El diputado Mauricio Ojeda Rebolledo (independiente, pero que integra bancada de Republicanos) se encuentra en calidad de imputado en el marco de una investigación por un millonario fraude a recursos del Gobierno Regional de La Araucanía, esto en el marco de las indagatorias por el Caso Convenios.
En ese sentido, las indagatorias apuntan a más de 730 millones de pesos que se habrían desviado por parte de 2 fundaciones: Folab y Educc.
Sin embargo, según reveló La Tercera, una situación que alertó a los investigadores ocurrió en octubre de 2023, cuando funcionarios de la PDI solicitaron a Ojeda la entrega voluntaria de su celular, a lo cual accedió.
Sin embargo, la defensa del parlamentario, Carlos Tenorio, explicó que el celular no se encontraba en buenas condiciones.
"Es del caso comentar, respecto del equipo móvil, que el mismo sufrió daños el pasado día 12 de octubre, fecha en la cual el hijo de tres años de edad lo tomó y lo destruyó en medio de una jugarreta”, manifestó.
Conocedores de la investigación afirman al citado medio que el teléfono no parecía haber sufrido una caída casual, sino que lucía como si hubiese sido aplastado por un vehículo, ya que estaba totalmente destruido.
En un principio, este hecho no causó mayor alerta, esto hasta que declaró ante la Fiscalía, Miguel Ortiz, hermano de Rinett y Juvenal Ortiz -representantes de Folab- quien dio pistas sobre cómo el parlamentario habría coordinado el cómo enfrentar al Ministerio Público y, además, habría sugerido quemar celulares.
“El diputado nos explicó qué es lo que debía hacer mi hermana: dijo que él se iba a autodenunciar, y que mi hermana debía hacer lo mismo, debiendo reconocer que ella había malversado fondos públicos y que así se podía hacer un acuerdo entre ella y Fiscalía. Después explicó un segundo punto, sugiriendo que mi hermana pidiera su quiebra”, afirmó Ortiz.
En la declaración, Ortiz sostuvo también que Ojeda "habló sobre las personas que podían verse afectadas por este asunto, ya que mi hermana había sido apoyada por gente del GORE, que ellos tenían familia y que se podían ver gravemente comprometidos. Que eso nosotros lo teníamos que tener en consideración".
"Luego nos indicó que mi hermana debía hacer desaparecer su teléfono, y que él recomendaba que lo mejor era quemarlo, y que él sugería que para justificarlo, mi hermana debía decir que -como ella estaba muy afectada, con tratamiento psiquiátrico, y la prensa y la gente la llamaban mucho- ella decidió quemarlo”, añadió.