La Corte Internacional de Justicia de La Haya leerá el fallo, este jueves, de la demanda de Chile contra Bolivia por el estatus y uso de las aguas del río Silala, fronterizo entre ambos países. En Bolivia asumen que el tribunal considerará al Silala como un río internacional, lo que fue solicitado por Chile, y han dicho que deberán negociar con nuestro país.
Jaime Aparicio, quien precisamente fue agente de Bolivia ante la CIJ de La Haya por la disputa del uso de las aguas del río Silala, aseguró en el medio El Deber de Bolivia que su país estará obligado a negociar con Chile tras la sentencia y que solo queda saber qué determina el tribunal sobre el curso artificial de agua.
“En cuanto a la propiedad de los canales, Chile también aceptó que son de plena soberanía de Bolivia. Entonces, el margen de decisión de la corte está limitado porque ahí ambos países han acordado”, dijo Aparicio.
“¿Qué es lo que queda? Es que la corte se refiera si existe un flujo artificial de aguas. Es decir, si las obras que se desarrollaron para los ferrocarriles y estas obras de canalización han incrementado el agua que va a Chile y si existe ese flujo artificial que es complementario al flujo internacional, natural. Este es un concepto que no sabemos si la corte lo va a aceptar o no se va a referir a él, o lo va a rechazar. El único punto de duda está en este flujo artificial”, añadió.
“Estamos obligados a hacer lo que se debió hacer antes: Entrar a una negociación con Chile con todo el tema de agua. En el mundo hay ejemplos de cómo se manejan estos temas, en un momento en el que además el propio Evo Morales impulsó en Naciones Unidas acciones para que el agua no sea considerada una mercancía”, complementó el abogado.
El fallo que será leído por la jueza estadounidense Joan Donoghe, presidenta del tribunal, responderá a la demanda que Chile realizó en 2016 y en la que pidió que se declare al río Silala como un río internacional, que se establezca que el uso de sus aguas debe ser equitativo y razonable, que se ratifique que el uso que le ha dado Chile a las aguas cumple precisamente con la regla anterior, y que si Bolivia Utiliza las aguas del río, deba notificar a nuestro país.
Aparicio cree que es momento que se pongan en marcha acuerdos para preservar las aguas del Silala, lo que podría ayudar también a conversar sobre otros acuíferos que existen en la zona.
“Hay que pensar en una administración conjunta y despolitizada. Es la única salida para que esas aguas sean un ejemplo de cooperación y se pueda convertir este desafío en una oportunidad sobre el uso racional del agua”, dijo.
En su contrademanda, Bolivia reconoce el Silala como un río internacional, pero asegura que un porcentaje de las aguas que cruzan a Chile por el río, fueron hechas cruzar de manera artificial, y además reclama que Chile utiliza las aguas del río sin compensarlos por ello.
El alegato de Bolivia se basa en la construcción de unos canales de un metro de ancho y 50 centímetros de profundidad que fueron construidos en 1928 por la empresa de capitales británicos Ferrocarriles Antofagasta Bolivia, y que habrían alterado el curso del río para la utilización de sus aguas.
Esto generaría que a Chile llegue entre un 13 y un 30 por ciento más de las aguas que llegarían de manera natural a nuestro país, y por ese porcentaje Bolivia exige que Chile pague.