Tres años después de que Hidroaysén obtuviera su Resolución de Calificación Ambiental (RCA), el Comité de ministros decidió acoger las 35 reclamaciones presentadas en contra y dejarla sin efecto.

En total, fueron reclamadas 993 observaciones, las que fueron agrupadas en seis variables: Paisaje y Turismo (308); Medio Humano y Patrimonio Cultural (225); Cuestiones Procedimentales de la Ley 19.300 (153); Medio Físico (Hidrología) (132); Ecosistema Terrestre (flora y fauna) (124); y Ecosistema Acuático Continental y Marino (51).

De acuerdo a la resolución de los recursos de reclamación se encontraron tres graves deficiencias que terminaron de sentenciar el futuro del proyecto hidroeléctrico. Sin embargo, durante los casi seis años que duró su tramitación hubo diversos elementos negativos que marcaron el lento derrumbe de Hidroaysén.


1. Inexistencia de un plan de relocalización


Según la resolución de los recursos, el plan de relocalización -que afecta a 39 familias- presentado por el titular "no puede considerarse apropiado porque no se presentaron los sitios de acogida y no se realizó estudio de cabida alguno". Ésta era una medida de compensación para un "impacto significativo declarado por el propio titular", aseguró el ministro de Medio Ambiente, Pablo Badenier.

En el EIA de HidroAysén "sólo se da cuenta de los criterios para escoger los predios receptores, pero no se presentó predio receptor ni estudio de cabida alguno". Estos elementos constituyen un "requisito mínimo" en cualquier plan de relocalización, por lo que se considera que "no se hace cargo del impacto".


2. Impactos ambientales por cambios de la hidrología


"No se presentaron modelaciones de los riesgos de inundación solicitados por la DGA y Sernageomin", explica la resolución, como los "efectos en la angostura en la confluencia Baker-Colonia (Valle Grande) no fueron evaluados" o la "fluctuación de caudal intradiaria por operación normal de la central".

El ministro Badenier explicó que "no existe una cuantificación adecuada de los impactos ambientales por efectos de cambio de la hidrología de los cursos alterados". Esto vulnera la ley que establece que un EIA considerará "una predicción y evaluación del impacto ambiental del proyecto o actividad, incluidas las eventuales situaciones de riesgo". Asimismo, no se propusieron medidas de mitigación, reparación y compensación, y medidas de prevención de riesgos y control de accidentes.


3. Impactos en la fauna terrestre


Otros de los elementos con los que se argumentó la determinación adoptada por el Comité de ministros, tiene que ver en la "inconsistencia con respecto a la línea base declarada y levantada por el titular en fauna terrestre, lo que no permite configurar o cuantificar de los impactos ambientales y por ende tampoco establecer medidas de mitigación y de compensación con respecto a estos impactos", explicó el secretario de Estado.

"Sólo se contempla un estudio de cérvidos, no hay medidas para carnívoros ni anfibios", explica la resolución. Respecto de los primeros falta análisis del impacto que generaría el desplazamiento de carnívoros producto de las intervenciones e inundaciones, mientras que sobre los segundo se sostiene que durante el proceso de levantamiento de línea base se detectó la presencia de especímenes que no pudieron ser identificados a nivel de especie.


4. Los plazos


El proyecto Hidroaysén presentó su Estudio de Impacto Ambiental (EIA) en agosto de 2008 y obtuvo su Resolución de Calificación Ambiental (RCA) en mayo de 2011, tras lo cual entre mayo y octubre se presentaron los 35 recursos de reclamación contra la aprobación: 34 de organizaciones ciudadanas y una del titular. Este último debido a las cuatro condiciones impuestas por la Conama de Aysén para la aprobación.

Pese a que el plazo legal para responder sobre las reclamaciones eran 60 días hábiles, el gobierno de Sebastián Piñera aplazó una resolución sobre el proyecto. En marzo de 2013, la entonces ministra del Medio Ambiente, María Ignacia Benitez, aseguró que la demora obedecía al gran número de observaciones realizadas que se debían analizar.

Con dos años y medio de retraso, el 30 de enero de 2014 se reunió el Comité de ministros y resolvió 18 de las 35 reclamaciones, y encargó dos nuevos estudios. Sin embargo, en marzo el Comité de Ministros –del entonces recién asumido gobierno de Michelle Bachelet– invalidó los acuerdos adoptados previamente. Proceso que se concluyó ayer y que permitió pronunciarse nuevamente sobre "la totalidad de los recursos de reclamación".

"La tramitación de este proyecto fue larga, y se prolongó más allá de lo conveniente", aseguró este martes el ministro de Medio Ambiente, y recalcó que "haber prolongado más de dos años y medio el pronunciamiento sobre los recursos de reclamación daña la institucionalidad ambiental".


5. Las marchas y el momento político


"El sorpresivo movimiento ciudadano, de carácter nacional, que generó la tramitación del proyecto HidroAysén sin duda es parte de la explicación respecto a la caída observada". Así explicó la consultora Adimark la baja de cinco puntos, a 36%, de la aprobación del presidente Sebastián Piñera en la encuesta de mayo de 2011.

