El presidente del directorio de la Empresa Portuaria de Valparaíso (EPV), Raimundo Cruzat, visitó Mesa Central para abordar la movilización protagonizada por trabajadores portuarios que se extendió por 35 días.
“Me encontré con un conflicto que llevaba tres semanas de iniciado y eso había endurecido las posiciones de ambas partes”, señaló respecto a su llegada a la cabeza del directorio de EPV.
De igual manera, comentó que “el movimiento se empezó a ir a la ciudad y se hizo (el conflicto) más visible (…) los dirigentes formales habían tomado distancia y cuando se dieron cuenta que se estaba fortaleciendo se fueron hacia el lado de los delegados más radicales”.
En ese sentido, añadió que “el puerto fue tomado y no dejaban entrar a nadie, amenazaron a trabajadores no movilizados (…) la postura de la empresa en ese momento fue: ‘yo con ese nivel de violencia no converso”.
“Hubo lentitud en la empresa de abrirse al diálogo. Hubo 22, 23 días y ambas partes no se habían reunido”, aseguró.
Sobre el presente del trabajo en los puertos, apuntó que “hay una deuda del Estado de Chile con los trabajadores portuarios. Yo reconozco esa deuda, los trabajadores de los puertos tienen condiciones de trabajo bastante especial”.
“La ganada, que yo veo, es que esto es como los ‘pingüinos’ cuando pusieron el tema de la calidad de la educación en el tapete. Los trabajadores portuarios eventuales pusieron en el tapete que aquí hay un tema que modernizar respecto al esquema laboral portuario”, puntualizó.
Y es que para Cruzat, en el fondo, “hay una deuda de actualizar esa condición portuaria, porque el paro se gatilla por el bajo movimiento de carga en el puerto de Valparaíso”.