Por Paula Valenzuela
Esta vez las felicitaciones a un secretario de Estado por la tramitación del Ingreso Familiar de Emergencia (IFE) no vinieron de un partido de la coalición oficialista.
Si la segunda semana de mayo pasado la UDI alzaba a la dupla de Sebastián Sichel y Felipe Ward, entonces ministros de Desarrollo Social y de la Secretaría General de la Presidencia (Segpres), respectivamente, como los “halcones” del comité político –“firmes en sus convicciones”-, un mes después el presidente del Partido Socialista (PS), Álvaro Elizalde, destacaba en sala del Senado la nueva actitud del gobierno en medio de la pandemia del coronavirus.
“Quiero valorar el rol del ministro (Cristián) Monckeberg, porque se ha notado una enorme diferencia respecto del cambio de gabinete. Lo reitero: no sé en qué momento se transformó en una virtud decirle ‘no’ a la oposición y no modificar una coma o un punto a un proyecto bueno para Chile”, dijo el pasado 19 de junio el senador Elizalde en la sesión de la Cámara Alta donde se terminó de despachar el Ingreso Familiar de Emergencia (IFE) 2.0.
Se trata del primer proyecto de ley materializado del llamado Plan de Emergencia, un acuerdo pactado entre el gobierno, el oficialismo y parte crucial de la oposición para enfrentar económica y socialmente la crisis.
“La tramitación de la reforma tributaria de Michelle Bachelet fue un aperitivo a comparación de esas dos semanas de negociación”, dice un parlamentario con experiencia amplia en tramitaciones legislativas en alusión al proyecto de ley de 2014 -cuando entonces se hacían cambios profundos a la tributación del país- y la negociación por el Plan de Emergencia.
Hace un mes, Chile Vamos celebraba que, por primera vez, desde el 18 de octubre de 2019, “jugaban a su ritmo”, pues no se movieron de los 800 millones de dólares -aproximadamente- que el comité político puso sobre la mesa en el Congreso al tramitar el IFE. Eso estuvo lejos de llegar a los 1200 millones de dólares que la oposición proponía disponer inmediatamente para la crisis sanitaria. El primer mes, entonces, los beneficiarios recibirían $65 mil. La oposición, en cambio, exigía un rango que estuviera por sobre la línea de la pobreza, unos $114 mil.
El IFE 2.0, en tanto, considera ahora $100 mil, es decir, cercano a lo que desde el principio propuso la oposición. Y eso, sin restringir el monto a tres meses como el primer IFE; este incluso se podría extender a un sexto mes, según cómo avance la pandemia.
¿Por qué se tardó el gobierno en ceder? Esa es una pregunta recurrente en el mundo político. Y el análisis -sobre todo en la oposición- es profundo: el nuevo comité político de ministros de La Moneda “cambió la actitud”. Y no solo eso, en ese momento no se dimensionaron los efectos de la pandemia; hubo “triunfalismo”, añaden.
“Diálogo hasta que duela”
Que el gobierno debe “rectificar” en su estrategia ante la pandemia es una premisa incluso en el oficialismo luego de que el número de fallecidos en Chile aumentara de forma significativa, así como también la cantidad de infectados.
Así por ejemplo se explica la salida de Jaime Mañalich del Ministerio de Salud (Minsal) y la llegada de Enrique Paris a la cartera. Dialogante es la impronta que busca el doctor para su rol. Lo mismo que Cristián Monckeberg (RN) en Desarrollo Social y de Claudio Alvarado (UDI) en la Segpres.
La oposición ha destacado a Monckeberg, sin embargo, porque, dicen, la diferencia con su antecesor ha sido muy pronunciada. “Sichel, con tal de ganarse el corazón de la UDI, fue de una rigidez abismante en la negociación del IFE”, recalca un dirigente opositor.
La ex Nueva Mayoría también releva el rol final que tuvo Monckeberg en el Plan de Emergencia. No era de hablar mucho en las reuniones, dicen; tampoco era concluyente al final de la cita. Y eso fue valorado, pues, agregan, “no iba a las sesiones a derrotar a los parlamentarios”. Muchas veces, sostienen, buscaba diálogos paralelos con los dirigentes opositores para ahondar en algunas ideas.
Lo crucial, dicen en la oposición, es que estuvo abierto a cambiar parte de la implementación del nuevo IFE. Afirman que fue “determinante” para ampliar el número de beneficiarios. Y Los colaboradores de Monckeberg en Desarrollo Social añaden que el ministro ha repetido una frase: “Diálogo hasta que duela”.
Eso sí, en Chile Vamos son enfáticos: quien capitalizó en este acuerdo fue el ministro de Hacienda, Ignacio Briones (Evópoli). Aunque muchos en el bloque oficialista han recalcado en más de una ocasión que esto debe ser relevado únicamente al Presidente Sebastián Piñera. En la UDI, además, no destacan mayormente el rol de Monckeberg en el acuerdo del Plan de Emergencia. “Llegó casi al final”, justifican.
En la derecha también sostienen que fue un acierto incorporar en la recta final del acuerdo a dos ministros con redes políticas como Monckeberg y Alvarado. Lo mismo subrayan en la oposición, pues, dicen, Monckeberg, a diferencia de Sichel, tiene afinidad con parlamentarios con experiencia en el Congreso -y que estuvieron en esta negociación- como los PS Carlos Montes y Juan Pablo Letelier, el PPD Ricardo Lagos Weber y el DC José Miguel Ortiz, entre otros.
