Que lo suyo no se trató de una estafa y que tiene la intención de reparar el daño.
Eso fue lo que Rafael Garay le dijo a T13 durante el tranquilo vuelo que lo trajo de regreso a Chile, en el que se le vio de buen ánimo y en óptima condición física, pese a las informaciones que se referían a una baja de peso.
Durante el resto del vuelo se le notó callado, serio, siempre custodiado por los oficiales de la PDI que viajaron con él y que lo acompañaban hasta sus idas al baño.
En la conversación informal el ingeniero comercial manifestó que quiere reparar a todas las víctimas y pagar todo. Ahí agregó que de los 1.750 millones de pesos que se le reclaman, no tiene respaldo para $ 750 millones, los que fueron malgastados.
Garay manifestó que no cree que estos montos sean considerados altos por los afectados, debido a que la gente afectada cuenta con recursos, según añadió.
Descartó que el caso por el que se le investiga sea una estafa, sino que solo se trata de malas inversiones.
No quiso referirse al cáncer terminal que dijo padecer y haberse ido a tratar a Japón y Francia. Se limitó a decir que mostraría todos sus exámenes.
Contó sobre su vida en la prisión especial donde estuvo en Brasov, que se trata de una celda que compartía con un rumano y un traficante de drogas, que no tenía luz natural y que solo podía salir al patio de 1x5 metros que había por una hora al día.
Su estadía en el recinto penitenciario la calificó como un infierno, donde sufrió sus primeros síndromes de abstinencia por el alcoholismo que -admitió- le afecta hace 16 años.
Garay resaltó que aprovechó esos días en detención para meditar y mentalizarse para enfrentar un período encarcelado en Chile.
Comparó su caso con el de Alberto Chang, detenido en Malta a la espera de su extradición para enfrentar a la justicia por una serie de cargos, entre ellos lavado de dinero y estafa piramidal.
A diferencia de ese proceso, aseguró que en el suyo se actuó con mucha rapidez, hecho que atribuyó a que en el pasado criticó a los grupos económicos involucrados en los distintos casos de colusión.
También confesó que el sábado pasado fue padre de su ex pareja chilena. Respecto a su novia rumana, dijo que ella esperará a conocer su futuro judicial.
Descartó alguna exclusiva para contar su versión de los ellos, que no piensa en llorar ni pedir perdón en cámara, que ese no es su estilo, una idea que se contrapone a sus antecedentes, considerando que fue ante las cámaras que se refirió al supuesto cáncer terminal que padecía, el hito que desencadenó toda esta historia.