La victoria del 'no' en el referendo griego sobre las propuestas de sus acreedores no dejó a nadie indiferente, con el partido antiausteridad español Podemos celebrando la victoria de la democracia, mientras el vicecanciller alemán acusaba a Atenas de romper "los últimos puentes" con Europa.

En su primera reacción, la canciller alemana, Angela Merkel, y el presidente francés, François Hollande, dijeron estar "de acuerdo" en que "hay que respetar" el resultado de la votación.

Los dos mandatarios pidieron, además, la convocatoria de una cumbre de la zona euro el martes, según un comunicado de la cancillería. El presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk, confirmó posteriormente la celebración de esta reunión de jefes de Estado y de Gobierno de la eurozona.

La Comisión Europea dijo también "respetar" la decisión de los griegos.

Pero el ministro de Economía y vicecanciller alemán, Sigmar Gabriel, reaccionó de una manera virulenta, al afirmar que las nuevas negociaciones con Grecia eran difíciles de imaginar, ya que el primer ministro griego, Alexis Tsipras, "ha roto los últimos puentes" con Europa, según declaraciones al diario Tagesspiegel.

El presidente del Eurogrupo, Jeroen Dijsselbloem, estimó por su parte que el resultado del referéndum era "muy lamentable para el futuro de Grecia".

"Para la recuperación de la economía griega, es inevitable adoptar medidas difíciles y reformas. Vamos a esperar ahora las iniciativas de las autoridades griegas", afirmó en un comunicado.

Habitualmente muy crítico con Atenas, el ministro eslovaco de Finanzas, Peter Kazimir, estimó que un 'grexit', una salida de Grecia de la zona euro, era a partir de ahora un "escenario realista".

Para el primer ministro finlandés, Juha Sipila, "los griegos escogieron un camino incierto para construir su futuro".

'Laberinto griego' 

En Roma, el tono era sobre todo conciliador. El jefe de la diplomacia italiana, Paolo Gentiloni, aseguró que los europeos debían "recomenzar a buscar un acuerdo" para salir del "laberinto griego".

El ministro austríaco de Finanzas, Hans-Jörg Schelling, estimó que el resultado de la votación era "decepcionante", pero que debía aceptarse, mientras que su homólogo belga, Johan van Overtveldt, abogó por ver cómo el gobierno griego afronta las próximas negociaciones, que "en ningún caso pueden poner en peligro el futuro de la unión monetaria".

En Lisboa, el partido gubernamental PSD (centro derecha) instó a conciliar "las aspiraciones legítimas de los griegos" con "el respeto a las reglas de la unión monetaria".

La clara victoria del 'no' en Grecia contó con un fuerte espaldarazo de Pablo Iglesias, el líder del partido antiausteridad Podemos, para quien "hoy en Grecia ha ganado la democracia".

Y, fuera de Europa, el presidente venezolano, Nicolás Maduro, saludó como un "paso histórico" la decisión del pueblo de Grecia, "que le ha dicho 'No' al Fondo Monetario Internacional y a los vampiros de la banca mundial".

En esta línea, la presidenta de Argentina, Cristina Kirchner, habló de la "victoria de la democracia y la dignidad" en Grecia frente a "las humillantes condiciones que se le pretenden imponer para la reestructuración de su deuda externa".

"Felicito al gran pueblo griego por el triunfo del 'no pago' de la deuda, que es una derrota infligida al imperialismo europeo", afirmó por su parte el presidente boliviano, Evo Morales.

Inhumana austeridad

Al otro lado del espectro político, el líder de la formación ultraderechista y eurófoba británica UKIP, Nigel Farage, celebró el resultado del referendo, al considerar que "el proyecto europeo está muriendo". 

La presidenta del Frente Nacional francés, Marine Le Pen, se felicitó por su parte por esta "bella y gran lección de democracia". 

"Es un 'No' de libertad, de rebelión frente a los dictados europeos que quieren imponer la moneda única a cualquier precio a través de la más inhumana y más contraproductiva austeridad", añadió la dirigente de extrema derecha.

El viceministro ruso de Economía, Alexei Lijachev, cuyo país apoyó la decisión de Tsipras de organizar este referendo, declaró que Atenas había dado un "paso hacia la salida de la zona euro", aunque consideró prematuro decir si Grecia "irá hasta el final del camino".

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