Fue una de las sorpresas del segundo mandato de Sebastián Piñera. El Mandatario apostó por el escritor y ex ministro de Cultura, Roberto Ampuero, para encabezar una de las carteras cruciales: la cancillería. 

La misión no era cualquiera. El titular de RR.EE tendría que enfrentar la fase oral de la demanda de Bolivia ante La Haya. El nombramiento sorprendió a muchos, pues las apuestas estaban puestas en otros nombres, como Hernán Larraín, quien terminó en Justicia. 

Aunque no es una tradición como lo era en Hacienda -donde se rompió la costumbre con la salida de Alberto Arenas durante el segundo mandato de Bachelet- desde el primer gobierno de Sebastián Piñera que los cancilleres se habían mantenido durante todo el mandato. Así lo hizo Alfredo Moreno entre 2010 y 2014, y Heraldo Muñoz entre 2014 y 2018.

La salida de Ampuero de la cartera se da luego de meses complejos, marcados por las críticas a su gestión. Desde la oposición han acusado en reiteradas oportunidades una "improvisación" por parte del escritor al enfrentar la política exterior de Chile, en especial en lo referente a la crisis en Venezuela. 

De hecho, en abril de este año el Senado convocó a una sesión especial para abordar el manejo de las relaciones exteriores, tras la cumbre Prosur realizada en Santiago y que tuvo entre sus presentes al mandatario de Brasil, Jair Bolsonaro.

“Aquí no hay improvisación de ningún tipo, hay una estrategia que se ha realizado y sigue cumpliendo” fue la respuesta de Ampuero frente a los reparos opositores. 

Una respuesta que fue calificada como "pobre" por parte del DC Jorge Pizarro: “Hay un dejo de arrogancia y de soberbia en las expresiones del canciller al decir que todo está fantástico y que lo están haciendo muy bien”,

"Es alguien que todavía no termina de acomodarse en el cargo (...) como canciller le ha costado una enormidad y esas expresiones no las comparto para nada", afirmó el PPD Ricardo Lagos Weber. 

Pero además, Ampuero enfrentó críticas por la demora en la designación de embajadores y la fallida designación del hermano del Presidente, Pablo Piñera, en la sede diplomática de Argentina, así como el polémico nombramiento de Fernanda Bachelet, una ingeniera comercial de 27 años como agregada comercial. Un cargo con un sueldo de 10 millones de pesos que, aunque se redujo a 7,5 millones, no aplacó las críticas. 

Ahora la cartera quedará en manos de Teodoro Ribera, quien durante el primer mandato de Piñera ocupó la cartera de Justicia y hasta ahora se desempeñaba como rector de la Universidad Autónoma. 

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