Como en todo ajuste, el cambio de gabinete ejecutado este miércoles por la Presidenta Bachelet dejó heridos y vencedores.
Si bien fueron solo tres -de 23- los ministros que dejaron su cargo, en el mundo político ya sacan cuentas tras los cambios.
Ganadores
Uno que gana con el cambio es el ex Presidente Ricardo Lagos, al sumar a su equipo de campaña al ahora ex ministro Máximo Pacheco, uno de los miembros del gabinete más reconocido por su gestión.
La señal, se asume en esferas políticas, es la de un reforzamiento de su campaña presidencial, en momentos en que parte de la Nueva Mayoría se inclina por zanjar al abanderado en función de las encuestas, terreno donde Alejandro Guillier lleva la ventaja. Así, al engrosar su comando con figuras de este calibre, envía una señal potente a sus rivales en la carrera por La Moneda.
En esta línea, otro de los ganadores es el propio Pacheco. El ahora ex titular de Energía, que genera simpatías dentro de la oposición, queda ungido como el hombre fuerte de la campaña laguista.
Los poderes plenos que le otorgó el ex Mandatario al momento de concordar su desembarco, le dan carta ancha al ex ejecutivo de International Paper para orientar una campaña que, si bien muestra signos de recuperación en encuestas como la última Cadem, enfrenta una competencia robusta de parte del senador por Antofagasta.
Pacheco tendrá ahora un rol más político, que era un antiguo anhelo desde que dejó el mundo privado para integrarse al gabinete.
Otros ganadores, al menos por ahora (todo indica que habrá un nuevo ajuste cerca de la fecha límite para que dejen el gabinete los ministros con pretensiones parlamentarias, el 19 de noviembre), es el comité político de La Moneda.
El cambio, que se concreta en medio de la crisis por los errores del padrón electoral, deja indemne los ministros del Interior, Segpres y Segebog, que en las últimas horas concentraban las críticas del oficialismo por su gestión en el episodio, sobre todo luego de la fallida 'ley exprés' para solucionar el conflicto con los cambios de domicilio.
Perdedores
La Democracia Cristiana aparece golpeada tras el ajuste ministerial. Pese a no ser militante, Javiera Blanco está estrechamente identificada con el partido y es ella quien termina concentrando los costos políticos del caso del padrón electoral.
Blanco enfrentó una serie de conflictos mientras encabezó Justicia, como la crisis en el Sename por los menores fallecidos, las altas pensiones en Gendarmería y el paro en el Registro Civil. Y si bien altas fuentes de la DC aseguran que ella presentó su renuncia en los días previos, no quería ser la única que pagara los costos públicos de la crisis.
En la DC provocó molestia el ajuste y cuestionan que no haya sido incluido el titular de la Segpres, Nicolás Ezaguirre, ya que su cartera intermedió en la crisis con el Servel, organismo involucrado al caso del padrón electoral, y fue él quien lideró la fracasada negociación por la ley exprés.
Quien también tesulta afectada tras el cambio es la figura de la presidentia del Partido Socialista, Isabel Allende. A juicio de algunos sectores del oficialismo, la salida de Pacheco para integrarse al equipo de Lagos confirmó que La Moneda ya tiene candidato.
El ingreso de Pacheco al comando y de otras figuras para reforzar la campaña de Lagos, dirige ahora las miradas a la reacción que habrá por parte de la timonel socialista y pone en el tapete la relación que ahora tendrá con La Moneda. De partida, Allende fue una de las figuras del oficialismo que cuestionó el cambio de gabinete.
Y si Allende aparece golpeada, en el PS la figura de José Miguel Insulza, otro presidenciable, parece quedar definitivamente fuera de carrera.