“Debo reconocer que estas semanas me he sentido un poco extraño en la UDI”. Esa fue una de las primeras frases que pronunció Pablo Longueira al comenzar su alocución frente a la comisión política ampliada de la UDI.
Había sido una semana intensa en la colectividad. Su irrupción en la política dando tres golpes -su posición por el Apruebo, su postulación a ser constituyente y sus ganas de presidir la UDI- provocó un debate arduo en el sector. Y este lunes por la noche, así, selló su reencuentro con la UDI.
Él mismo manifestó que no esperaba tomar esta posición, sobre todo, porque dijo estar “superando la situación que estoy viviendo”. Sin mencionarlo explícitamente, los asistentes al encuentro entendieron que aludía a su caso judicial.
“Busco que conversemos”, dijo a los minutos Longueira. Y partió agradeciendo a la presidenta de la colectividad, Jacqueline van Rysselberghe, quien lo había antecedido con una introducción ante la comisión política ampliada.
La senadora confesó que desde enero estaba enterada sobre el Apruebo de Longueira, pero que, entonces, la directiva le pidió guardar silencio.
La jornada fue ardua, dicen quienes presenciaron el encuentro de carácter privado. Duró tres horas; casi una hora de alocución del excandidato presidencial y otras dos de preguntas de los presentes.
Diputados como Guillermo Ramírez, Javier Macaya y Patricio Melero tomaron la palabra en esa instancia y, dicen, el senador Juan Antonio Coloma -antes de la irrupción de Longueira era el único “coronel” activo- guardó silencio durante toda la cita.
La extrañeza que dijo sentir Longueira, afirman fuentes del partido, hacía alusión -así lo habría dicho explícitamente- a las críticas que recibió durante la semana, primero, por su postura ante el Apruebo y, segundo, por “imponer” su liderazgo para la presidencia de la UDI. De hecho, un grupo de diputados gremialistas -de la llamada “renovación”, entre ellos, Macaya, Ramírez y María José Hoffmann-, le habían enviado un mensaje claro: que si quería presidir la UDI, debía competir contra una lista de ellos.
Pero al rato de transcurrido su discurso en la reunión telemática, Longueira fue matizando con lo que llamó “gratitud” de volver. “Yo los respeto mucho y les pido que me respeten a mí”, aseguró.
En la colectividad dicen que no se extendió mucho sobre la presidencia de la UDI y que, al respecto, solo explicó que no podía dar una entrevista política y luego regresar a Villarrica. Sostuvo que debía tomar un rol. Y, por eso, habría dicho que buscaba posicionarse como presidente de la UDI para jugar un rol preponderante en la Convención Constituyente. Eso sí, afirman, precisó que incluso estaba dispuesto a ser prosecretario -en pos de la unidad- así como también de competir por la presidencia.
Longueira y Pinochet: “Le dije que no iba a ganar”
En lo que sí se extendió bastante Longueira, dicen en el partido, fue en el plebiscito del 25 de octubre. Fue enfático: llamó a construir un relato independiente de la postura del Rechazo o del Apruebo. “Nadie en la UDI está por mantener las cosas como están”, habría dicho. Por eso, pidió unidad en ese relato político y a luchar por obtener 1/3 de la representación, porque, dijo, ese es el lugar que ocupa la centroderecha en el país, un 40%.
En ese sentido, Longueira también enfatizó en la necesidad de convencer a esos 2/3 para lograr una Constitución “moderada”. Así, el exministro destacó a líderes exconcertacionistas, tal como lo ha hecho en los últimos días de manera pública.
El exsenador, al respecto, dijo que era muy importante mantener reformas de “la Constitución de Lagos (de 2005)”. Sobre contenidos, además, enfatizó en que debía haber dos acápites importantes en la nueva Constitución: pueblos originarios y desarrollo medioambiental sustentable.
También, dicen, habló de derechos sociales, pero no ahondó demasiado; que debía haber exigencias al Estado, pero sin caer en utopías; que esas exigencias fueran “abordables”.
Longueira, relatan presentes, a ratos volvió al pasado. Primero lo hizo rindiendo un homenaje al recién fallecido exsenador Marco Cariola, recordado, entre otras cosas, por haber visitado en varias ocasiones a Augusto Pinochet mientras era recluido en Londres.
Luego, el exministro rememoró las conversaciones que en algún momento tuvo con Pinochet previo al plebiscito de 1988. “Le dije que no iba a ganar”, relató, según presentes. Sin embargo, agregó que ese 43% obtenido en el Sí fue muy relevante. “Logró que todos estuviésemos unidos”, señaló, en alusión a los partidos políticos, las Fuerzas Armadas y el gobierno de ese momento.
“Hoy, en cambio, estamos divididos”, habría agregado de inmediato, ejemplificando con los alcaldes de Chile Vamos mayoritariamente en el Apruebo y, sobre todo, dijo, “el 60% del gabinete está en el Apruebo”.
En ese escenario, Longueira volvió a recalcar la importancia de la unidad, de hacer “una campaña conjunta”, independiente del Rechazo o del Apruebo. “Mi apruebo no es desde cero”, subrayó, al tiempo que, dijo, el Rechazo del partido también admite cambios constitucionales.
En el ciclo de preguntas, en tanto, se abordó la estrategia diferente que tenía el partido, a comparación de la que él planteaba, pero Longueira volvió a recalcar que no regresó al partido para pedir que cambiaran de postura. “Unámonos fuerte en no partir de cero”, dijo varias veces.
Y, además, respondió directamente a una de las inquietudes: “No vengo como el mesías”. El calificativo, de hecho, se había repetido en varias conversaciones UDI de la semana pasada.
“La política está cambiada”, habrían enfatizado, por su parte, los dirigentes UDI, en alusión a esa onda noventera que le habían adosado durante la semana.
Fue una jornada intensa, de buen tono, concluyen en el gremialismo. Pero en ningún caso hubo ovación a la postura de Longueira, agregan, como ocurría antes, años atrás, cuando los consejos generales eran masivos y presenciales; y las comisiones políticas ampliadas terminaban, en la casona de Providencia, en una única conclusión.