Los líderes de la UE acordaron proponer a Ursula von der Leyen como presidenta de la Comisión Europea (CE) y a Christine Lagarde como presidenta del Banco Central Europeo (BCE). De este modo, dos de los organismos más importantes del club comunitario estarán liderados por primera vez en su historia por una mujer.
Ursula von der Leyen es una política conservadora y firme defensora del proyecto europeo. Ha sido la primera mujer ministra de Defensa en Alemania y forma parte desde hace tiempo de una organización suprapartidista que quiere una mayor integración de la Unión Europea (UE), con la meta de llegar a un federalismo europeo.
En tanto, Christine Lagarde, ministra de Finanzas con Nicolás Sarkozy en pleno estallido de la crisis económica de 2008, sucederá en el cargo a Mario Draghi.
"Me siento honrada de haber sido nominada a la presidencia del Banco Central Europeo. A la luz de esto, y en consulta con el Comité de Ética del Directorio Ejecutivo del FMI, decidí renunciar temporalmente a mis responsabilidades como Directora Gerente del FMI durante el período de nominación".
En tanto, Josep Borrell ha sido nominado para ocupar el puesto de alto representante de la Unión para Asuntos Exteriores, mientras que el primer ministro belga, el liberal Charles Michel, ha sido elegido como sucesor de Donald Tusk en la presidencia del Consejo Europeo.
Otros cargos comunitarios también están en juego, como el del alto representante de la Unión para Asuntos Exteriores, es decir, la jefatura de la diplomacia del bloque que actualmente está en manos de Federica Mogherini.
Decisión demorada
La decisión se había demorado. La cumbre empezó el domingo y hasta mediodía de hoy no había consenso. Por ello, el presidente francés, Emmanuel Macron, propuso personalmente a su compatriota Lagarde para reemplazar a Mario Draghi cuando abandone su cargo en el otoño boreal.
En su propuesta, presentada a unos cansados líderes de la UE en su tercer día de negociaciones para decidir quién ocupa los puestos los próximos cinco años, Macron propuso también a la ministra de Defensa alemana, Ursula von der Leyen, para que dirija la CE.
El portavoz del primer ministro húngaro, Viktor Orban, había dicho que su país apoya -junto a la República Checa, Eslovaquia y Polonia- a Von der Leyen, que habla inglés y francés con fluidez y aspira a que Alemania alcance el requisito de la OTAN de gastar el 2% de su PIB en defensa.
Los líderes intentaban equilibrar las afiliaciones políticas, los variados intereses de las diferentes regiones y una evidente ausencia de mujeres en altos cargos en su intento por llenar los cinco cargos que quedarán vacantes más adelante en el año.
Las maratónicas conversaciones habían puesto de manifiesto la creciente fragmentación entre las 28 naciones que conforman la UE, cada vez más complicadas en sus intentos por acordar una plataforma común en grandes retos como la inmigración o el cambio climático.