Sebastián Claro afirma que siempre hubo incredulidad de que el presidente Trump
finalmente concretara todas las amenazas sobre comenzar una guerra comercial
con China mientras era candidato. Pero la contienda que comenzó a comienzos de
2018 y que tomó por sorpresa a varios se ha intensificado en el último tiempo,
produciendo incertidumbre en todo el planeta sobre los efectos que ésta generará
en los distintos países, incluido nuestro país que no sólo exporta cobre al gigante
asiático, sino que vino y productos agroindustriales, siendo de hecho nuestro
principal socio comercial.
-Ya nadie discute que la guerra comercial entre Estados Unidos y China se ha
intensificado, con el tema de Huawei, el cierre de consulado chino en Houston etc.
¿Cuán peligroso se vuelve este tema para económicas emergentes como Chile?
-Siempre ha existido la visión de que lo que está detrás de esta disputa es más que
el comercio. Que existe una disputa geopolítica, y en el ámbito económico, una
disputa de una carrera tecnológica. Esta disputa entre China y Estados Unidos no
sólo tiene ramificaciones directas entre ellas, sino que da cuenta de un escenario
que es bastante posible que se produzca: un cambio en las reglas en las cuales ha
funcionado el mundo en los últimos 40 años.
-Australia en el último tiempo ha visto muy tensionada sus relaciones con China
–que incluso ha incrementado aranceles- desde que hizo pública su intención de
investigar el origen del coronavirus. ¿Lo que suceda allá es una alerta para Chile?
-No quiero establecer que los aranceles que haya establecido China con Australia
no tengan en su propio merito una justificación, pero es cierto que países como
Australia, bastante más grandes que Chile, se ven enfrentados a estar entre medio
de una disputa y la decisión de tener que elegir en favor de uno u otro puede tener
repercusiones si el mundo transita a esta idea de que las reglas parejas y conocidas
por todos las guardamos en un cajón. El respeto de estas reglas y esa lógica es
fundamental para países emergentes que no tienen una capacidad por si solo de
pararse frente a las arbitrariedades que puedan cometer los países más grandes.
-¿Qué riesgos en tu opinión tiene hoy Chile respecto a su relación con China?¿Qué pasaría en la eventualidad que nuestro país opte por una tecnología extranjera no china para el 5G, por ejemplo, podría haber represalias?
-Es de esperar que no sea así, porque Chile se ha caracterizado por ser muy abierto,
y basado en reglas. Hay licitaciones competitivas, se gana por calidad y precio, y
por tanto es difícil acusar a Chile de arbitrariedades en proyectos de
infraestructura, en licitaciones de este tipo de servicios. Un mundo donde las reglas
pierden valor y estamos más sujetos a decisiones arbitrarias es un escenario muy
complejo para Chile. Y da la impresión a juzgar de lo que vemos en la disputas a
diario entre Estados Unidos y China que algo de eso hay. Un mundo de menos
reglas, de más gallitos, lo que no es solo hipotético, sino que tiene implicancias
prácticas.
-Pero en este escenario es poco lo que puede hacer un país pequeño como Chile…
-No pueden hacer mucho, pero tampoco hay que quedarse con los brazos cruzados.
Creo que dentro del alcance de lo que uno puede hacer es que hay que seguir
apostando por el multilateralismo y la apertura. Hay que buscar socios, y
profundizar los lazos e intercambios. Volverse aún más abiertos. y en esto
aprovecho de hacer un punto: es un error importante tener guardado en el sueño de
los justos al TPP.