Sebastián Edwards forma parte del equipo de 6 economistas a los que convocó en mayo el Colegio Médico para elaborar un documento que apuntara a abordar la crisis social que provoca la pandemia del coronavirus. Trabajo que constituyó un primer paso para el diálogo que se abrió entre el gobierno y la oposición para elaborar un plan de emergencia económico.

Fue el ministro de Hacienda, Ignacio Briones, quien convocó a diez economistas de todas las sensibilidades políticas para que se sumaran al grupo original. Y fueron los 16 técnicos los que este miércoles presentaron una propuesta transversal inédita, que sorprendió al mundo político.

En entrevista con T13.CL, Edwards revela los detalles de como un grupo tan heterogéneo -donde conviven desde la representante de LyD Bettina Horst hasta la académica cercana al Frente Amplio Claudia Sanhueza- lograron consensuar una propuesta que plantea un gasto de hasta US$12 mil millones para enfrentar la emergencia. 

“Antes de que este grupo amplio evacuara su propuesta y sus sugerencias, el gobierno puso las cartas sobre la mesa. Hay diferencias importantes entre las dos propuestas. La manera más fácil de visualizarlo, es que el gobierno propone un paquete dentro de US$ 10 mil millones, y nosotros hemos propuesto US$ 12 mil millones, es decir,  hay un 20% de diferencia en términos de la cantidad de recursos que estarían disponibles... Hay diferencias importantes, pero no creo que sean insalvables”, señala Edwards. 

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“Fue una discusión interesante y álgida, donde las posiciones iniciales eran por un lado las posiciones del grupo convocado por el Colegio Médico, por otro lado habían posicionas más de izquierda, que proponían cosas más amplias, y por otro lado los economistas más de la centro derecha, que postulaban que debía ser un paquete más corto y que se fuera viendo en el caminom que si resultaba ser insuficiente podía volverse sobre el tema. Esa discusión se fue zanjando poco a poco. Lo que rompe el impasse es la noción de que estos US$ 12 mil millones son transitorios, y no pueden prologarse en el tiempo. Una de las preocupaciones, que creo tienen asidero, es que mucho programa de emergencia queda para siempre”, revela el economista, quien destaca la figura donde se destinarán los recursos.  “Se crea un fideicomiso, un fondo completamente separado del presupuesto por ley, con un vencimiento impostergable en 24 meses”.

“La unanimidad es lo más interesante”, subraya Edwards.  “Una de las cosas que más me ha sorprendido de este caso, esta vez que me metí a fondo en lo que está pasando en Chile, es la cantidad de posiciones extremas y que se van perpetuando, y para mi gusto son muy infantiles o juveniles, más bien de patio de colegio y no de una discusión seria”, plantea el académico, quien destaca la flexibilidad que tuvieron los firmantes de la propuesta.

“La gracia que tuvo este grupo es que gente tan diversa y en general con posiciones claras y duras, como Klaus Schmidt Hebbel o Juan Andrés Fontaine, o Vittorio Corbo, gente conservadora, se flexibilizó completamente y gente más de izquierda, como Claudia Sanhueza estuvo totalmente flexible. Eso fue muy bonito”, asegura en la entrevista, donde destaca el rol que jugó el exdirector de Presupuesto, Rodrigo Cerda.

“Resulto ser la persona clave para destrabar todo esto. Tuvo una posición muy amplia, muy compresiva…fue importante también lo que pasó en Uruguay. En los días que estábamos reunidos, aprobó un programa muy similar, un ente con vida propia y que terminaba. Rodrigo Cerda sabe mucho de temas presupuestarios, y fue quien nos fue indicando que sí era posible crear este bolsillo extra que no está en el presupuesto”, sentencia.

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