Dos jornadas se tomó la Sala del Senado para votar el proyecto que establece medidas tributarias que forman parte del plan de emergencia para la reactivación económica y del empleo, que pese a ser parte del acuerdo entre la oposición y el Gobierno generó gran resistencia entre los parlamentarios de la oposición, por lo que pese a tener discusión inmediata por su urgencia ya lleva 41 días de tramitación, y que finalmente pasó a Comisión Mixta, invocando el artículo 70 de la Constitución.

Por 24 votos en contra, 16 a favor y la abstención del presidente de la Comisión de Hacienda, Jorge Pizarro (DC), se rechazó la iniciativa que establece cuatro medidas para cumplir su objetivo: la rebaja a la mitad el Impuesto de Primera Categoría del Régimen Pro Pyme para los años 2020, 2021 y 2022; la devolución de crédito fiscal IVA acumulado para las PYME; la ampliación la depreciación instantánea de 100% hasta el 31 de diciembre de 2022; y la destinación de recursos fiscales para la contribución regional de 1%, para proyectos iniciados hasta el 2021.

Pero pese a que unos y otros coincidieron mayoritariamente en que gran parte de la iniciativa refleja el citado acuerdo –el 95% según el senador Ricardo Lagos Weber (PPD), la principal discordancia de la oposición estuvo centrada en el artículo tercero incorporando régimen de amortización instantánea respecto de ciertos activos intangible, pues estiman que favorece en mayor nivel a las grandes empresas y no a las PYME.

De ahí que junto con pedir votación separada del artículo en discordia, los parlamentarios opositores e, incluso, el RN Juan Castro, rechazaron en general y particular para forzar una Comisión Mixta que resuelva esta diferencia con la propuesta del Ejecutivo, pese a los reiterados llamados del ministro de Hacienda Ignacio Briones a respetar el acuerdo que dio origen al proyecto y lo propio hicieron con dureza los representantes del oficialismo.

Entre ellos, el exministro Claudio Alvarado (UDI), quien visiblemente molesto con el resultado de la jornada lo lamentó, porque "la política gana confianza cuando las palabras empeñadas se respetan y la política se desprestigia cuando no se honran los acuerdos". Ello, en un debate eminentemente político que poco o nada añadió de técnica a lo que ya se venía realizando públicamente.

Mientras el oficialismo valoró el proyecto haciendo hincapié en que nunca fue destinado particularmente a las PYME, sino a todas las empresas y que busca, entre otras cosas, generar estímulos para que las grandes inviertan ahora. Por su parte, la oposición insistió en pedir al Gobierno que le quite la discusión inmediata para conversar y acordar medidas directas a la PYME.

Tras la votación, el ministro Ignacio Briones lamentó el resultado, advirtiendo que es una "señal tremendamente dañina", ya que constituye la "notificación concreta de la disposición de deshonrar los compromisos", lo que obstaculiza el debate y lo polariza.

Pese a insistir que el proyecto refleja el acuerdo, reconoció que la amortización instantánea no lo estaba, pero argumentó que fue debatido y aprobado, al igual que otras medidas que tampoco estaban en la iniciativa original, sin detallar cuáles son estas últimas.

Por último, Briones invitó a retomar las confianzas para avanzar juntos, el gobierno y la oposición, en beneficio del país.

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