Sánchez defendió la necesidad de conformar en España un "Gobierno de cambio". "Abandonemos las políticas del señor Rajoy y del PP", instó desde la tribuna de oradores, donde presentó un programa basado en el pacto al que ha llegado con el liberal Ciudadanos.

Al frente del Partido Socialista (PSOE), la segunda fuerza de la cámara, Pedro Sánchez es el primer candidato que aspira a la investidura sin haber ganado las elecciones. También, salvo sorpresa, será el primero que se presenta a la votación y fracasa en casi 40 años de democracia en España.

Llegó al debate de la investidura avalado por los 90 escaños de su formación y los 40 de Ciudadanos, pero de nada le sirven esos 130 apoyos si el Partido Popular (PP) de Mariano Rajoy, con 123, y Podemos, con 69, votan contra él, como han anunciado que harán. "El reto al que nos enfrentamos es muy claro: ¿queremos un cambio de Gobierno basado en el acuerdo, sí o no?", dijo Sánchez.

Además de apartarse del PP, el único partido al que no tendió la mano, defendió la necesidad de aunar apoyos de distintas fuerzas del espectro político porque la izquierda no tiene los diputados suficientes para gobernar por sí misma. Era un mensaje a Podemos, que rechaza todo pacto en el que estén los liberales de Ciudadanos.

Este 2 de marzo, o el 26 de junio, se define quién gobernará a España

"No hay mayoría suficiente en este Parlamento para sumar un Gobierno de izquierdas", manifestó Sánchez. La nueva forma de hacer política "se modela a partir del acuerdo, no del asalto". Este miércoles tendrá lugar la primera votación, en la que es necesaria una mayoría absoluta (176 votos) inalcanzable para Sánchez. Se volverá a votar 48 horas después, el viernes por la noche, cuando valdrían ya más síes que noes. Tampoco entonces podrá lograr la investidura si el PP o Podemos no se abstienen.

En ese caso, la votación del 2 de marzo es la que abre el plazo de dos meses fijado en la Constitución española para la formación de Gobierno. Si el 2 de mayo no hay un presidente del Gobierno investido, se convocará automáticamente elecciones 54 días después, el domingo 26 de junio. Sería una situación de crisis institucional sin precedentes, con un Gobierno, el de Rajoy, que lleva en funciones desde las elecciones del 20 de diciembre y que seguiría así al menos hasta agosto.

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