El gobierno logró la aprobación del proyecto de reajuste al sector público en los términos que planteó el ministro de Hacienda, Rodrigo Valdés desde el ingreso de la iniciativa al Congreso. Es decir, con un reajuste de 3,2%. Sin embargo, la compleja negociación dejó heridas las relaciones entre uno de los hombres fuertes del Ejecutivo y parlamentarios oficialistas.

Tras una reunión que se efectuó en el Congreso a última hora del pasado martes, los parlamentarios oficialistas pidieron que fuera la Presidenta Michelle Bachelet quien definiera el camino a seguir y zanjara las diferencias entre los legisladores oficialistas y el comité político de La Moneda en torno a este proyecto. Ayer la señal de la Mandataria fue clara: entregó un fuerte apoyo a Valdés y definió mantener el reajuste en 3,2%.

Tras esta definición, el comité político se dirigió en masa a Valparaíso para conseguir los votos que restaban para que el nuevo proyecto de reajuste que presentaría el gobierno se aprobara. Finalmente los obtuvo, pero ¿a qué costo?

De hecho -al igual que el primer proyecto ingresado por el gobierno que sufrió un doble rechazo en la Cámara de Diputados y posteriormente en la Comisión Mixta-  éste tampoco contó con el apoyo unánime de los parlamentarios oficialistas.

En esta ocasión, el guarismo de 3,2% fue rechazado por ocho diputados de la bancada DC, tres del PR, dos del PPD y uno del PS. A esto se sumó la abstención de los seis diputados comunistas.

En ese escenario, el ministro Valdés sólo logró su objetivo gracias a la votación de la mayoría de los diputados de la UDI y RN, a quienes convenció con la promesa del envío de un proyecto de ley para crear un comité técnico social que entregue una propuesta de reajuste para el sector público en futuras negociaciones. Esta medida era una de las monedas de cambio que había solicitado la oposición para comprometer su apoyo al proyecto.

Apoyo en La Moneda ¿pero en el Congreso?

La negociación del proyecto reajuste dejó en claro la fuerte influencia del ministro Valdés en La Moneda y principalmente en la Presidenta Michelle Bachelet. De hecho, no pocos en la Nueva Mayoría lo sindican como “el ministro de Interior en las sombras” considerando la casi nula influencia que ha ejercido desde su llegada el titular de dicha cartera, Mario Fernández.

No obstante, la influencia del economista en Palacio no es replicada en el Congreso, donde es sindicado como uno de los responsables del quiebre de la relación entre el comité político de Bachelet –que además componen el ministro Segpres, Nicolás Eyzaguirre; de la Segegob, Marcelo Díaz; y de Interior, Mario Fernández-  y las bancadas oficialistas.

Parlamentarios cuestionaron que Valdés fuese a buscar votos en la oposición y no hiciera los esfuerzos suficientes para lograr un acuerdo en su propia coalición ante lo que consideraron la “tozudez” del jefe de la billetera fiscal en su afán de no moverse de su propuesta de reajuste de 3,2%.

De hecho, aseguran que, en el caso de haber accedido a modificar el guarismo, el gobierno se hubiese evitado la extensión del paro de los trabajadores fiscales y, de esta forma, apaciguado la tensa relación actual entre el poder Ejecutivo y Legislativo que se acrecentó tras la derrota oficialista en la elecciones municipales.

Considerando este escenario, el cambio de gabinete que se realizará en las próximas horas podría variar la conformación del “cuestionado” comité político y, al mismo tiempo, la relación entre La Moneda y el Congreso.

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