De sentirse abandonado en su isla de nacimiento a ser vitoreado como un héroe al fin del mundo, la carrera de Santiago Ford para ganar el oro en Decatlón en los Panamericanos de Santiago 2023 es una épica digna de una medalla en sí misma.
El atleta se quedó con el título en decatlón panamericano el 31 de agosto, dándole la séptima medalla de oro al Team Chile. Tras coronarse como el campeón panamericano, celebró junto a su hijo en la pista. Un par de meses atrás, hubiera sido una hazaña imposible porque Ford no contaba con una nacionalidad chilena porque entró al país de forma ilegal.
Santiago Adolfo Ford Romero nació hace 26 años en Cuba como el menor de dos hermanos. En 2011 y 2012 participó de los Juegos Nacionales Escolares de la isla, donde obtuvo el primer lugar, y desde los 15 años vivió en un centro de alto rendimiento porque comenzó a competir por su país en Decatlón.
En 2016 se quedó con la medalla de plata en decatlón en la Copa Cuba, tras conseguir 7.943 puntos. A los 20 años ya se había posicionado en el cuarto lugar en el Mundial Junior. En 2018 participó en los Juegos Centroamericanos de Barranquilla, en donde sufrió una lesión que le hizo sentir abandonado: nadie lo fue a visitar ni se preocupó por él.
“En Cuba tienes que tener oro o plata para que te reconozcan y puedas llamar un poco la atención. Si no, no eres nadie. Es complicado”, dijo el medallista a Emol en mayo de 2022.
Fue entonces que tomó la decisión de dejar La Habana e iniciar un largo camino hasta Chile, país del que tenía conocimiento por el entrenador Alfredo Pavez, a quien conoció en una competencia.
El atleta ingresó a la parte sur del continente por Guyana, que comparte fronteras con Venezuela, Surinam y Brasil. En este último país inició un largo viaje en camioneta por la selva amazónica hasta Manaos, desde donde tomó un vuelo hasta Perú.
Entonces comenzó una larga travesía a pie -poniendo a prueba su entrenamiento y resolución- para cruzar completamente solo el desierto hasta Chile. “En Perú le robaron y hasta pasó por un campo minado. Venía deshidratado”, comentó Ignacio Guerra, lanzador olímpico de jabalina, a El Mercurio.
Tras recorrer seis mil kilómetros, fue finalmente en septiembre de 2018 que logró ingresar a nuestro país. Desde Arica tomó un bus hasta Santiago, donde trabajó como guardia de seguridad de una discoteca para conseguir dinero con el que mantenerse en el Hotel del CAR en el Estadio Nacional. El trabajo de noche era desgastador, por lo que sentía que no rendía en las pistas como él quería.
Todo cambió cuando conoció al entrenador Matías Barrera, que lo acogió en su casa y con quien empezó a trabajar para mejorar su rendimiento. “Tengo unos entrenadores que se la jugaron por mí, no ahora que tengo una medalla panamericana, no hace seis meses cuando salí subcampeón sudamericano, sino cuando Santiago Ford no tenía donde vivir, cuando Santiago Ford no tenía nacionalidad. En ese momento tuvieron una dedicación para mí que me tiene en este punto”, comentó el atleta tras ganar el oro.
El chileno Santiago Ford
Además de poder continuar su carrera como un deportista de alto rendimiento, Ford tuvo un hijo con su esposa chilena, Cinthia, con quien tuvo un hijo, Jordan. A pesar de entrenar en Chile, le faltaba un elemento crucial para que pudiera competir por el país: Necesitaba tener la nacionalidad.
Tras más de cinco años viviendo acá, fueron los dos ex atletas y ahora parlamentario, Sebastián Keitel y Érika Olivera, quienes ingresaron la solicitud para que el Estado le otorgara la nacionalidad por gracia. Fue finalmente el 21 de enero de 2023, nueve meses antes del inicio de los Juegos Panamericanos de Santiago 2023, que fue reconocido como chileno.
Tras coronarse como el campeón en el evento deportivo, el medallista cubano-chileno dijo “si me hubieses preguntado hace cinco años y medio, no sabría qué contestar, porque no imaginaba qué iba a encontrar en Chile. Hoy, gracias a (Sebastián) Keitel, a Érika Olivera, que lo dieron todo para empujar este proceso, estoy muy feliz, porque sé que todos estos sacrificios no fueron en vano".
"Cuando llegué a la meta no me paré porque quise, sino que me acordé cuando estaba caminando por el desierto a las cinco y media de la mañana, parado, de pie, sin saber qué hacer, pero con el objetivo claro que era llegar aquí", agregó.
Tras una larga carrera tanto para llegar a este país como para conseguir el oro panamericano, el campeón chileno sostuvo “no me arrepiento de la decisión que tomé, creo que fue lo mejor, y esto empieza ahora”.