El senador de la UDI Iván Moreira reconoció, este miércoles, su intención de patentar la frase “con el raspado de la olla” para un futuro restaurante. Aquel dicho se hizo célebre luego que se hicieran públicos unos correos electrónicos del parlamentario en el que le pedía al director del Grupo Penta de ese entonces Hugo Bravo dinero para campaña política.
En conversación con La Segunda, el senador se refirió a su rol dentro de la UDI a lo largo de su historia y aseguró ser “el único político” que no se escondió.
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"He tenido una historia de lealtad, de consecuencias y siempre me he enfrentado con la verdad. En el Caso Penta yo di la cara, fui el único político que no se escondió. Y estoy pensando en patentar, en un futuro, la frase 'con el raspado de la olla' para un restaurante", dijo Moreira.
La frase a la que hace referencia el senador se hizo conocida en 2015, en medio de la investigación contra un grupo de candidatos de la UDI, entre los que estaban Jovino Novoa, Ena von Baer, Pablo Zalaquett y Laurence Goldborne, además de Moreira, quienes habían recibido donaciones irregulares para campañas políticas por parte del Grupo Penta.
En un correo electrónico, el actual representante de la región de Los Lagos le preguntaba al director del Grupo Penta “¿tú crees que se pueda un raspado de la olla para los últimos 100 m de campaña?”.
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En aquel momento Moreira efectivamente fue el único político que reconoció haber cometido irregularidades y ofreció disculpas por los hechos, por los que incluso se pidió su desafuero como senador, sin embargo, llegó a un acuerdo para una salida alternativa del caso, pagando una multa.
En la entrevista con el medio citado, el senador también se refirió a la dictadura de Augusto Pinochet a la que apoyó y siguió respaldando durante los años de democracia.
"Yo fui un leal incondicional con el gobierno militar y con Pinochet, pero pasé a ser solo un leal, dejé de ser incondicional, porque no puedo negar y así lo reconoció mi partido, que hubo atropellos a los derechos humanos", dijo.
"No voy a avalar la muerte de nadie y más aún después de que se había instalado el gobierno militar. Siendo siempre leal, reconozco que tenemos un pecado de omisión al creer en materia de derechos humanos todo lo que nos decían", agregó.