"Yo creo que es un honor que uno pueda ser parlamentario", decía en mayo el fiscal nacional Sabas Chahuán (en la foto).

A meses de dejar el máximo cargo del Ministerio Público, el persecutor -en entrevista con El Mercurio- no descartaba postular al parlamento en 2021. 

"Bueno, si me ha ido bien en el ejercicio de la profesión, no lo descarto, por qué no. Es un bonito desafío, he conocido a parlamentarios notables. No lo descarto".

El 2017, decía, no es opción. Esto porque los fiscales poseen una inhabilidad de dos años para competir por cargos públicos, lo que lo obligaría a presentar su renuncia 15 días antes del 30 de noviembre, que es cuando deja su puesto en el Ministerio Público. 

Los planes de Chahuán u otros fiscales que eventualmente quisieran llegar al Congreso se podrían ver dificultados por un proyecto de reforma constitucional impulsado por diputados UDI que busca aumentar drásticamente la inhabilidades de los persecutores para postular a cargos de elección popular.

La moción ingresada a fines de junio y derivada a la Comisión de Constitución de la Cámara propone que los fiscales no puedan postular "hasta la fecha de la segunda elección parlamentaria luego de su desvinculación del cargo". 

A modo de ejemplo, si una autoridad del Ministerio Público dejara su cargo este año no podría postular en las elecciones de 2017, pero sí en las de 2021. En caso que la renuncia se produjera en un año electoral, debería esperar ocho años.

"Sólo de esta forma se garantiza la plena independencia de esta entidad y que por cierto no sea utilizada como plataforma política por aquel persecutor con pretensiones políticas", señala la moción presentada por la jefa de bancada María José Hoffmann y que cuenta con el patrocinio de otros nueve legisladores UDI, entre ellos Gustavo Hasbún y José Antonio Kast. 

Los parlamentarios argumentan en el proyecto que el Ministerio Público es una institución "cuya autonomía y seriedad debe ser guardada con celo; todo lo cual ayuda a promover un clima de paz y entendimiento y no de crispación y enfrentamiento estéril a las aspiraciones de nuestros conciudadanos".

"Las funciones de persecución penal propias del Ministerio Público, no pueden verse entorpecidas ni contaminadas con aristas o esferas de orden político-partidista, en donde son muchas veces las mezquindades del juego del poder las que prevalecen y que por cierto, constituirían una peligrosa práctica, atentatoria de seriedad institucional", agregan.

Hoffmann, en conversación con T13, enfatiza que lo que proyecto lo que busca "es que el máximo de independencia en el ejercicio del cargo, por una parte creemos que los fiscales no deben andar coqueteando con la política ni con la idea de ser candidato, y también protege a los mismos fiscales de la influencia de eventuales candidaturas y eventuales cargos".

Revisa acá el proyecto:

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