La quiebra de la aerolínea islandesa de bajo costo Wow Air el pasado mes de marzo fue un duro golpe para Islandia. Tanto, que tres meses después se teme por la salud de la economía de un país que hasta 2018 sumaba ocho años de crecimiento.

"Estamos preparados para la posibilidad de una recesión más profunda y los números de llegadas de turistas que estamos recibiendo parecen indicar que eso puede suceder", le dijo el miércoles el gobernador del Banco Central de Islandia, Mar Gudmundsson, a la agencia de noticias Bloomberg.

"Las cifras de turismo pueden caer a niveles de 2016 y esto puede tener un efecto significativo en los hogares, pero con suerte saldremos de esto a principios del próximo año", añadió.

El principal motivo, según un informe del Comité de Política Monetaria del banco publicado a finales de mayo, es la bancarrota de Wow Air, que significará la desaparición de una de cada tres plazas en vuelos hacia y desde la isla este año.

La caída de la empresa, que ofrecía vuelos a la capital islandesa, Reikiavik, desde Europa, Asia y Norteamérica, incluso llevó al banco a cambiar sus previsiones de este año para el producto interno bruto (PIB). En vez del crecimiento de 1,8% que calculó en febrero, ahora le augura un retroceso de 0,4%.

Pero ¿por qué afecta tanto al país el colapso de una sola empresa?

El boom del turismo

El pequeño estado de Islandia, una isla al noroeste de Europa en la que viven poco más de 330.000 personas, fue uno de los que más sufrió la crisis financiera de 2008.

En la década anterior, el sector bancario islandés había crecido por encima de su capacidad, llegando a ser nueve veces más grande que el PIB y acumulando una deuda que lo superaba en un 700%. Así que no es de extrañar que se convirtiera en uno de los primeros en caer tras la quiebra de Lehman Brothers, con sus tres bancos principales declarándose en bancarrota en solo una semana.

Sin embargo, el país consiguió recuperarse, entre otras cosas, gracias al turismo.

Con la corona islandesa devaluada hasta en un 70% y la aparición de las aerolíneas de bajo costo, la isla empezó a atraer más visitantes. Una de estas últimas fue Wow Air, que empezó a operar en 2012. Solo seis años después, ya transportaba a 3,5 millones de pasajeros anuales.

Otros factores como la aurora boreal o haber sido escenario del fenómeno televisivo "Juego de Tronos" contribuyeron a poner a Islandia de moda, hasta el punto en que el turismo se erigió como el mayor sector exportador del país, según la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos? (OCDE).

Según un informe publicado por este organismo en 2018, el turismo llegó a suponer el 8,3% del PIB y el 14% de la fuerza laboral de Islandia en 2016. Ese año, superó con creces a la combinación de dos de las industrias más fuertes del país: la de la pesca y del aluminio, ya que aportó el 39% del total de ingresos en moneda extranjera.

Una expansión demasiado rápida

El número de visitantes anuales a la isla es siete veces mayor que su población: unos 2,5 millones. Al menos hasta el año pasado, cuando la industria empezó a sufrir por la delicada situación de Wow Air.

La aerolínea no pudo mantener su meteórica expansión y las cuentas saneadas a la vez. En 2018, tuvo que compaginar la búsqueda de compradores con la reducción en destinos y aeronaves y, a inicios de este año, ya había recortado su flota a la mitad.

Ante la relevancia de la industria turística para Islandia, la crisis de Wow Air comenzó a generar desconfianza en la economía de ese país. En noviembre de 2018, la corona islandesa valía un 13% menos que tres meses antes, una caída que el Banco Central atribuyó a las "crecientes dificultades operativas de Wow Air".

Ese mismo mes, el Banco Central preveía que las exportaciones del sector de servicios aumentarían en un 4% en 2019. Ahora, estima que se reducirán en un 9% y que la cifra de turistas se contraerá en un 10,5%, pese a que aerolíneas como Icelandair han incrementado su oferta en un intento por hacerse con parte de la cuota de mercado que dejó Wow Air.

A finales de marzo, después de que la última de las negociaciones para buscar nuevos accionistas fracasara, miles de pasajeros recibieron la noticia del cierre de Wow Air y de la cancelación de sus vuelos.

Desde entonces, unos 1.500 empleados de la compañía perdieron su empleo en lo que los medios islandeses tildaron del "mayor despido masivo" de la historia del país, al que se suma la destrucción de puestos de trabajo indirectos como los 315 despidos realizados en el aeropuerto internacional de Reikiavik.

Optimismo

Sin embargo, el Banco Central se mantiene optimista respecto al futuro: "Nunca como ahora hemos estado tan bien preparados en nuestra historia para lidiar con una situación adversa", dijo el miércoles el gobernador, Mar Gudmundsson.

"Tenemos espacio para hacer políticas, con mucho alcance para recortar la tasa si es necesario".

La institución espera que las cifras de turistas aumenten otra vez en 2020, aunque más lentamente.

Pero, en su informe de mayo, no llegó a descartar la "posibilidad de una contracción más profunda y una recuperación más lenta".

 

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