Por P. Valenzuela y D. Labarca

Tres ajustes ministeriales en diez días realizó el gobierno de Sebastián Piñera. Tres modificaciones que tuvieron como denominador común el impacto que provocaron en la UDI. En el primero, resintieron la salida de Sebastián Sichel, quien se había convertido en un favorito del gremialismo. En el segundo, vieron caer a una militante suya: la exministra de la Mujer Macarena Santelices. Y en el tercero, lamentaron la renuncia de Jaime Mañalich, cuya gestión había sido defendida con mucha fuerza desde las filas de la colectividad que dirige Jacqueline Van Rysselberghe.

Durante el fin de semana, la defensa más elocuente del saliente ministro de Salud vino de la UDI. Y también se deslizaron críticas. El jefe del comité de senadores del partido, Iván Moreira, aseguró que el gobierno “una vez más se equivocó medio a medio” en aceptar su renuncia. “El cambio de gabinete del gobierno obedece a que se está reconociendo el fracaso en materia de salud o más viene se trata que este es el triunfo de la oposición, que antes de firmar acuerdos hoy día le están imponiendo el gabinete al Presidente de la República?”, escribió el parlamentario en su cuenta de Twitter.

La tesis de que la salida del ministro respondía a la presión opositora –que a primera hora de ese día hizo circular una declaración donde señalaban que era “indispensable” sacar al  secretario de Estado- se instaló con fuerza el mismo sábado. La jefa de la bancada UDI, María José Hoffmann, apuntó en el mismo sentido. “Es importante despejar cualquier duda de que su salida no haya sido el precio para firmar el gran acuerdo nacional”, advirtió la parlamentaria, en alusión al consenso que se logró entre gobierno y oposición en torno a un plan de emergencia para enfrentar la pandemia, que fue anunciado la noche del mismo sábado.

Y esa inquietud gremialista fue planteada –por los mismos voceros- durante el tradicional comité político ampliado de los lunes que se desarrolló de manera telemática. Tanto Moreira como Hoffmann cuestionaron el “timing” de la salida de Mañalich, justo en la semana en que arreciaban las críticas por el manejo de la pandemia y justo en el día en que un reportaje de Ciper revelaba que el Minsal estaba reportando a la OMS cifras de fallecidos mayores a las que informaba periódicamente en el país.

“Fue una mala coincidencia que el ministro saliera el día de la publicación de Ciper y el día anterior al cierre del acuerdo”, señaló a T13.CL María José Hoffmann tras el comité político.

La idea de que el gobierno pudo ceder a la presión opositora en medio de las tratativas por el acuerdo económico estuvo presente en el oficialismo todo el fin de semana. Según reveló La Segunda, en un chat que reúne a ministros y parlamentarios la vocera Karla Rubilar debió responder las inquietudes del bloque al respecto, asegurando que la renuncia de Mañalich venía decantándose desde antes y que no hubo un gesto a la oposición en ese sentido.

La exministra de Educación, Marcela Cubillos, también planteó la sospecha durante el fin de semana. “No fue el Covid-19. Su liderazgo molestaba desde antes que esta pandemia comenzara. El año pasado la izquierda más radical, que es quien pone la música, ya lo tenía entre ceja y ceja convirtiéndolo en víctima de funas y violencia política, que él con coraje resistía y enfrentaba”, planteó en su cuenta de Twitter, aludiendo a una columna suya publicada en El Mercurio donde profundizó en dicha tesis, sugiriendo además una crítica al gobierno.

“Ante una crisis sectorial, ningún ministro –por fuerte y talentoso que sea- podrá resistir los embates de la izquierda si no hay atrás de él, desde el gobierno, un trabajo político fuerte”, aseguró en la columna.

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