No se pudieron instalar en los aeropuertos plataformas electrónicas para que los pasajeros realizaran su check-in de forma automática y auto despacharan sus equipajes, por la negativa de representantes sindicales. Lan Argentina, además, fue la única integrante del Grupo LATAM que no pudo implementar el proyecto de venta a bordo, una iniciativa que globalmente se aplica en la mayoría de las aerolíneas del mundo y que resulta muy rentable. La poca libertad para desarrollar estos avances, el poder de los sindicatos, sumado a los constantes vaivenes económicos, procesos simultáneos de inflación y devaluación, hicieron entre otras cosas, que la compañía aérea decidiera cerrar su operación en Argentina.
No son los únicos que han experimentado dificultades. En las aerolíneas Sky y Jetsmart reconocen escollos en el camino. “Debemos enfrentarnos a un fuerte proteccionismo hacia las empresas locales, y eso hace que juguemos en desventaja”, dice un ejecutivo del rubro, respecto a los contantes subsidios que reciben empresas locales, y que hacen que las operaciones allá sean muy difíciles de llevar.
Las multinacionales están decidiendo dejar Argentina, porque han concluido que hacer negocios allí es demasiado complejo, poco competitivo y escasamente rentable, producto además de la tensión generada por políticas gubernamentales que en buena parte del tiempo juegan en contra de las compañías extranjeras.
Lo más curioso es que la pandemia parece no ser un factor demasiado relevante a la hora de proyectar las actividades empresariales. Porque en pleno peak de contagios en lugares como Brasil, muchas de ellas están precisamente trasladando sus centros de operaciones a ese país.
Según Bloomberg, son varias las multinacionales que han determinado que lo mejor es, literalmente, huir de Argentina. El medio económico afirma que Axalta Zoating Systems, gigante de recubrimientos de automóviles respaldado por Warren Buffett; la compañía de pintura alemana BASF y el fabricante francés de vidrios para vehículos Saint-Gobain Sekurit, han anunciado en las últimas semanas que tienen la intención de trasladar su producción al vecino Brasil, a pesar de que allí el brote de virus ha sido mucho peor. El diario económico afirma que la compañía Honda dejó de fabricar automóviles en Argentina en mayo pasado, que American Airlines y Delta están cerrando rutas hacia ese país y que Alsea, la empresa que opera franquicias de comida rápida en la región, ha suspendido temporalmente 37 cafeterías Starbucks y ha cerrado permanentemente otras ocho ubicaciones.
El tema como explican ejecutivos chilenos instalados allá es que el ambiente empresarial es muy duro: con sindicatos poderosos, huelgas, y una serie de intervenciones estatales que han mantenido por años la recesión económica, con un gobierno que a pesar de insistir que la inversión es crucial para el despegue del país, no ha fomentado el dialogo entre los actores.
Eso, al menos queda claro en la carta que le enviaron los ejecutivos de Lan Argentina al Ministerio del Trabajo de ese país, a la que T13.CL tuvo acceso, donde recalcan que “la modalidad de negociación gremial y la constante conflictividad en una actividad plagada de medidas de fuerzas ocasionaron pérdidas significativas a Lan Argentina, impactando fuertemente en su estructura de costos laborales y también perjudicando el normal desenvolvimiento de la operación”.
En la misiva (ver adjunto) la empresa insiste que han debido enfrentar costos un 41% más alto que en los demás países donde operan, siendo un 30% menos competitivos en comparación con el resto del Grupo Latam.
Las cosas se complicaron aún más con la pandemia en un lugar que experimenta inestabilidad económica hace muchos años, pero sobre todo porque Argentina fue uno de los principales países en cerrar su economía con cuarentenas absolutas desde el 20 marzo. Fue una medida para impedir la propagación del virus, pero que en los primeros cinco meses de 2020 impactó fuertemente la alicaída economía: acumula una baja del 13,2% de su actividad, según estimaciones de Latinfocus, lo que implicaría que la economía podría contraerse por sobre 11% este año, para rebotar un 5% en 2021, con otro ingrediente clave: Argentina marcó esta semana record diario de fallecidos, superando los 3 mil decesos por covid 19, por lo que la flexibilización que comenzó hace una semana podría ser retraída en los próximos días.
Un escenario nada de fácil para las compañías que ya enfrentaban conflictos, previo a la pandemia, cuando la administración Fernández determinó subir impuestos y prohibir los despidos, lo que generaría que más empresas decidan emigrar, afectando aún más la inversión y el empleo, toda vez que como indica un estudio del think tank Fundación Libertad y Progreso “Argentina es la peor preparada de un grupo de economías latinoamericanas para enfrentar la crisis”.