Este jueves 16 de diciembre se confirmó la muerte de Lucía Hiriart, la viuda de Agusto Pinochet, a los 99 años.
Su última aparición pública fue el martes 24 de noviembre de 2015. Ese día la "Fundación Presidente Pinochet" y simpatizantes, habían organizado una ceremonia para conmemorar el centenario del nacimiento del ex general, quien encabezó la dictadura que se extendió entre el 11 de septiembre de 1973 y el 11 de marzo de 1990.
Lucía Hiriart se veía contenta en medio de unas 400 personas que se congregaron en la capilla de la hacienda de Los Boldos, en Bucalemu, donde yacen las cenizas de Pinochet, quien falleció el 10 de diciembre de 2006.
"Es muy emocionante que toda esta gente esté presente. Me hace pensar que aún quedan chilenos que son fieles, leales, y que es necesario que Dios ayude a nuestra patria”, fueron sus declaraciones.
La hija de un ex senador radical que se convirtió en primera dama del régimen
Lucía Hiriart nació en Antofagasta el 10 de diciembre de 1922. Hija del ex senador radical Osvaldo Hiriart Corvalán y de Lucía Rodríguez Auda, creció en medio de los privilegios de una familia acomodada de inicios del siglo XX.
Cuando tenía 10 años, su familia se trasladó a San Bernardo, lugar donde Lucía Hirart realizó sus estudios e incluso llegó a ser electa reina de un concurso de belleza. La joven tenía 16 años cuando conoció a Augusto Pinochet, en ese entonces un militar sencillo de 23 años. En 1943 contrajeron matrimonio.
Con el paso de los años Augusto Pinochet fue ascendiendo en la carrera militar. En 1970, fue nombrado comandante en jefe de la guarnición de Santiago, cargo donde fue estrechando lazos con el comandante en jefe del Ejército, Carlos Prats. En enero de 1972 Pinochet es ascendido como jefe del Estado Mayor del Ejército y en agosto de 1973, tras el episodio conocido como el "tanquetazo", es el propio Prats quien le propone al entonces Presidente Salvador Allende que nombre a Pinochet como comandante en jefe.
Lucía Hiriart habría tenido un rol clave en la decisión de Pinochet de sumarse al Golpe de Estado que se concretaría contra Allende el 11 de septiembre de 1973. Así lo deja entrever el propio ex militar en sus memorias.
“Una noche, mi mujer me llevó a la habitación donde dormían mis nietos y me dijo: 'Ellos serán esclavos porque no has sido capaz de tomar una decisión’”, señala en su libro "Camino Recorrido: memorias de un soldado".
CEMA Chile, el bastión femenino de Lucía Hiriart
En su rol de primera dama, Hiriart refundó una serie de organizaciones, entre ellas CEMA Chile, hasta entonces una red de centros de madres destinada a instruir a mujeres de bajos recursos.
La institución se convirtió en una suerte de poder paralelo encabezado por la primera dama, donde las esposas de militares no tenían otra opción que participar. CEMA llegó a tener más de un millón de socias en todo Chile.
Mucho antes del plebiscito, Hirart tomó medidas para mantenerse al mando de CEMA incluso si su marido dejaba el poder. En concreto, CEMA pasaría a ser liderado ya no por la primera dama, sino que por la esposa del comandante en jefe del Ejército. En 1997 la corporación tuvo un nuevo cambio en sus estatutos, donde se consignó que sería dirigida por la esposa de un oficial del Ejército o de un civil.
Hasta 2016, la corporación de derecho privado siguía en manos de la viuda de Pinochet. Ese año, CEMA comenzó un proceso gradual de disolución, en medio de la indagatoria por malversación de caudales públicos que enfrenta, y que desde entonces ha provocado millonarios embargos y la expropiación de las más de 130 propiedades que le fueron entregadas durante la dictadura.
Uno de los casos más bullados, la plaza de armas de Paine, que como reveló T13 ese año, fue cedida a la corporación “para el cumplimiento de sus fines propios”.
El 14 de diciembre de 2016 Hiriart fue interrogada por esta causa, donde se le investiga por presunta apropiación indebida. En esa ocasión, aseguró que la venta de inmuebles entregados por el Estado se había realizado para financiar las actividades de CEMA.
"Por mí no pasaba ni un centavo", testificó.
Al igual que CEMA, Hiriart renunció a la presidencia de la Fundación Apoyo Social, una entidad espejo hacia la cual se traspasaron propiedades.
Sus polémicas declaraciones
Su carácter fuerte quedó plasmado en varias de sus declaraciones. En 1984 y en medio de fuertes protestas contra el régimen militar, Hiriart manifestó que “si yo fuera jefa de gobierno sería mucho más dura que mi marido, indudablemente. Desde ya tendría en estado de sitio a Chile entero”.
Tras el retorno a la democracia, Lucía Hiriart siguió vigente. En 2001, en medio de las investigaciones sobre violaciones a los Derechos Humanos cometidas por el régimen dirigido por su esposo, manifestó que "estaría bueno que, para que Chile se vuelva a reencontrar, que reconozcan que mi marido es absolutamente inocente de los cargos que le hacen".
En 2003, en una entrevista con revista Caras, lanzó duras críticas hacia los homenajes al ex Presidente Salvador Allende en el marco de los 30 años de su muerte. Junto con acusar una "tergiversación" de la historia, sentenció:
“Muchos de los gestos me parecen puro teatro, no tienen mayor importancia… Pero al leer la prensa, ves cosas tan inverosímiles, parciales y malintencionadas que piensas que lo único que falta es que canonicen a Allende…”, dijo.