Tras la negativa cifra, el nivel más bajo de apoyo desde que había asumido el gobierno, la vocera de Gobierno, Ena Von Baer, aseguró que "hay que escuchar con humildad la opinión de la gente, pero mantener las convicciones y este gobierno va a tomar todas las decisiones, por difíciles que sean, cuando está en juego el desarrollo del país". Sin embargo, la decisión fue aplazada.

El alto rechazo a Hidroaysén provocó masivas marchas en el centro de Santiago y otras ciudades del país. El mismo día que la Comisión de Evaluación Ambiental (CEA) de Coyahique aprobó el EIA de Hidroaysén, el 9 de mayo de 2011, manifestantes salieron a las calles. Mientras que una marcha convocada por internet el 13 de mayo superó incluso las expectativas de los organizadores. Al menos 12 convocatorias, que se repitieron en distintas regiones, hubo entre mayo de 2011 y mayo de 2012.

Estas marchas se alternaron con las masivas movilizaciones estudiantiles de 2011, y que se extendieron hasta el año siguiente. Todo esto incidió en una fuerte caída de la popularidad del mandatario, que se mantuvo bajo el 36% hasta fines de ese año, y que llegó incluso al 25%. En 2013, hubo un repunte en las encuestas, sin embargo, era un año marcado por las elecciones: una decisión con alto rechazo podía tener costos electorales, según estimaban tanto en el oficialismo como la oposición.

Tras la decisión adoptada ayer, el senador Iván Moreira aseguró que finalmente la "calle" superó "nuestra institucionalidad ambiental". Por su parte, el ministro de Medio Ambiente aseguró "no cabe duda de que hubo una dilación que no tiene mayor explicación".


6. Las observaciones


El EIA que presentó Hidroaysén el 14 de agosto de 2008 a la Comisión Nacional de Medio Ambiente (Conama) de Aysén tenía 10.400 páginas, sólo el capítulo 5 Predicción y Evaluación de Impactos Ambientales, el segundo más extenso del reporte, tenía 1.240 páginas.

Tras obtener su RCA 32 de 36 servicios públicos presentaron 2.698 observaciones, a las que se sumaron 11.000 observaciones realizadas por organizaciones sociales, pobladores y centros de investigación. Debido al número de observaciones, consignó La Nación, se debió disponer de turnos especiales para su certificación de ingreso y recepción.

Finalmente, el Informe Consolidado de Solicitud de Aclaraciones y/o Ampliaciones al Estudio de Impacto Ambiental N°1 (ICSARA N°1) exponía 3.150 observaciones. A este se sumaron dos informes más, ICSARA N°2 e ICSARA N°3, que contenía 1.114 y 199 observaciones, respectivamente.


7. La línea de transmisión


A la gran cantidad de observaciones también se sumaron las críticas debido a la decisión de Hidroaysén de tramitar por separado el proyecto de la línea de transmisión, que recorrería más de 1.900 kilómetros, y que según opositores sería "indivisible".

Al respecto Hidroaysén explicó que en el caso de haber ingresado como un conjunto, "éste - por afectar a más de una región- habría sido evaluado a nivel central y no se habría sometido a evaluación de la comunidad de Aysén y de la autoridad ambiental regional".

El 30 de mayo de 2012, Colbún recomendó a Hidroaysén suspender indefinidamente el ingreso del Estudio de Impacto Ambiental (EIA) del proyecto de transmisión. "No están dadas las condiciones para desarrollar proyectos de esta magnitud y complejidad", aseguró. La última fecha que se manejaba -antes de la decisión de ayer- era que la compañía presentaría el EIA a fines de este año.


8. La publicidad


"Campaña de Hidroaysén juega con ignorancia", escribió en su cuenta de Twitter el ahora subsecretario de Medio Ambiente, Marcelo Mena, el 28 de noviembre de 2010, cuando la compañía sacó a la luz su primera campaña publicitaria "A favor de la corriente".

Los spots mostraban cómo situaciones cotidianas de la vida diaria –como encender el secador, la juguera o tocar el citófono– podían afectar a la industria, la salud o incluso un partido de fútbol. La campaña, en la que la compañía gastó $400 millones, fue criticada en las redes sociales donde fue calificada como una "campaña del terror", según informó el diario El Llanquihue.

En agosto de 2010, el vicepresidente ejecutivo de Hidroaysén, había adelantado, en una entrevista con El Mercurio, que "vamos a hacer un esfuerzo comunicacional, con una campaña a nivel nacional que permita entender mejor las disyuntivas energéticas del país".

Otra polémica publicidad fue el aviso publicado el 7 de junio de 2011 en el Diario de Aysén, donde cuestionaba "¿Usted cree que a los santiaguinos les preocupa la salud en la región de Aysén? " y respondía que "en Hidroaysén nuestro compromiso es con usted, que vive en la región".

Grupos ambientalistas solicitaron un pronunciamiento del Consejo de Autorregulación y Etica Publicitaria (Conrar). "Creemos que se trata de un ataque a los habitantes de Santiago, de una campaña muy falta de escrúpulos que pretende dividir a los chilenos", aseguró a La Tercera el coordinador de Acción Ecológica, Luis Mariano Rendón.

Publicidad