Como "un triunfo del estado laico, de las libertades y la tolerancia" calificó el diputado Vlado Mirosevic la aprobación en general del proyecto de su autoría que busca permitir la eutanasia en Chile. 

La aprobación de la idea en legislar en la Cámara Baja supone un primer paso para la iniciativa ingresada en 2014, y que ahora volverá a la Comisión de Salud de la Cámara para su debate de indicaciones. Y en caso de que sea aprobado en la Sala en particular, pasará al Senado donde su escenario es -por ahora- incierto.

"Cuando presentamos este proyecto, Chile era el país más conservador de América Latina, pero Chile ha cambiado muchísimo en estos años. Y este proyecto que se veía imposible, hoy día va a comenzar a consagrar las libertades más básicas", afirmó el parlamentario (en la foto).

Pero, ¿en qué consiste la iniciativa?

¿Qué es la eutanasia y cómo se regula?

El proyecto permite solicitar una muerte médicamente asistida, o eutanasia, para personas que hayan sido diagnosticadas de enfermedades terminales o dolencias incurables, y casos donde la situación médica provoque una disminución avanzada e irreversible de sus capacidades, ocasionándole sufrimientos físicos o psíquicos persistentes o intolerables.

¿Qué requisitos que debe cumplir el solicitante?

Junto con cumplir las causales antes descritas, se requiere:

  • Ser mayor de 18 años
  • Encontrarse consciente al momento de la solicitud. En caso que el paciente se encuentre inconsciente y dicho estado sea irreversible o esté privado de sus facultades mentales, procederá la asistencia médica para morir sólo en el caso de que medie una declaración que conste en un documento de voluntad anticipada.
  • Contar con la certificación de un médico psiquiatra o un médico especializado en medicina familiar que señale que al momento de la solicitud el solicitante se encuentra en pleno uso de sus facultades mentales, descartando enfermedades de salud mental que afecten la voluntad del paciente.
  •  Manifestar su voluntad de manera expresa, razonada, reiterada, inequívoca y libre de cualquier presión externa.

¿Qué pasa si un médico rechaza aplicar el procedimiento? 

Tal como ocurre en la ley de despenalización del aborto en tres causales, la objeción podrá ser invocada tanto por el médico como el resto del personal al que le corresponda desempeñar funciones durante el procedimiento que busque practicar una muerte asistida.

En caso que un profesional decide ser objetor de conciencia deberá manifestar su decisión ante el director del establecimiento de salud, en forma escrita y previa. En este caso, el establecimiento tendrá la obligación de reasignar de inmediato otro profesional no objetante al paciente.

El panorama de la eutanasia en el mundo

La eutanasia solamente es legal en seis países. El último fue españa, que este jueves aprobó la ley que permite la "muerte digna". 

Holanda fue el primer estado en el mundo en legalizar la eutanasia "activa", como se denomina a la práctica de entregar fármacos para conseguir la muerte del paciente. La Ley fue aprobada por el Parlamento el año 2001 y entró en vigor el 2002, considera válida también la ayuda médica al suicidio. 

Los requisitos para solicitarla son: consentimiento deliberado, que el afectado sea residente y que padezca dolores insoportables o una enfermedad sin cura. Además, antes de realizar cualquier cosa, los profesionales deben consultar a un segundo médico independiente que evalúe el caso. Contempla la objeción de conciencia.

Por otro lado, Bélgica valida legalmente la eutanasia desde el año 2002. Esto permite que los adultos en situación incurable elijan poner fin a su vida, siempre que más de un médico certifique sufrimiento intolerable o enfermedad incurable. 

En 2014 Bélgica amplió la ley sobre eutanasia vigente desde 2002 y se convirtió en el segundo país, después de Holanda, en despenalizar esa práctica médica en menores y el primero en hacerlo sin límites de edad.

El 2009 Luxemburgo se convirtió en el tercer país de la Unión Europea en legalizar esta práctica para lo que fue necesario modificar la Constitución a fin de reducir los poderes del jefe del Estado, el gran duque Enrique. La Ley sigue el ejemplo belga.

En latinoamérica, Colombia fue el primer país que introdujo a su constitución una ley de eutanasia y suicidio asistido, y el único en el mundo donde la medida es reconocida como un derecho fundamental por el Tribunal Constitucional.

En 2015 se aprobó la regulación del procedimiento para aquellos pacientes con enfermedades terminales, mayores de edad y que hayan manifestado de forma verificable su voluntad de morir. A principios del 2018 se convirtió en el tercero en el mundo, después de Holanda y Bélgica, que regula esa práctica también entre los pacientes menores de edad que se rehusen a padecer los sufrimientos de una enfermedad terminal.

Otro país que se suma a la lista es Canadá, que legaliza la eutanasia desde el año 2016, luego de que el Tribunal Supremo dictaminara en 2015 que la normativa entonces existente, que penalizaba la muerte asistida, era anticonstitucional y le diera al Parlamento un año para redactar una nueva ley. Actualmente la legislación limita el acceso a los enfermos terminales o con dolor insoportable y mayores de 18 años.

¿En qué se diferencia del suicidio asistido?

El suicidio asistido consiste en la ayuda o asistencia a otra persona que desea terminar con su existencia. Hay países que aprueban esta práctica, pero que prohíben de todas formas la eutanasia "activa".

Suiza es uno de ellos. La ley solo permite proporcionar medios para suicidarse y las razones para hacerlo no deben basarse en el interés propio como por alguna motivación egoísta, de tipo personal o económica. Si esto llegase a pasar, el responsable sería perseguido penalmente.

En Estados Unidos, los estados de Oregon, Washington, Montana, Vermont y California, siguen la misma práctica. Algunas legislaciones son más restrictivas que otras, pero todas consignan el procedimiento del suicidio asistido como legal ya que consideran que la auto-administración de dosis letales es un derecho de los enfermos terminales, no así la eutanasia activa.

El suicidio asistido también está permitido o no está penalizado en países como Albania, Japón, Corea del Sur o Alemania. Este último tiene un vacío legal que permite que asociaciones como Ayuda a Morir o la sección alemana de la suiza Dignitas faciliten medicamentos para morir a personas con enfermedades terminales o graves padecimientos, aunque son los propios afectados los que deben tomarlos. La normativa aprobada en 2015 establece penas de hasta tres años de prisión por ofrecer el suicidio en "términos comerciales". 

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