Felipe Salaberry presentó su renuncia como subsecretario de gobierno, luego de verse envuelto en una confusa polémica, donde lo acusan de haber pasado tres luces rojas, de insultar a un inspector municipal y de pedir ayuda a su hermana, funcionaria, en aquel momento, de la municipalidad para anular el parte.
En entrevista con El Mercurio, señala que “todas esas acusaciones son mentiras, cuando se conozca la verdad habrá un vuelvo a favor de mi honra”. En la actualidad, el ex subsecretario es investigado por un eventual tráfico de influencias, lo que es desmentido categóricamente por Salaberry.
Sobre aquella situación, donde se le acusa de intentar utilizar la influencia de su hermana en el municipio para evadir un infracción de tránsito, explica que aquel día fue seguido por un automóvil de seguridad municipal, por lo que llamó a su hermana para que averiguara qué sucedía.
“Lo que hizo mi hermana fue llamar a la central de comunicaciones, como lo haría cualquier vecino. No llamó ni al alcalde ni a ninguna autoridad municipal, decir que eso es tráfico de influencias es completamente absurdo”, señaló Salaberry.
Al ser consultado si fue víctima de una especie de operación política, expresa que “sería irresponsable de mi parte pensar en una operación de esas características. Espero que al término de la investigación que está llevando adelante el Ministerio Público y la que debe hacer para acreditar si hubo o no infracción por parte del Juzgado de Policía Local, esclarezca la verdad y eventualmente saber quién está detrás de estos hechos”.