Por Phillip Durán y Tomás Martínez

La noche de este miércoles llegó a Santiago el vicecanciller de Perú, Néstor Popolizio. Aunque la visita tiene como objetivo participar en actividades de la Ocde, hay una reunión más en la agenda que es clave: a las 16.00 horas de este jueves, se encontrará en el piso 15 del edificio Carrera con el subsecretario de RR.EE. de Chile, Edgardo Riveros.

La cita entre ambos personeros tiene historia: está pendiente desde noviembre de 2015, cuando Santiago la suspendió en señal de molestia tras una incursión de militares de ese país a las cercanías del Hito 1, como parte de la disputa sobre la ubicación del límite y el llamado "triángulo terrestre".

En ese contexto, la reunión de los viceministros forma parte de un “itinerario” mayor -como lo califican en la Cancillería- acordado entre los cancilleres Heraldo Muñoz y Ricardo Luna en septiembre pasado, en una reunión en medio de la Asamblea General de Naciones Unidas, en Nueva York.

El objetivo último: descongelar una agenda bilateral paralizada a raíz del frío vínculo entre la administración Bachelet y la de Ollanta Humala, quien dejó su cargo en julio, fecha en que asumió Pedro Pablo Kuzcynski.

Dicho itinerario, dicen fuentes diplomáticas, incluye la presencia en Lima de la Presidenta Bachelet para la cumbre Apec, el próximo mes, y una visita de trabajo de Kuzcynski los dos últimos días de ese mes a Santiago, ocasión en la que -junto con reunirse con la Presidenta- asistirá al foro económico de Icare.

Además, dicen las mismas fuentes, podría sumarse otro hito: el canciller Muñoz prepara un viaje a Lima para reunirse con Luna, cita en que continuarán su conversación de Nueva York y prepararán la agenda de trabajo que tendrán Bachelet y Kuzcynski a fines de noviembre en Santiago.

Sobre la mesa está la idea de estrenar una instancia inédita: un encuentro binacional de gabinetes. Perú ha realizado dicho formato con todos sus vecinos, menos -hasta ahora- con Chile.

Aislar a Bolivia

Según fuentes chilenas, en la reunión en Nueva York, los ministros Muñoz y Luna acordaron avanzar en una agenda política “positiva”, encapsulando los temas de discrepancias, como el del triángulo terrestre.

De hecho, el diálogo entre ambos se produjo después de que Luna dijera a la comisión de RR.EE. de su país que ya había planteado a su par chileno la idea de iniciar conversaciones para resolver la disputa sobre la ubicación del límite terrestre.

Al conocer esos dichos, en la Cancillería chilena optaron por evitar una respuesta en público a Luna: Muñoz se contactó telefónicamente con el ministro peruano, a quien conoce desde los '90, cuando el limeño era embajador de su país ante EE.UU. y el chileno representante ante la OEA.

Así, dicho tema seguirá siendo abordado, pero en reserva, sin levantar tensiones públicas, a raíz de las posiciones irreconciliables entre ambos países.

La preocupación principal, señalan fuentes chilenas, pasaba por recuperar la relación con Lima y evitar abrir un nuevo flanco limítrofe, tras haber cerrado la controversia por la frontera en el mar con el fallo de La Haya de 2014.

Sin embargo, en el edificio Carrera también ponen sobre la mesa otra razón de peso: mantener un buen clima con Perú ayuda a aislar a Bolivia, país que en paralelo a la demanda marítima en la Corte Internacional de Justicia, ha desplegado una intensa ofensiva comunicacional y diplomática contra Chile.

Un escenario tranquilo con Perú completa un cuadro positivo para Chile en la región, dicen en la Cancillería: hay un buen vínculo con los gobiernos de Mauricio Macri en Argentina y Michel Temer en Brasil, lo que se suma a la valorada cooperación en las tratativas entre Juan Manuel Santos y las FARC en Colombia; también al reciente acercamiento con Horacio Cartes de Paraguay -quien estuvo en Santiago la semana pasada-, a una relación cordial con Rafael Correa de Ecuador -donde Bachelet viajaría la próxima semana- y a un Nicolás Maduro -único soporte de Evo Morales- debilitado en Venezuela.

Flexibilizar posturas

Así, en el edificio Carrera explican que se decidió morigerar ciertas exigencias públicas que se vienen planteando a Lima desde la administración Humala. Y que tienen que ver básicamente con el fallo de La Haya de 2014.

Una de ellas: la necesidad de que Perú apruebe la denominada Ley de Libertad de Comunicaciones, lo que terminaría de alinear sus normas internas con la sentencia del citado tribunal internacional. Teniendo esto en la mano, podría avanzarse en el compromiso pendiente de que ambos países inscriban la nueva cartografía maritima ante Naciones Unidas, como se acordó poco después del fallo de 2014.

Ambos temas habían sido calificados por Chile como condiciones para reactivar la reunión más emblemática entre ambos países: el "2+2", que reúne a ministros de RR.EE. y Defensa. Ahora, aunque no se han retirado las exigencias, el canciller Muñoz ha expresado públicamente su interés en descongelar dichos encuentros.

Ahora, señalan fuentes diplomáticas, la agenda que comenzará a conversar los vicecancilleres, luego pasará a manos de los cancilleres y continuarán los Presidentes, tendrá un alto componente simbólico y positivo.

Uno de ellos: ambos países evaluarán proyectos para el llamado "Chinchorro", terreno de propiedad peruana en medio de la ciudad de Arica. 

También está la idea de reimpulsar el muelle que Perú tiene a su servicio en el Puerto de Arica.

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