El RN fue parlamentario doce años por el antiguo distrito 23 de Las Condes, Vitacura y Lo Barnechea. Fue secretario general de su partido, vicepresidente y en 2014 reemplazó a Carlos Larraín en la presidencia. Antes de Desarrollo Social, estuvo poco más de dos años en Vivienda. Pasó directo de la Cámara y de la presidencia de RN al gobierno con el logro de haber convertido al partido en el más grande la coalición oficialista en la elección de 2017.
Monckeberg, además, fue clave en la conformación de Chile Vamos, la coalición de derecha que se formó en 2015 luego de la dura derrota que significó para el sector el triunfo de Bachelet el año anterior y la salida de Piñera de La Moneda.
La alianza que desde 2014 formó con el actual presidente de RN, Mario Desbordes -entonces su secretario general-, aún la mantiene. Y en la oposición valoran eso, según cuentan. Le dan un peso político adicional, agregan en los partidos de la ex Nueva Mayoría. “Está por el ‘apruebo’ (a una nueva Constitución); es abierto”, enfatizan.
“Cristián Monckeberg tiene una ventaja muy grande: es una persona que genera mucha confianza, es muy dialogante, los otros dos ministro igual (Briones y Alvarado), pero en todos los temas referentes a la implementación de Registro Social de Hogares (RSH) y en una mayor cobertura, la confianza la generó el ministro Monckeberg y eso fue determinante en sacar un buen acuerdo”, comenta a T13.CL el presidente la comisión de Hacienda del Senado, Jorge Pizarro (DC).
Del ex titular de Vivienda también comentan sus dichos sobre la salida de Revolución Democrática (RD) a última hora de la negociación del Plan de Emergencia. Allí, sostienen, marcó un contrapunto con Briones. “Uno podrá comprender que a última hora uno se levante y se vaya, lo que no quiere decir que no hizo su aporte”, dijo Monckeberg el pasado 15 de junio, en Mesa Central de canal 13, mientras en ese mismo programa, Briones comentó que la actitud de RD encarnaba “una cierta forma de la vieja política”.
En la centroizquierda, así, miran con buenos ojos “esa derecha” de RN, como la llaman; más dialogante y con “más sentido social”.
Por ahora, el mayor desafío que ven en la oposición sobre la gestión de Monckeberg es implementar de buena manera el IFE 2.0. sobre todo con los problemas que conlleva hace años el RSH.
El flanco en la derecha
“A mí no me trajeron para ordenar a nadie”, dijo Monckeberg el sábado pasado en El Mercurio al ser requerido por cómo espera abordar las diferencias en Chile Vamos que en las últimas semanas se han hecho más evidentes.
El ministro, así, respondía a una idea instalada, sobre todo en la UDI: que una de las principales tareas políticas de Monckeberg es “contener” las críticas que, dicen, marca Desbordes de manera permanente con sus socios de la UDI y Evópoli.
“Está al debe”, dicen en el gremialismo de Monckeberg, mientras enfatizan al menos en tres hechos de la semana: el timonel RN planteó estudiar el retiro del 10% de fondos de AFP para cubrir necesidades de la clase media, y criticó al jefe de los asesores del Segundo Piso, Cristián Larroulet, por la idea de instalar un grupo de expertos para evitar la proliferación de proyectos inconstitucionales en el Congreso. “¿Dónde estuvo su contención esta semana?”, dice un dirigente oficialista, crítico de Desbordes.
“Le diría a Cristián Larroulet (jefe de asesores de la Presidencia), a los asesores del Presidente, que este es el mejor momento para tener una buena relación con el Congreso (…) Espero que el Segundo Piso haga mejor su pega”, dijo el diputado Desbordes este miércoles.
Pese a la respuesta tajante en su primera entrevista, Monckeberg, dicen, está consciente de que parte de su tarea es representar de mejor manera a la mesa de su partido en el gobierno. O al menos mejorar la coordinación. El propio Desbordes pidió antes del cambio de gabinete del 4 de junio -cuando asumió Monckeberg- que el exdiputado asumiera desde Vivienda un rol crucial en el Plan de Emergencia dada la buena relación que mantiene con la oposición.
Una jugada que resaltan al interior de RN es el cambio de diputados que se provocó en la comisión de Desarrollo Social de la Cámara Baja: se incluyó a Diego Schalper (RN) en la instancia, uno de los diputados más críticos de la gestión de Desbordes. Y eso, dicen en el círculo del ministro, es justamente para mantener el control en RN.
Consultado por el rol del ministro, Schalper dice a T13.CL que “Cristián Monckeberg tiene un tremendo desafío de interpretar y canalizar las inquietudes de RN en el comité político”.
En la UDI, en tanto, han hecho notar el rol protagónico que ha jugado la diputada RN Paulina Núñez -quien, además, es vicepresidenta del partido- durante el proyecto de ley de posnatal de emergencia impulsado por la oposición y diputadas de RN. “Debiese ser más prudente”, comentaron esta semana en un chat interno de la UDI, recalcando que la parlamentaria está casada con el ministro.
“Cristián Monckeberg está partiendo. Esperamos que ayude en la unidad, porque son tiempos difíciles y más que nunca se requiere unidad. Esperamos que él pueda ayudar que nuestra coalición, más allá de las diferencias, pueda estar ordenada”, afirma a este medio la presidenta de la UDI, Jacqueline van Rysselberghe.
Recién esta semana, el jueves 24, Monckeberg regresó a Palacio luego de una cuarentena obligatoria, por ser uno de los ministros que dio positivo a covid-19.