Tal como lo había solicitado la Fiscalía, Rafael Garay quedó con prisión preventiva tras ser formalizado por presunta estafa contra 36 personas. El autodenominado economista cumplirá la medida cautelar en el anexo Capitán Yáber, un recinto destinado a imputados por delitos económicos.
La audiencia estuvo marcada por la decisión de Garay de pedir a su defensa que no refutara las medidas cautelares solicitadas por el Ministerio Público. Un anunció que sorprendió a los abogados, quienes al no estar de acuerdo con la determinación del ingeniero, pidieron a la jueza Paola Rabinovic argumentar todas y cada una de las razones por las cuales decidió aplicar la medida más gravosa contemplada en el sistema judicial chileno para un formalizado.
Estas fueron las tres razones esgrimidas por la magistrada del tercer juzgado de Garantía de Santiago en sus 12 minutos de intervención.
"Peligro para la sociedad"
La jueza Rabinovich determinó que Rafael Garay es un peligro para la sociedad. Esto, considerando “el carácter de los delitos en cuanto a la forma y circunstancias de condición de estos delitos; la forma en que se perpetró el engaño, el ardid utilizado, número de víctimas y el monto total de los perjuicios”.
Además de estos fundamentos, la cantidad de delitos fueron claves para esta determinación:
"Estamos hablando de 36 delitos de estafa reiteradas, sancionadas en el artículo 467 inciso final. Esto es, cada una de estas estafas, exceden lo defraudado a un monto de 400 UTM", sentenció la jueza del Tercer Juzgado de Garantía de Santiago.
Riesgo de fuga
El hecho que Rafael Garay se fuera el país e inventara que padecía un cáncer terminal, para luego trasladarse a Rumania, fue clave para declarar peligro de riesgo de fuga:
“El tribunal también entiende que forma parte del peligro de fuga en comparecencia. Esto es asilarse en un país, que no tiene tratado de extradición con Chile y donde las posibilidades de obtener que esta persona sea trasladada al país para fines de juzgarla acá, se hacen inciertas”, aseveró Rabinovich.
La jueza agregó que “el hecho que haya tenido que ser extraditado de la República de Rumania, más la justificación que adujo para salir del país es que al tribunal le parecen suficientes y contundentes motivos para estimar que se considera un peligro de fuga o un peligro de incomparecencia en estas causas”.
Sin atenuantes
Dada la reiteración de los estafas de Garay y según la ley, se asignó una posible pena que va del presidio menor en su grado máximo, y una multa de 21 a 30 UTM.
"Estas diversas infracciones, que son delitos de la misma especie, deben ser estimadas como un solo delito aumentándose la pena en uno o dos grados”, comentó la jueza Paola Rabinovich.
La jueza agregó que "por lo tanto, la prognosis de pena se ubica en el presidio mayor al día de hoy, entendiendo que no se ha justificado, a lo menos en esta audiencia, que al imputado le beneficiara alguna circunstancia atenuante de responsabilidad penal, que permitiera ser una prognosis de pena inferior al presidio mayor en su grado mínimo".
Es en este contexto que Garay arriesga penas de hasta 10 años de presidio.