El próximo lunes, la comisión de Salud de la Cámara de Diputados votará el proyecto para modificar la Ley 20.000, permitiendo la despenalización del autocultivo privado de marihuana y el uso medicinal de la cannabis.
La iniciativa había sido aprobada el año pasado por dicha comisión, autorizando el porte de 10 gramos de cannabis y el autocultivo personal de 6 plantas, tras lo cual pasó a votación en sala.
Fue en esa instancia que el Ejecutivo introdujo indicaciones que modificaron drásticamente lo aprobado: de 10 a 2 gramos en el primer caso y de 6 a una planta en el segundo. Si bien la Sala aprobó en general la idea de legislar, la iniciativa regresó a la comisión de Salud para revisar las nuevas indicaciones.
Ahora, en la antesala de que el próximo lunes la comisión se pronuncie, este martes -día en que vencía el plazo para presentar nuevas indicaciones-, un grupo de diputados de la Nueva Mayoría inició una ofensiva que sorprendió a varios de sus pares oficialistas y que busca modificar uno de los "puntales" de la iniciativa.
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Los diputados DC Gabriel Silber y Sergio Espejo, juntos a los PPD Miguel Ángel Alvarado y Daniel Farcas presentaron un conjunto de indicaciones que busca derechamente prohibir el autocultivo en los hogares, y centralizar la entrega de cannabis a las personas por medio de "proveedores".
La iniciativa, según señalan, se basa en su convicción de los "daños" que la marihuana provoca principalmente en menores de edad y en la "imposibilidad" de que la autoridad pueda fiscalizar el número de plantas en los hogares.
"Nosotros pensamos que el autocultivo es una medida absolutamente permisiva, que no puede ser controlada, pero sí puede ser que existan licencias autorizadas de laboratorios o distintas instituciones en que exista un registro de consumidores", explicó Alvarado a T13.cl.
El diputado, también médico oncólogo, viajó hace poco a Uruguay a recoger la experiencia de dicho país, y propone un modelo similar, en que se otorgue a ciertos a establecimientos -como farmacias- una Licencia de Producción y Comercialización de Cannabis.
La idea es que dichos centros cuenten con un registro confidencial que especifique el nombre, profesión, y otros antecedentes del comprador. El consumidor, en primer término, podría acceder a 10 gramos semanales, es decir, 40 al mes de marihuana.
"El consumo de cannabis en escolares en Chile ha alcanzado niveles desproporcionados y tenemos que dar una señal de límites. Si vamos a regular este tema tiene que ser por la vía de determinar lugares controlados en los que se pueda acceder, para mayores de edad, evitando el acceso a menores y, al mismo tiempo, en el caso del consumo terapéutico, garantizando que éste se produzca previa autorización del Instituto de Salud Publica", explicó por su parte Espejo.
El diputado Farcas, en tanto apuntó a que "en ningún caso este autocultivo puede darse en las casas, donde podrían tener acceso menores de edad. La idea es permitirlo en lugares específicos, donde haya una fiscalización para su producción, venta, y que tenga un impuesto para terminar con el narcotráfico. Cultivarlo en casas nos parece de una irresponsabilidad francamente inadmisible".
A diferencia de Farcas, el diputado Silber propone que la entrega sea a través de "clubes cannábicos" sin fines de lucro, "que podamos fiscalizar por parte de la autoridad pública, para controlar que menores de edad no accedan a la marihuana y no terminemos en manos de algunos grupos de narcotraficantes que puedan, en viviendas particulares, abusar de una legislación. No estamos con contra del autocultivo, pero queremos que vaya de la mano de una regulación", explicó el vicepresidente de la Cámara de Diputados.
Divisiones oficialistas
La ofensiva de los diputados de la Nueva Mayoría fue cuestionada por el presidente de la comisión de Salud, el diputado DC Víctor Torres, quien criticó que se busque hacer un modelo de "negocios" con la cannabis.
"Ya estando aprobado en general por la Sala, hay diputados que están estableciendo una modalidad que, a nuestro juicio, no tiene nada que ver con las ideas matrices o con lo sustantivo", dijo Torres, quien agregó que "nuestro proyecto de ley prohíbe la comercialización, no queremos que ocurra lo mismo que con cigarrillos o el alcohol, que termina siendo un negocio. Por lo tanto, creemos que la modalidad de autocultivo es mucho mejor que ésta de generar un nuevo negocio como están planteando algunos parlamentarios. Esperamos que estas indicaciones se rechacen y no se siga distorsionando el sentido original", dijo Torres a T13.cl.
El debate en torno a la despenalización del autocultivo ha provocado diferencias no sólo al interior de la Nueva Mayoría, sino que también en el Ejecutivo. El director del Senda, Mariano Montenegro, ha sido una de las voces críticas en esta discusión.
En enero pasado, señaló a revista Qué Pasa "no hay nada más capitalista que proteger el derecho a la libertad de consumo y eso calza muy bien en los liberales de derecha. Acá ha habido una confusión, porque estar a favor de la libertad de consumo de algo que hace mal, es raro. Y eso me produce una disonancia muy importante. Estoy super a favor de prohibir el hilo curado y los fuegos artificiales. Entonces, esto está en la misma lógica. Una lógica protectora. Además, esto de las libertades es sólo para la elite. Porque en el fondo, esta libertad de consumo es una posición de gente tan abastecida, que quiere que el Estado le esté diciendo lo correcto y lo incorrecto".