Carlos Frontaura Rivera (54) llegó en pleno enero al Congreso Nacional en Valparaíso. Se dirigió al comedor del Partido Republicano: una colectividad en la que no milita, pero que conoce muy bien. Los diputados lo esperaban allí para abordar el segundo proceso constituyente que se iniciará en marzo próximo.
Hasta ese día, los Republicanos no tenían 100% claro que las fuerzas políticas que participaron del llamado “Acuerdo por Chile” le fuesen a conceder el cupo (1) de experto constitucional que les correspondería según su representación en la Cámara (13 diputados). ¿La razón? El Partido Republicano se restó de participar en ese entendimiento, aduciendo que no era una prioridad ciudadana. Es más: se enfrascó por varias semanas en duras discusiones con Chile Vamos, tiendas a las que algunos de sus dirigentes catalogaron como “vendidos” o, bien, de “rendirse ante la izquierda”.
Pero el nombre del abogado de la Pontificia Universidad Católica de Chile (PUC) a los UDI, sobre todo, los removía. Si había entonces una incipiente idea de dejar fuera a los Republicanos, la carta de Frontaura sobre la mesa terminó por despejar aquello. “Nosotros podríamos haber dicho en las negociaciones: esto no se cierra con patrocinios, sino que con 4/7, y listo, dejábamos fuera a los Republicanos. Pero la izquierda también estaba complicada y bueno… apareció Frontaura”, dijo por esos días un parlamentario de Chile Vamos al graficar parte de las negociaciones.
Y es que Frontaura es conocido como un “mentor” para varios dirigentes de la derecha, como por ejemplo, para el diputado de la UDI Guillermo Ramírez. Cualquiera que habla del abogado lo define como “una persona dialogante” y hasta incluso como un “oráculo” en cuanto a consejos políticos.
Los vínculos con la UDI estuvieron también marcados por el paso de Frontaura en la Fundación Jaime Guzmán (FJG). Quien sea que lo recuerde en la universidad o en la FJG relata que cuando alguien se asoma a su oficina se escucha música clásica, “la usa para concentrarse”, relatan.
Ese día de enero, en el almuerzo con los diputados republicanos, según comentaron presentes, Frontaura enfatizó en la necesidad de que la nueva Constitución mantenga a Chile como un Estado subsidiario. Esa discusión, de hecho, ha estado por estos meses en el corazón de las diferencias entre las “dos derechas” que hoy habitan el poder en Chile. Figuras como el presidente de la UDI, Javier Macaya, y el secretario general de RN, Diego Schalper, han acuñado por ese cambio; mientras han sido duramente criticados por los Republicanos.
El senador Macaya ha dicho que es probable que la UDI discuta internamente su declaración de principios para reemplazar el concepto de “Estado subsidiario” por un “Estado de derechos”.
“En lo personal, fue bien decidor cuando yo planteé lo del Estado social y democrático de derecho. Para la izquierda fue totalmente desconcertante. Y obviamente fue muy resentido por sectores tradicionales de mi sector. Pero lo entiendo como el tránsito natural”, admitió, en tanto, este domingo Schalper en La Tercera.
Justamente, a ojos de los Republicanos o de figuras como Kast o Frontaura, el Estado debe ser pequeño, eficiente, pero “con un brazo social importante”; que se aplique entonces, relevan, en su definición pura “la economía social de mercado”.
En el Partido Republicano reconocen que es una batalla difícil de ganar en el nuevo proceso constituyente, pues en los llamados “bordes” se establece que “Chile es un Estado social y democrático de derecho”. Pero ellos insisten: no irán a “torpedear” el proceso -como, dicen, ha intentado instalar Macaya- sino a dialogar y “fiscalizar”. Prueba de ello, afirman, es haber escogido a Frontaura como un experto constitucional.
En todo caso, más allá de que se avizore que las derechas se puedan enfrentar en el Consejo Constitucional por el rol del Estado, hay una tranquilidad transversal en ese sector de que un personaje como Frontaura esté presente en este nuevo proceso. Si en el anterior se vio un supuesto desmedro de la influencia de la Facultad de Derecho de la UC -a juicio de parte de algunos dirigentes de derecha- esta vez al menos, dicen, estará “uno de los duros, de la cuna de Guzmán”, un legado que incluso ha estado en disputa entre la UDI y los Republicanos.
