Marco Enríquez-Ominami condenó la denuncia contra Alberto Fernández por violencia de género realizada por la ex primera dama Fabiola Yáñez.

El ex candidato presidencial y el ex presidente de Argentina se conocen hace años, ya que ambos participan del Grupo de Puebla, un foro fundado por representantes de izquierda. Incluso, MEO declaró en diversas entrevistas que mantiene una amistad con Fernández.

“Repudio todo acto de violencia a la mujer, es inaceptable. La denuncia de Fabiola Yáñez contra Alberto Fernández es grave y dolorosa, los conozco a ambos”, escribió Marco Enríquez-Ominami.

Asimismo, solicitó “que la justicia hable y actúe con celeridad”.

La denuncia contra Alberto Fernández

Fue el pasado 6 de agosto cuando se dio a conocer que la ex primera dama Fabiola Yáñez denunció a Alberto Fernández por violencia de género.

El mismo día, el ex mandatario negó las acusaciones en su contra y aseguró que no iba a realizar declaraciones mediáticas. “Aportaré ante la justicia las pruebas y testimonios que dejarán en evidencia lo que realmente ocurrió”, afirmó.

Medios argentinos accedieron a parte de la denuncia contra Fernández, donde se pueden ver mensajes entre la ex pareja y registros donde Yáñez aparece con moretones en el brazo y su cara.

Mediante una entrevista, Fabiola Yáñez declaró que el ex mandatario, "estuvo durante dos meses amenazándome día por medio con que si yo hacía esto, si hacía lo otro, se iba a suicidar".

"Hoy no podía salir de mi casa, pusieron inhibidores para que yo no pudiera salir de mi casa. Inhibidores que hacían que el auto se apagara", relató y solicitó que la justicia lo investigue.

"Yo he cuidado a este hombre de tantas cosas. Esos videos que aparecieron el otro día son poca cosa al lado de lo que hizo", dijo Yáñez sobre un video que se hizo público días atrás en el que se escucha la voz supuestamente de Fernández, cuya imagen no se ve, mientras bromea con una joven periodista de espectáculos que bebe y ríe en el despacho presidencial.

Yáñez también aseguró que sufrió "acoso telefónico y terrorismo psicológico" de parte del exmandatario y que no recibió ayuda pese a que "muchas personas" sabían de la supuesta situación de violencia en la pareja mientras ambos convivían en la residencia presidencial de Buenos Aires.

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