Luego de maratónicas jornadas durante todo el fin de semana, este lunes, en un encuentro que duró exactamente cuatro horas y media, el ministro de Hacienda Ignacio Briones abrió sus cartas a los políticos de la Comisión de Hacienda ampliada que intentan acercar posiciones para sellar un plan de emergencia.
En una propuesta detallada y con diversos rangos de acción, Briones estableció, entre otras cosas, que el Ingreso Familiar de Emergencia se aumentaba de los $65 mil originales a un monto entre $70 mil y $75 mil (sin que decrezcan), cifra similar a la planteada por los seis economistas que presentaron la propuesta económica bajo el alero del Colegio Médico, pero muy lejana a lo que habían solicitado los propios presidentes de todos los partidos de oposición, que pusieron sobre la mesa una cifra de $369 mil pesos para una familia de tres integrantes, o sea cerca de $ 123 mil pesos, en el documento “Apoyo Efectivo Ya”, que según ellos es la única manera de que las familias con bajos ingresos puedan enfrentar esta crisis. Y muy por debajo también a lo que incluso planteó este lunes el nuevo ministro de Desarrollo Social, Cristián Monckeberg, quien planteó que podría llegar a igualarse un monto similar a la línea de la pobreza, es decir, 114 mil pesos por persona.
Pero la piedra de tope del encuentro de ayer estuvo sobre todo en el marco fiscal que propuso el ministro de Hacienda: US$ 10 mil millones. Según cuestionó la oposición, el monto contabiliza los US$ 5 mil millones que el Ejecutivo ya ha desembolsado este año, además de mantener el presupuesto base cero para el erario del próximo año. En el gobierno, sin embargo, aseguran que ese escenario finalmente no se dará de esa manera. La idea de Hacienda, además, es financiar los otros US$ 3 mil millones con reasignaciones y los otros US$ 2 mil millones restantes con reasignaciones del presupuesto del 2021.
La propuesta de Briones también incorpora un ítem de reactivación, donde se proponen mecanismos tributarios para incentivar empleo e inversión. Para empleo, por ejemplo, se plantea un crédito tributario a la contratación. Para inversión, en tanto, se propone aplicar depreciación instantánea al 100%, reducción del impuesto de primera categoría pyme y que las pérdidas del 2020 se neteen con utilidades del 2019 y se devuelva hoy parte del impuesto pagado.
Con todo, el plan está lejos de las pretensiones de la oposición, y eso hace que, en este momento, el acuerdo pase por sus horas más difíciles. Tanto que ayer durante toda la tarde se especuló que los socialistas estaba ad portas de tirar la toalla, si bien Carlos Montes en su intervención ayer ironizó respecto a esos rumores, pero indicó “que estamos aún lejos de un entendimiento”.
En el Frente Amplio, por su parte, consideran que la iniciativa presentada por el gobierno está lejos de ser satisfactoria, y por lo mismo están decepcionados. “Hay frustración, porque teníamos la expectativa de que el gobierno, de verdad, iba a hacer una buena propuesta”, recalca Giorgio Jackson, quien agrega que es urgente que el gobierno ofrezca un plan más contundente.
Las negociaciones
En la oposición aseguran que el gobierno ha sido inflexible y que escucha poco. Primero porque el plan está por debajo de los US$ 12 mil millones que habían consensuado los seis economistas, incluidos Andrea Repetto, José de Gregorio y Sebastián Edwards, entre otros, a quienes los habían salido a respaldar varios otros economistas ligados al gobierno, como Juan Andrés Fontaine. Pero también porque una vez más, dicen en la oposición, se habla de reasignaciones y no de recursos frescos, un dilema que causa debate entre los propios técnicos sobre cómo debiera contabilizarse ese ítem.
Pero las presiones llegan desde el propio oficialismo, desde donde varios parlamentarios han insistido que no es conveniente “entregar demasiado”, porque una buena parte de los recursos deben dirigirse a la reactivación, nuevos planes de empleo y estímulos a la inversión, “algo de lo que la oposición no quiere hablar” y que es precisamente la condición que estableció la UDI y Evopoli para seguir con las tratativas.
De este tema se conversó ayer en un almuerzo que sostuvo Briones con los parlamentarios del oficialismo, en donde les detalló el nuevo plan, en el que buscarían introducir la idea de bajar impuestos para lograr ese objetivo, algo que en todo caso, estaba plasmado en el proyecto que semanas atrás presentó Horizontal, pero que es un tema de debate entre los políticos y economistas más ligados a la centroizquierda, que proponen, por ejemplo, más contrataciones en el aparato público, de manera de asegurar ingresos, y por tanto el consumo, como medida reactivadora
Los bandos
Las tensiones son evidentes, aunque los ánimos ya venían caldeados desde antes. La antesala se dio el domingo recién pasado, cuando el senador Carlos Montes le solicitó expresamente al ministro Briones suspender la votación del proyecto que busca apoyar a los independientes, la cual iba a realizarse ayer en la sala de la Cámara Alta, algo a lo que Briones no estuvo disponible, si bien la movió para hoy.
Desde Palacio aseguran que fue el propio gobierno el que estuvo disponible a modificar la iniciativa original, como lo solicitó la oposición, para asegurar que quienes boletean por menos de $500 mil puedan recibir un subsidio. “Este es un sector que no puede seguir esperando. Si se producen cambios en estos días de negociaciones perfectamente se pueden agregar indicaciones”, explica el diputado Guillermo Ramírez.
En eso coincide el senador DC Jorge Pizarro, quien asegura que “el encuentro de ayer fue un buen primer arranque, una buena aproximación y una propuesta en la que se puede avanzar”, dice, negociaciones que continuarán hoy porque “la promesa” es tener un acuerdo pactado para el día viernes.
El ambiente está tenso. Y el acuerdo se puede trizar. Pero no solo por parte de la oposición. El gobierno también está en una posición dura y Briones, dicen, sin mucha paciencia, menos disponible a pactar a toda costa, y más llano a que alguien quede en el camino, o se baje del buque, lo que en la oposición saben que no es sencillo, considerando que son miles los que esperan esta ayuda con urgencia, y bajarse podría ser malinterpretado por la ciudadanía. Eso hace que aún cada cual camine con cuidado, porque en “ambos bandos” recalcan no están disponibles a firmar cualquier cosa.