Frontaura, el católico tradicionalista
El abogado es descrito por sus cercanos como un conservador, un “católico tradicionalista, como poco…” y eso, dicen, se ha notado durante toda su vida. Militó en la UDI varios años, pero antes fue parte del movimiento gremial de la PUC mientras estudiaba Derecho en esa casa de estudios.
Hoy comparte a diario, en su cuenta de Twitter, el “evangelio del día”. Y sus cercanos dicen que en su vida cotidiana intenta practicar al máximo sus valores católicos; la justicia, la moral, son parte de conceptos que ha repetido, afirman, cuando habla de sus razones para estar en política. Pero eso mismo le ha traído críticas.
Exalumnos recuerdan hoy una polémica de 2015 cuando un sistema frontal afectaba al país. “La lluvia es clamor del cielo por los inocentes que morirán si se consolida legalización del aborto #NoLosDejaremosSolos”, escribió Frontaura cuando ya era decano, y en medio del debate por el proyecto de aborto. Así como también exalumnos lo recuerdan como un ferviente defensor del matrimonio entre un hombre y una mujer.
Cuando asumió como decano, sin embargo, gran parte de la universidad lo conocía desde antes: dicen que ingresó a la UC en 1987, luego partió en la academia como ayudante de Gonzalo Rojas en Historia del Derecho y luego se convirtió en profesor de ese ramo, fue también secretario académico y vicedecano de la facultad.
En 2018, quizás, vivió el momento más álgido con estudiantes: la toma feminista que se produjo en la facultad por mujeres que denunciaban violencia machista de parte de profesores. En mayo de ese año, más de cien alumnas recopilaron frases machistas de profesores y las difundieron a través de una carta. Alumnos relataron en ese momento que Frontaura alojó en Casa Central con estudiantes que querían impedir la toma. “Es una oportunidad, hay situaciones que hay que corregir, y no son situaciones permanentes ni generalizadas”, dijo entonces en Tele13 Radio. Pero añadió: “Por excepcional que sea, es muy grave”.
Exalumnos hoy, en tanto, lo recuerdan como un profesor -junto a Gonzalo Rojas-que invitaba a los jóvenes “novatos” a ingresar al movimiento gremial de la UC. “Al final del día profesores como Carlos Frontaura son los que ven la Facultad de Derecho de la UC como un dispositivo de reproducción de una ideología de corte conservador”, dice hoy en día un exalumno del exdecano.
Sus críticos, sin embargo, le relevan su buen nivel académico y su sentido del humor.
En tanto, otros, como el diputado republicano José Carlos Meza, comentan que Frontaura fue crucial para su formación. “En lo personal conocí al profesor Carlos Frontaura hace muchos años en mi época de dirigente estudiantil, era una persona a la que uno solía recurrir para hacer charlas de formación, tiene una trayectoria formando a muchos personeros de derecha tanto en la UDI como algunos que hoy forman parte del Partido Republicano”, dice.
Su posición conservadora también la grafican al recordar su renuncia a la UDI: fue de los que creyeron que ese partido abandonó los principios. Un cercano a él, lo describe así: “Abandonó la UDI pues consideró que ya no representaba los valores del catolicismo social, demasiado liberal en materias de moral sexual y muy neoliberal en materias económicas…”.
El Estado subsidiario, así, no sería su único foco sino igualmente los llamados temas “valóricos”. Si en la fallida Convención Constitucional se avanzó en el aborto legal, esta vez, los Republicanos buscarán impedirlo nuevamente. Sobre todo porque, como han alegado por estos días, en los llamados “bordes” constitucionales no quedó lo suficientemente establecido la defensa del “que está por nacer”.
“La (propuesta de) Constitución abre el espacio también para la eutanasia. ¿Qué va a ser de nuestros abuelos, que va a ser de nosotros mismos cuando ya no seamos útiles a la sociedad? ¿Vamos a quedar expuestos a la posibilidad de que el Estado administre nuestra muerte?”, dijo Frontaura en un video de Acción Republicana, en medio de la campaña del plebiscito de salida.
