Al pie de la Acrópolis, el barrio de Koukaki en Atenas suele ser muy popular entre los turistas, pero desde que se abatió la pandemia, sus terrazas, calles peatonales y también sus alojamientos Airbnb se quedaron sin clientes.

En Atenas, como en todas las capitales europeas, con la interrupción de las conexiones aéreas, la propagación mundial del nuevo coronavirus acabó en seco con las estancias turísticas, al final de una década de crisis. 

Directamente afectados, cientos de pequeños propietarios habían decidido alquilar sus propiedades en Airbnb para compensar sus pérdidas de ingresos.

"Ha habido un paro brutal de reservas", lamenta Romina Tsitu, propietaria de dos viviendas en Koukaki, que alquila vía la plataforma Airbnb desde 2014.

Por su parte, Stefania Dimitroula tomó una decisión. Su pequeño apartamento de Koukaki está ahora disponible para alquileres de larga duración. "Desde principios del verano de 2018, estuvo constantemente ocupado gracias a Airbnb", explica esta griega, de 32 años. Pero "el 100% de mis reservas fueron canceladas para abril, mayo y junio". Esta mujer, desempleada, no tenía otra opción. 

El alquiler de larga duración es una "verdadera tendencia de fondo", estima Patrick Tkatschenko. Este agente inmobiliario en Atenas, miembro de la Federación de Bienes Inmobiliarios de Grecia (OMASE), fue contactado en las últimas semanas por varios propietarios interesados por el alquiler clásico. "Airbnb está recibiendo un duro golpe. Las consecuencias de la covid-19 están acelerando la regulación del mercado. Es extremadamente brutal", asegura Tkatschenko a la AFP.

- Airbnb despidió un cuarto de su personal -

La plataforma estadounidense, "duramente golpeada" por la pandemia, anunció el martes el despido de una cuarta parte de sus 7.500 empleados. "Estamos atravesando colectivamente la crisis más dolorosa de nuestras vidas", admitió el jefe de Airbnb, Brian Chesky.  

Con sede en San Francisco, Airbnb, que anuncia para 2020 ingresos "de menos de la mitad" de los generados en 2019, reconoce no saber "cuándo los viajes se reanudarán". Y "cuando lo hagan, será diferente", estima Chesky.

Para muchos, el apartamento turístico, a diferencia de los hoteles, todavía tiene varios años por delante ya que permite al cliente aislarse con seguridad.

En Barcelona, Enrique Alcántara no está preocupado por el futuro de Airbnb y quiere creer en el "triunfo" de este tipo de alojamientos.

El presidente de Apartur, la federación de asociaciones de apartamentos turísticos de Barcelona, prevé una caída del 85% del volumen de negocios para 2020. Pero considera que el apartamento turístico "se adaptará más fácilmente a las nuevas necesidades de los turistas, sobre todo en materia de seguridad".

Por el momento, las pernoctaciones en apartamentos turísticos en España cayeron 65,5% en marzo, según el Instituto Nacional de Estadísticas.

Juan Quilis, propietario de un apartamento en Sevilla, no tiene la intención de abandonar el alquiler a corto plazo. "Aquí la temporada alta es en primavera (boreal). Las reservas de mayor ingreso son en ese momento. Hace un par de semanas, puse un anuncio en Idealista para alquilarlo 2-3 meses. Pero la gente lo quería para larga duración. Eso no me interesa porque son contratos de 3-5 años. Si veo que las cosas no remontan, lo pondré en alquiler de larga duración, pero sería como última opción", añadió.

En Francia, Airbnb espera que las reservas se recuperen este verano gracias a la clientela doméstica, ya que los franceses deberán seguramente pasar sus vacaciones en el país. 

"Actualmente la actividad es mínima debido a las medidas de confinamiento", explica Aurélien Pérol, director de la comunicación de Airbnb Francia, quien considera que "el clima de incertidumbre sobre las modalidades exactas del desconfinamiento favorecerá las reservas de última hora".

En Ámsterdam, la oferta de alquileres clásicos aumentó a mediados de abril, según el periódico local Het Parool.

Un estudio realizado por Spitogatos, primera plataforma de anuncios inmobiliarios en Grecia, revela un claro aumento de los bienes de alquiler en el mercado clásico durante el mes de abril. 

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