La encuesta Adimark de enero fue bien recibida por Alejandro Guillier y quienes respaldan su candidatura presidencial: por primera vez en este sondeo, el senador superaba en preferencias a Sebastián Pïñera para ser el próximo Mandatario.

Si bien el punto de ventaja de Guillier -28% contra 27%- estaba dentro del margen de error del sondeo, el resultado venía a consolidar una curva ascendente del ex rostro de TV, quien desde agosto del año pasado había crecido 23 puntos porcentuales en la pregunta “¿quién preferiría ud. que fuera el próximo Presidente de Chile?”.

Sin embargo, la encuesta Adimark de febrero –cuyos resultados fueron atrasados una semana por la consultora- volvió a situar al ex Presidente en el primer lugar, por sobre Guillier. En un mes, Piñera creció dos puntos (29%) y el senador cayó tres (25%).

En la misma encuesta, el respaldo a la gestión de la Presidenta Bachelet cayó cuatro puntos (llegó a 23%), lo que se atribuyó al manejo del gobierno en la emergencia de los incendios forestales que afectaron al país.

Destinos cruzados

¿Existe relación entre las caídas en la aprobación del gobierno y de Guillier? Según expuso en esa ocasión la propia consultora, los cambios en los resultados de la carrera presidencial “probablemente se correlacionan con lo observado en la evaluación de la gestión del gobierno”.

Guillier está sufriendo la condición de ser el candidato de continuidad de un gobierno que tiene menos de un 20 % de apoyo
Gonzalo Cordero

Para nadie es un misterio que el respaldo de los candidatos oficialistas puede verse afectado por la evaluación de las administraciones de turno o de las coaliciones que lo respaldan. En este caso, el gobierno tiene solo un 18% de apoyo a su labor, un 32% se identifica con la actual administración (un 40% se declara de oposición) y un 76% desaprueba la labor de la Nueva Mayoría.

En este contexto, las recientes críticas de Alejandro Guillier al gobierno buscan imponer cierta distancia, para evitar que los destinos del candidato y del oficialismo estén tan entrelazados.

“Yo creo que la Presidenta hizo su esfuerzo por cumplir el programa, pero miró a Chile desde arriba”, fue parte del crudo diagnóstico lanzado por Guillier la noche del martes en Valparaíso. Además sostuvo que el país se estaba "quedando atrás", que "está paralizado, perdió la confianza", en una postura distinta a la que planteaba en diciembre, cuando sostenía en televisión que "el próximo programa de gobierno debe ser una continuidad del actual".

Dichos que marcaron buena parte de la jornada de este miércoles y que se transformaron en la cuarta vez que el abanderado radical cuestiona al gobierno desde las elecciones municipales.

"Alejandro Guillier está sufriendo la condición de ser el candidato de continuidad de un gobierno que tiene menos de un 20 % de apoyo. Su posición es muy difícil, porque si apela a la proyección, pierde, y la opción de cambio la representa Piñera. Hasta ahora no ha encontrado la solución, ha estado vacilante y más bien contradictorio respecto del gobierno: lo critica, luego se corrige, luego lo vuelve a criticar y sospecho que se va a volver a corregir”, sostiene el abogado y panelista político de Tele13 Radio Gonzalo Cordero

Se agrega también la amenaza que está planteando el Frente Amplio a la izquierda de la Nueva Mayoría
Max Colodro

El factor Frente Amplio

El sociólogo y también panelista de Tele13 Radio Max Colodro considera que, además de que lo que afecta al gobierno le salpica a Guillier, “se agrega también la amenaza que está planteando el Frente Amplio a la izquierda de la Nueva Mayoría”, en alusión a la fuga de votos que puede significar para el oficialismo la articulación de esta nueva fuerza política de centroizquierda, que busca competir en las parlamentarias y la presidencial.

El grupo -liderado por figuras como Giorgio Jackson y Gabriel Boric- busca hoy un candidato presidencial, y se caracteriza por un discurso crítico a la actual administración y apunta a ganar terreno entre los más jóvenes.

Según una encuesta realizada por Feedback entre noviembre y diciembre del año pasado, que consultó sólo a personas de entre 18 y 29 años de edad, en una eventual segunda vuelta frenta a Piñera, el senador por Antofagasta tiene mejor rendimiento y mayor convocatoria que Ricardo Lagos, en el mismo grupo etario que la carta oficialista saldrá a disputar con el Frente Amplio.

El continuismo

En la oposición hace tiempo ya que tomaron nota de que asociar a Guillier con la Nueva Mayoría puede traer réditos a la candidatura de Piñera. De hecho, apenas fue proclamado por el Partido Radical y en su discurso criticó al ex Presidente, la reacción de Chile Vamos fue clara: apuntó al senador como el “continuista” de la actual administración.

“Para Guillier, el Gobierno es el elefante en su cristalería", añade Gonzalo Cordero.

En este sentido, es natural que busque tomar cierta distancia del gobierno, sostiene a su vez Gonzalo Müller, profesor de la Facultad de Gobierno de la UDD: “Guillier ya tomó nota del alto costo electoral de verse como el continuador de este gobierno de la Nueva Mayoría”.

Guillier ya tomó nota del alto costo electoral de verse como el continuador de este gobierno de la Nueva Mayoría
Gonzalo Müller

Las críticas del senador no pasaron inadvertidas. En el Congreso, la recién proclamada candidata presidencial de la DC, senadora Carolina Goic, cuestionó a su par de Antofagasta apuntando a la lealtad: “La autocrítica es sana, es necesaria, así como también la lealtad en términos de los proyectos que uno ha sustentado y en los que hemos trabajado”.

Los dichos de Guillier se dan en un contexto en que los partidos del oficialismo no han logrado resolver cómo enfrentarán las elecciones parlamentarias: si en conjunto, como pretende buena parte de la Nueva Mayoría, o en listas separadas, como exige un sector mayoritario en la DC.

Además, vienen a sumar más tensión en un conglomerado que se ve amenazado electoralmente por el interés del Frente Amplio por convertirse en el principal referente de la centroizquierda chilena y por el rechazo que genera en parte de las filas oficialistas el acercamiento entre el Partido Comunista y el PRO de Marco Enríquez-Ominami.

En este contexto, ayer en la tarde Guillier apostó a descomprimir el ambiente, asegurando que “nunca me he desmarcado del gobierno, nunca he votado en contra de ningún proyecto del gobierno, pero tengo que ser autocrítico: los profesores no están contentos, lo estudiantes no se sienten parte y eso es una realidad que sería absurdo negar”.

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