Colombianos realizan en torno al 80% de peticiones de refugio en Chile

Por Esteban González y Phillip Durán

El debate en torno a la cantidad de inmigrantes en Chile se tomó la agenda -política, sobre todo- durante la última semana. El gobierno, de hecho, anunció que priorizará un proyecto de ley -cuyo envío estaba congelado desde hace varios meses- para reformar la Ley de Extranjería, elaborada en 1975 por el régimen militar y que es calificada transversalmente como obsoleta.

De acuerdo al Anuario Estadístico Nacional Migración en Chile 2005-2014, la mayoría de los migrantes viene de países fronterizos: 41,8% de Bolivia y 28,6% de Perú. Le siguen los colombianos con el 11% en 2014, subiendo en 9,4% en los últimos nueve años.

Aunque son terceros en ese ranking, los ciudadanos de Colombia lideran otra lista: la de las solicitudes de asilo o refugio. Y con creces.

La denominación se refiere, de acuerdo a la norma vigente, básicamente a quienes hayan dejado su país por temor de ser perseguidos por motivos de raza, religión, nacionalidad, pertenencia a un grupo social u opiniones políticas.

El año pasado, de acuerdo a cifras del Ministerio del Interior a las que accedió T13.cl, Chile concedió a 19 personas el estatus de refugiado.

Para acceder a dicha condición, cada persona debe solicitarla formalmente al ingresar a Chile o dentro de los 10 días posteriores. De acuerdo a las mismas cifras entregadas por Interior, esos 19 casos en que el Estado accedió a dar la condición de refugiado en 2015 corresponden sólo al 3% de las solicitudes concretadas: en total, 629.

Al desglosar esta última cifra por nacionalidad, el 78% de las peticiones de asilo en 2015 fueron realizadas por ciudadanos colombianos: 490 de esas 629. En la lista de países le sigue República Dominicana, con 60 solicitudes; y Cuba con 17; Venezuela con 14; Bolivia con 9; Siria con 8 y Ecuador y El Salvador con 7 casos.

La alta cantidad de solicitudes de ciudadanos de Colombia no fue sólo el 2015. Al revisar los números desde 2011, el total de peticiones es de 1.591. De ellas, 1.327 fueron concretadas por colombianos, vale decir, el 83%.

El mismo 2015, pese al alto número de solicitudes, sólo fueron 19 aprobadas y 5 rechazadas. De acuerdo a Interior, actualmente existen 2.523 personas que aún tramitan su solicitud de refugio en Chile. (Revisa las cifras completas en tablas al final)

El alto número de ciudadanos colombianos pidiendo refugio en otros países no es una situación que suceda exclusivamente en Chile. De acuerdo a cifras de la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados, Acnur, desde 1969 -año en que comenzaron los registros- hasta 2014, el 35,8% de las 11 millones de solicitudes de asilo y refugio político realizadas por latinoamericanos fueron de colombianos.

En total, fueron casi 4 millones. El 2000, la cifra anual subió de 4 mil a 14 mil y en 2007, el aumento fue de 94 mil a casi 600 mil. Los países preferidos de destino: Ecuador y Venezuela.

Incluso, según Acnur, Colombia -golpeada en los últimos años por el narcotráfico y la lucha armada interna, con las Farc como protagonistas- está entre los 20 países de origen con mayor número de solicitantes de refugio a nivel mundial.

Procedimientos a revisar

La calidad de refugiado puede ser pedida al ingresar a Chile o en los días siguientes. De acuerdo a datos de Acnur, “incluye la prohibición de ser rechazado/a en frontera siempre que lo persona manifieste de alguna manera su interés de pedir asilo o la protección del Estado chileno”.

De hecho, si el extranjero ingresó de forma irregular, se deberá suspender cualquier sanción.

Tras la solicitud, el extranjero recibe una visa de permanencia transitoria por al menos ocho meses, prorrogable, mientras el Estado resuelve si concederá o no el asilo. “La visa -señala Acnur en la Guía para refugiados y solicitantes de la condición de refugiado en Chile- permite obtener un documento de identidad chileno, con el cual se puede acceder a lo red de servicios públicos”.

Esta visa transitoria permite además acceder a educación, salud y da derecho a trabajar.

Quien define si se otorgará la condición de refugiado es una comisión integrada por representantes de los Ministerios del Interior y Relaciones Exteriores, además de Acnur.

Para algunos, las altas cifras de solicitudes de refugio marcan una situación que enciende una alerta y que debe ser revisada, pues podría estar siendo usada como vía de ingreso a Chile.

“Se deduce que hay algo que no está funcionando bien”, dijo el diputado UDI Renzo Trisotti, uno de los parlamentarios que esta semana presentó enmiendas a la Ley de Extranjería.

“Es muy probable que, más que abuso, lo que haya en estos casos es falta de claridad respecto de cuáles son las condiciones que debe tener en cuenta una persona para que se le asigne el carácter de refugiado y, por lo tanto, haya una utilización muy laxa en torno a este mecanismo como argumento de ingreso al país”, agregó el parlamentario.

“Lo que ocurre es que, finalmente, el Estado de Chile invierte tiempo y recursos en personas que no cumplen con el carácter de refugiados, en vez de utilizar esos mismos recursos en otras necesidades”, indicó Trisotti, quien -en todo caso- insiste en que la propuesta opositora para reforma la Ley de Extranjería no apunta “como se nos ha tratado de caricaturizar, a construir muros ni cerrar nuestras fronteras; por el contrario, estamos a favor de las migraciones”.

“Siempre hemos dicho que estamos por una política de puertas abiertas, pero también hemos visto legislaciones de otros países, en que existen reglas claras de ingreso, algo con lo que en Chile hoy día no cuenta”, indica.

Por su parte, el director del Servicio Jesuita a Migrantes, sacerdote Miguel Yaksic, sostiene que la alta cifra de solicitudes de colombianos responde a la compleja situación de seguridad en ese país y a que buena parte de los colombianos que llegan a Chile provienen de la ciudad de Buenaventura, “donde las consecuencias del narcotráfico y el conflicto interno armado son importantes”.

Buenaventura es el principal puerto de Colombia en el Pacífico, con una de las tasas de violencia y desplazamiento más altas del país, a raíz de enfrentamientos entre grupos armados, en un cuadro marcado por reclutamiento de menores, violencia sexual, asesinatos, torturas, desapariciones y barrios pobres sin acceso a los servicios básicos.

Con todo, Yaksic señala que el amplio número de solicitudes versus la poca cantidad de requerimientos aceptados se explica en que existe, a su juicio, “una zona mixta, gris” en la legislación, que no “da el ancho”.

“Las definiciones para el refugiado con que contamos actualmente son un poco torpes, están muy delimitadas a razones políticas, religiosas, de género. Entonces, cuando se revisan las situaciones y se certifica que la persona X no está siendo perseguida por el Estado colombiano, lo más probable es que no se le conceda la calidad de refugiado”, explica.

Algo que, a su juicio, no debiera ocurrir: “quien llega de Buenaventura es un sujeto que necesita de protección internacional, considerando que viene escapando de una realidad de violencia en la que está en riesgo su seguridad y hasta su vida”.

En ese contexto, Yaksic rechaza la tesis de que extranjeros estén utilizando las solicitudes de refugio para ingresar como indocumentados a Chile.

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Solicitudes de refugio aprobadas en Chile

Solicitudes de refugio rechazadas en Chile

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