Mano derecha de Sergio Micco en el INDH
En su discurso de dar la “batalla cultural” de las ideas de la derecha desde todos los ámbitos, Frontaura en 2016 fue ratificado por el Senado para ser consejero del Instituto de Derechos Humanos, una entidad duramente criticada por la derecha durante años, pues la han catalogado como un espacio ultra ideologizado, o, como el “brazo armado de la izquierda”.
A su llegada, en octubre de 2016, personas del INDH reconocen hoy que había prejuicios de Frontaura. Algunos se despejaron, otros no, como su conservadurismo. Pero sí admiten que era un abogado al menos justo, que debatió todo el tiempo con argumentos y reconoció las violaciones a los Derechos Humanos ocurridas durante el estallido social.
Un consejero del INDH que compartió con Frontaura, militante de Convergencia Social (el partido del Presidente Gabriel Boric), Yerko Ljubetic, comenta a T13.cl que “Carlos es una persona con la que es posible debatir de buena fe, con un gran nivel de argumentación y fundamentos, lo que facilita el diálogo más allá de las evidentes diferencias entre nuestras posiciones”.
Frontaura, dicen, reconoció desde el primer minuto, en el estallido social, que ocurrían violaciones a los Derechos Humanos de parte de agentes del Estado, sin embargo, apoyó la tesis del entonces director del INDH, Sergio Micco: éstas no catalogaban como “sistemáticas” y que Carabineros pudo haberlo hecho mejor…
“Carlos nunca le bajó el perfil a la violación de los Derechos Humanos, tenía muy claro cuál era su rol como consejero del INDH más allá de las posiciones político-partidistas”, opina el exconsejero Eduardo Saffirio (exDC).
Asimismo, al interior del INDH recuerdan que Frontaura, junto a Saffirio, fueron los consejeros más cercanos a Micco, quien enfrentó una compleja gestión a raíz del estallido social de octubre de 2019. “Sergio Micco encontró alguien que pensaba de manera similar, en quién apoyarse…”, comenta hoy un excolaborador del INDH.
Los prejuicios, cuentan, también se fueron disolviendo porque Frontaura a veces respaldaba iniciativas que “cualquier persona de derecha votaría en contra”, recuerdan. Un episodio, relatan, fue de un caso complejo -no del estallido precisamente- cuando un carabinero, en el contexto de la persecución por una ‘encerrona’, disparó a un niño, quien falleció en el asiento del copiloto. Un caso complejo, en el que abogados del INDH recomendaron querellarse contra el policía. Frontaura apoyó la moción.
Su periodo en el INDH finalizó el 11 de octubre de 2022.
Su relación con José Antonio Kast
Si bien José Antonio Kast ingresó tres años antes que Frontaura a estudiar a la Facultad de Derecho UC, sus cercanos dicen que se recuerdan desde esa época, aunque realmente estrecharon lazos en su dirigencia en la UDI.
Un exdirigente de ese partido recuerda que ambos estaban, por lo general, alineados políticamente mientras militaban en la colectividad que fundó Jaime Guzmán. Esto, a contrapelo de otros dirigentes que estaban entonces en la primera línea. Un episodio de ello, dicen, fue el debate que se dio a raíz de la candidatura de Laurence Golborne. Fueron de los pocos, “sino los únicos”, que entonces se opusieron a bajar al presidenciable de la carrera del año 2015. No lo consideraron leal; cercanos a Kast dicen que fue el hecho que más lo ha conmocionado de su carrera política.
Frontaura, asimismo, fue clave para Kast en la campaña presidencial de 2021. Si bien no era parte del grupo pequeño que tomaba las decisiones políticas, sí fue parte del círculo programático junto a otras figuras como el abogado UC Marco Antonio González (en la foto). Como diputado, cuentan, de hecho, Frontaura ya jugaba un rol en la carrera de Kast, lo aconsejó, y fue una suerte de “Pepe Grillo” en más de una ocasión.
Hace casi un año, Frontaura, junto a su señora Ana María, adoptaron a su séptimo hijo, una guagua con síndrome de down, lo que, relatan, conmovió a sus círculos católicos, sobre todo a la señora de Kast, Pía Adriasola.
Hoy, dicen, ni siquiera fue necesaria una conversación previa de Kast con Frontaura respecto a su rol como experto en el futuro Consejo Constitucional: “No hay que recordarle ningún principio, porque los sabe mejor que nosotros”, concluye un republicano.