Entre los antecedentes que reunió la Fiscalía Centro Norte en la investigación en torno a Rafael Garay, se encuentran dos fichas clínicas del ingeniero comercial.
Una de ellas pertenece a la Clínica Alemana, recinto al que Garay ingresó el día 2 de noviembre de 2015, tras haber caído al suelo mientras tomaba alcohol. Ahí, se golpeó la cabeza en la región occipital izquierda y perdió la consciencia durante 30 segundos.
Según agrega la ficha, una vez que Garay volvió en sí, sus amigos decidieron llevarlo a la clínica donde se determinó como diagnóstico principal traumatismo encefalocraneano y como diagnóstico secundario herida compleja cortante del cuero cabelludo.
Luego de eso se le practicó una tomografía computarizada (TC), que arrojó como resultado examen sin evidencias de complicación traumática cráneo-encefálica. Sin embargo, no se hace ninguna mención al supuesto cáncer cerebral que Garay decía tener.
Luego de ese incidente en la Clínica Alemana, el ingeniero fue dado de alta, bajo reposo en su domicilio por 24 horas y sin practicar deportes por 10 días.
Según el testimonio de su pareja en ese momento, Antonella Torelli, en mayo de 2015 Garay le informó que hace dos años había sido diagnosticado en Tokio de un glioblastoma (tumor) en grado cuatro. En ese momento, según cuenta Torelli que es enfermera del hospital Calvo Mackenna en la Unidad de Oncología, surgieron sus primeros cuestionamientos sobre la veracidad de la enfermedad.
Problemas siquiátricos
Garay llegó hasta la Clínica Siquiátrica San José de forma voluntaria el 24 de marzo de 2015, a las 13:30 horas. De acuerdo a la información que maneja la fiscalía, el ingeniero ingresó por causa de un episodio maníaco asociado al consumo de alcohol. Allí estuvo internado un total de ocho días y fue dado de alta el 1 de abril de 2015 a las 13:40 horas.
En la declaración de Torelli, son varias las alusiones que se hacen al posible trastorno siquiátrico de Garay. De hecho, en su relato ella misma dice estar segura de que “el problema de Rafael era algo psiquiátrico y serio”.
Por lo mismo, la mujer relató a la fiscalía que en cierto momento decidió contactar al médico que atendió a Garay en la Clínica San José: "Conversé con el médico, señalando que Rafael había sido su paciente y que en una oportunidad él le había mandado una foto con un arma, indicándole que se iba a suicidar. Por ello, él fue con Carabineros al departamento de Bellavista, lo sedó y lo internó por dos semanas, me dijo también que había respondido bien al tratamiento y luego de darle de alta continuó con el tratamiento por seis meses", cuenta Torelli.
"Respecto al diagnóstico no lo tenía claro debido a su adicción al alcohol, pero sí tenía claro que padecía un trastorno de ánimo, con rasgos bipolares. Sin embargo, cuando comenzó el tratamiento, Rafael se negó a ser tratado", finaliza Torelli en su declaración.
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