrada
Antes de aquella última reunión, e incluso después, desde el oficialismo dijeron que si no lograban un entendimiento, no descartaban proponer un nuevo plebiscito de entrada para consultarle a la ciudadanía si quería una nueva Constitución, y qué mecanismo quería que la redactara. Tal como ocurrió en el plebiscito de octubre de 2020.
“No queremos personas designadas con derecho a voto. Si la derecha no accede a una de estas tres fórmulas, tendremos que ir a un plebiscito de entrada para definir el mecanismo. Si no acceden a esto, le temen a la democracia y le temen a las elecciones”, dijo el viernes la presidenta del Partido Socialista, Paulina Vodanovic.