-Se habla que hay dos almas en el gobierno. ¿En qué se diferencia el FRVS del Socialismo Democrático?
-Principalmente en la trayectoria política de la gente que configura el partido. Nosotros nos hemos ido encontrando entre los distintos militantes del partido, a través de una serie de luchas que se han dado en los territorios, especialmente por la descentralización del país y por la defensa de los territorios de las zonas de sacrificio. Cuando el esquema institucional no te da espacio para expresar y resolver una contienda política, tú construyes una identidad propia y creemos que lo que nos diferencia de Socialismo Democrático es eso. Nosotros somos muy territoriales para interpretar los procesos, nos esforzamos por tener la visión y el interés de la gente en primerísimo lugar y tenemos una vocación muy firme de superar el eje izquierda y derecha, creo que es bastante perversa la relación que se da en las conversaciones políticas y sociales.
-¿Qué le parece que el PS haya decidido hacer la campaña del Apruebo por un carril propio?
-Me parece una apuesta bastante razonable. Creo que se están ajustando las diferencias entre el Apruebo y el Rechazo y, por lo tanto, va a ser una campaña de nicho. En ese sentido la mirada que tiene el PS me parece estratégica porque hay que convocar especialmente al mundo de la centroizquierda o a públicos específicos. Tal como el PS tiene un electorado al que apelar, también lo tiene el resto de los partidos porque son públicos distintos, somos una coalición; sino, seríamos el mismo partido. Entonces, la gracia que tiene el Apruebo es que hay tantos matices como partidos y movimientos. Y en la estrategia de apelar al público en particular es donde nosotros vamos a tener mayores posibilidades de llegada a un buen resultado en septiembre.
-¿Cómo abordará el FRVS de la campaña del Apruebo?
-Vemos una relación muy íntima entre el nuevo texto constitucional y el proyecto político del partido. Por ejemplo, el artículo 1 de la Constitución establece un Estado regional, lo que para nosotros es un tema central, y un Estado ecologista, y solidario, una república solidaria. Esos tres elementos, independiente de todos los ajustes que haya que hacer en el texto para que responda a la necesidades que la gente planteó durante el estallido social, los vamos a defender. Cuando ves diferencias entre los distintos proyectos políticos o intensidades en la defensa de algunos principios es donde tú dices no podemos compartir la misma franja. Tenemos la misma voluntad de aprobar pero este es un proceso al que se está llevando a cabo. No es una Constitución escrita en piedra, es un proceso, porque ahora (el texto) no solo va a consulta a la ciudadanía sino que también va a ser adaptado en el Congreso Nacional.
-No es dar una ventaja a la derecha, que irá unida en la campaña por el Rechazo.
-Me parece completamente atendible que se exprese la diversidad de opiniones en el Apruebo. Porque seguramente no vamos a estar tan de acuerdo en la intensidad de las correcciones que hay que hacerle al texto. Algunos serán más integristas en la defensa y otros estarán dispuestos a hacer modificaciones más profundas o más amplias y eso finalmente se va a determinar en un territorio. La disputa además va a estar en otro espacio: el Congreso Nacional.
-El Presidente Boric dijo que no se puede comparar la aprobación del gobierno con la del proceso constituyente ¿Concuerda?
-Creo que fue un error haber vinculado el éxito del gobierno y el plebiscito de salida, porque hay una razón muy de fondo: el proceso constituyente es un proceso que tiene distintos momentos. No se puede dar un cierre en el momento del plebiscito. El propio proceso constituyente estableció primero elegir una Asamblea Constituyente, donde el actor relevante eran los representantes que fueron democráticamente elegidos, la discusión democrática que se dio al interior de este organismo. Pero después, en el segundo momento, el actor más relevante y principal es la ciudadanía. Hay un tercer momento que todavía no permite que el actor principal se vea y es el Congreso Nacional. Entonces, relacionar estos dos procesos no solo no es virtuoso, porque se transfieren los costos tanto de la administración del gobierno como del proceso constituyente, sino también que el proceso constituyente no va a tener un cierre para evaluar qué fue muy bien, qué hubo… Por ejemplo, si gana el Rechazo hay que pagar los costos, y si gana el Apruebo tampoco vamos a poder celebrar con tantas ganas porque viene todo un proceso de adecuación de normas. Por eso es un error, porque no hay un momento de cierre.
-¿Cómo evalúa la carta de Ricardo Lagos, en que toma una posición equidistante del Apruebo y el Rechazo?
-Fue bastante alivio que se sinceraran las posturas y que finalmente quedara en evidencia por qué no se hicieron los cambios profundos que Chile requería en los gobiernos progresistas post dictadura militar. Queda en evidencia dónde está ahora la gente que pidió esos cambios. Están en los Amarillos, quedan en la mitad de la DC, quedan en otros espacios de poder de la centro derecha y claramente el que el ex Presidente Lagos tome esta postura sincera también la opinión que él tenía del proceso de cambio y, finalmente, contra algunos aspectos de esos 30 años que él representa.
-El secretario general del PS, Camilo Escalona, dijo que las palabras de Lagos causan un daño al Apruebo.
-Creo que para Camilo Escalona, para todo el PS, y para todo su sector, el Socialismo Democrático, es muy dañina la postura del ex Presidente Lagos porque efectivamente hay un margen ahí que está siendo captado o está tratando de ser llevado a la opción del Rechazo. En ese sentido creo que (Escalona) tiene toda la razón. Sin embargo, también es bueno que se aclare de qué lado de la historia va a quedar el ex Presidente Lagos y la historia creo que no va a ser condescendiente con su figura.