Por Sandra Burgos
El martes de la semana pasada, el gerente general de SQM, Patricio de Solminihac, llegó hasta el Ministerio Público. Estaba previsto que prestara declaración, sin embargo, trascendió que se trató de una reunión de coordinación con los fiscales, en la cual se comprometió a entregar nuevos antecedentes este jueves.
De hecho, se prevé que la nueva información incluirá más antecedentes de material encontrado en la compañía y que incluso podría elevarse el monto de US$ 11 millones iniciales que se estimaron que estarían involucrados en boletas y facturas que la minera no tiene como respaldar.
Este sería el primero de una serie de movimientos que está liderando la administración de Patricio de Solminihac para separar aguas de la antigua gerencia. El mensaje que se quiere dar es que están por entregar toda la información que encuentren y requiera el Ministerio Público, algo muy distinto a los intentos del controlador, Julio Ponce Lerou y del ex gerente general, Patricio Contesse. Este último se ha amparado en su derecho de guardar silencio en las dos oportunidades que ha sido citado a declarar por la fiscalía.
Para ello, la nueva administración está buscando la asesoría de abogados independientes, con la finalidad de reestablecer las confianzas con los accionistas minoritarios, llámese Potash (que tiene el 32% de la propiedad), como de las AFP, los tenedores de ADR y otros minoritarios locales.
Otra de las acciones de De Solminihac, fue poner fin al contrato de asesoría de SQM con Imaginacción, la firma de asesoría estratégica liderada por Enrique Correa. Si bien Imaginacción señaló que siguen prestando asesoría, fuentes de SQM indicaron que está limitada a la figura de Julio Ponce y que con SQM ya no existe ninguna relación contractual. De hecho, desde el miércoles pasado asumió este rol la empresa liderada por Enrique García.
Desmarcarse de Ponce
La principal señal que se quiere dar es que no están todos los ejecutivos de SQM en el mismo grupo liderado por Julio Ponce, quieren desinstalar la imagen de que todos forman parte del mismo club.
La tarea no será sencilla, dado que tanto de Solminihac como el fiscal de la minera, Matías Astaburuaga, llevan años en la minera y trabajaron con Contesse. El actual gerente general era su mano derecha, con un fuerte protagonismo en la operación de la firma y la acción comercial, por ello, lo que se quiere instalar es la idea que si bien ha sido un activo colaborador del grupo controlador, no participaba de las prácticas que hoy están siendo cuestionadas.
Para ello, De Solminihac como Matías Astaburuaga han estado realizando diversos encuentros con los accionistas, tratando de tender redes tanto hacia afuera como hacia dentro de la minera. Lo que se busca por sobre todo es que la compañía siga operando con normalidad, que el problema que enfrenta la plana mayor no permee al resto de la organización.
Todo este plan tiene una finalidad clara: salvar a SQM. Y es que las acciones de la compañía han sido golpeadas y los inversionistas han perdido valor de su inversión producto del escándalo de las boletas y facturas que no se han podido respaldar.
Ante este escenario limpiar la imagen de SQM y reestablecer confianzas con los accionistas minoritarios, es la prioridad. También lo es tender puentes con los accionistas minoritarios y conseguir un cambio en la próxima reunión de accionistas, la cual está agendada para el 24 de abril. Algunos minoritarios ya estarían sumándose a este carro.