No solamente la Presidenta Michelle Bachelet y su equipo de gobierno desestimaron un encuentro con Lilian Tintori y Mitzy Capriles, esposas de disidentes venezolanos en prisión.
Este martes estaba previsto que las cónyuges de Leopoldo López y Antonio Ledezma fueran recibidas por las comisiones de Relaciones Exteriores de ambas Cámaras.
Sin embargo, el diputado y presidente del Partido Comunista, Guillermo Teillier, rechazó ser parte de la reunión, comunicando su decisión al presidente de la instancia parlamentaria por medio de una carta, que fue posteado por la diputada Marcela Sabat (RN) en su cuenta de Twitter:
Los argumentos de Teillier
En la misiva, el diputado afirma que en el PC "no tenemos un doble estándar respecto al tema de los derechos humanos y en relación a personas detenidas y procesadas en Venezuela u otro país, cualquiera sea la entidad de las acusaciones en sus contras, el respeto a sus derechos es un asunto crucial".
Acaso aún no está abierta la herida de las torturas cuya crueldad y horror sólo se ha desvelado en los últimos años, los asesinatos, la desaparición forzosa de personas, la exoneración del trabajo, el exilio y la prohibión de vivir en Chile, que afectaron a millones de chilenos
"Sin embargo, debo declarar que, así como no tenemos un doble estándar sobre los derechos de las personas, no lo tenemos sobre los golpes de Estado o intentos desestabilizadores".
"Chile sabe, por su historia, lo que significan e implican esas acciones de desestabilización. Venezuela también lo sabe, porque ya hubo un intento de golpe de Estado fallido contra el Presidente Hugo Chávez Frías, que muy lamentablemente, fue respaldado por autoridades gubernamentales chilenas de la época".
Acota que "el respeto a los derechos humanos es un asunto esencial, y precisamente por eso, se debe levantar la voz para condenar sin ambigüedades las instigaciones golpistas e intervencionistas como las de EEUU, cuyas trágicas consecuencias hemos vivido en nuestro país".
"Se debe respetar la institucionalidad que, democráticamente, se dan los pueblos y los Estados. No hacerlo es, simplemente, avalar acciones de violencia que abren paso a quiebres institucionales, de los cuales Chile conoce y tiene una trágica historia", plantea.
En ese sentido, retruca que "¿Acaso aún no está abierta la herida de las torturas cuya crueldad y horror sólo se ha desvelado en los últimos años, los asesinatos, la desaparición forzosa de personas, la exoneración del trabajo, el exilio y la prohibión de vivir en Chile, que afectaron a millones de chilenos?”.
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