Fue el 8 de enero de 1949 que el voto femenino universal cambió en una realidad en Chile. Luego, de años de lucha feminista por una plena participación política, las mujeres lograron el derecho a elegir a los presidentes de Chile ya los parlamentarios. Un avance que se sumaba al logrado en 1932 cuando pudo sufrir por primera vez en las municipales.
El voto femenino se convirtió en medio de un clima político convulsivo, tras la promulgación en 1948 de la ley de Defensa permanente de la democracia, más conocida como "ley maldita", que declaró ilegal al Partido Comunista, por lo que se dice que el entonces el presidente Gabriel González Videla accedió a apoyar la lucha femenina para apaciguar a los ánimos.
Con todo, para que se hiciera efectivo este derecho, las mujeres tuvieron que esperar hasta 1952, cuando fue electo Carlos Ibáñez del Campo. Sin embargo, no todas las personas deben participar debido a la misma ley que había dejado al PC fuera de la política formal.
¿Cómo se liga esto con la Constitución?
Ad portas de un plebiscito que decidirá si se realiza o no una nueva Constitución, ya 71 años de la promulgación del voto femenino, cabe la pregunta de ¿qué tiene que ver el documento constitucional con el derecho a voto?
La ciudadanía y el ejercicio al sufragio son aspectos regulados en la Constitución. Dos elementos cruciales y que durante décadas estuvieron reservados para los hombres y, en los inicios de la vida republicana, para los varones con montos específicos de renta o acceso a propiedades.
Tal como explica Francisco Soto en el libro "La Constitución en debate", las mujeres "no siempre tuvieron derecho a voto en nuestro país. Esta fue una dura lucha que encabezó el Movimiento Pro Emancipación de la Mujer en Chile, que agrupaba a diversas organizaciones feministas y de mujeres".
A esto agrega que "gracias a su movimiento y en consonancia con diversas organizaciones a nivel internacional que lucha por los derechos políticos de las mujeres, en 1934 se celebró el voto femenino para las elecciones municipales y recién en 1949 para las elecciones presidenciales y parlamentarias se concedió el derecho a voto a las mujeres".
Por otro lado, fue recientemente en 1999 que se modificó una carta a la carta magna que estableció que “hombres y mujeres son iguales ante la ley”.
Al respecto, Claudia Heiss, jefa de la carrera de Ciencia Política del Instituto de Asuntos Públicos de la Universidad de Chile, señala a T13.cl que “las mujeres han subsidiado por mucho tiempo a los hombres en la vida pública y han tenido muy poca participación pública, han estado relegadas más bien a la esfera privada, y eso se había entendido en el pasado como una forma razonable de entender la ciudadanía".
"Hoy día yo creo que ha habido una sensación muy mayoritaria de que cuando un grupo constituye más de la mitad de la población, y no está participando de forma igualitaria en los grupos en los que se toman las decisiones, significa que el sistema político en Chile tiene una exclusión grave, y eso afecta a la legitimidad del sistema político”, agrega.
La experta, que participó de la mesa técnica que elaboró la reforma constitucional para el plebiscito del 26 de abril, puntualizó que “la definición de la democracia es la identidad entre gobernantes y gobernados, y cuando un 85% de hombres legislativos lo que va a afecta la vida de más de la mitad de la ciudadanía -que son mujeres y que no están participando de forma igualitaria- significa que hay una exclusión que afecta gravemente el carácter democrático de esa decisión política”.