A primera vista, la idea de una alianza estratégica entre la aerolínea Avianca y el gigante de la aviación estadounidense United Airlines suena bastante lógica.

Avianca, basada en Bogotá (Colombia), es la segunda mayor línea aérea de América Latina, después de Latam.

United es la cuarta aerolínea más grande de Estados Unidos, con una red de conexiones global pero con poca presencia en Centroamérica y Suramérica.

Ambas firmas manifestaron su interés en entrar una alianza estratégica a comienzos de año. Pero el negocio, que potencialmente sería uno de los mayores del año para la aviación mundial, está en dificultades por una pelea interna entre los principales socios de Avianca.

Larga historia

Avianca empezó su larga historia empresarial a comienzos de siglo XX y es considerada la segunda línea aérea más longeva del mundo.

En su comienzo se llamó Scadta, y sus principales socios y operadores eran alemanes radicados en Colombia.

Con el tiempo, empresarios locales se adueñaron de la empresa, que por décadas fue la aerolínea bandera de los colombianos.

Pero al comienzo del nuevo siglo, la empresa estaba cerca de la ruina.

Un empresario brasileño-boliviano, Germán Efromovich, compró en 2004 un paquete mayoritario de acciones en Avianca por US$64 millones.

Desde entonces, la aerolínea había venido adelantando un ambicioso plan de expansión y modernización.

Los socios

Uno de los puntales de esa expansión de Avianca fue la unión con la empresa centroamericana Taca en 2009.

El accionista mayoritario de Taca era el empresario de origen salvadoreño Roberto Kriete, quien con la fusión convirtió también a su familia en el segundo accionista en importancia en Avianca, después de Efromovich.

En 2016, los medios internacionales empezaron a informar que Avianca, buscando liquidez, estaba explorando la posibilidad de un negocio con alguna de las grandes aerolíneas de la región, entre las que se citaron frecuentemente a las estadounidenses Delta y United.

A finales de 2016, Avianca anunció que estaba en conversaciones con United para establecer una alianza estratégica. Esta inyectaría capital a la compañía cambio del acceso a sus rutas latinoamericanas.

Efromovich pensó que el negocio estaba listo y el 1 de febrero de este año anunció que United había sido la escogida para la alianza con Avianca.

Pero su socio Kriete sorprendió a todos, atravesándose en el camino del acuerdo.

El 28 de febrero, la agencia Bloomberg reportaba que Kingsland Holdings, empresa controlada por la familia Kriete, había impugnado el negocio entre Avianca y United ante la justicia estadounidense.

Kingsland Holdings asegura en su demanda que los términos de la negociación entre Avianca y United perjudican a los accionistas minoritarios de la aerolínea, según indica Bloomberg.

Kingsland acusa a Efromovich de desplazar recursos de Avianca a otras empresas de su propiedad que sufren dificultades financieras.

Avianca ha dicho, por su parte, que el proceso con United continúa.

Atención no deseada

En una declaración a BBC Mundo, la vocera de Avianca, Gilma Usuga sostuvo que "la negociación, de cara a una alianza estratégica Avianca-United continua desarrollándose".

"Los equipos de trabajo asignados trabajan en los términos en los cuales se desarrollaría el Acuerdo".

Usuaga se abstuvo de hacer referencia a la demanda de Kingsland.

Por el momento, la agria disputa entre los dueños de Avianca no parece estar afectando el funcionamiento de la aerolínea.

"Ni los servicios, ni la calidad ni la filosofía de Avianca va a cambiar", ha dicho a los medios Germán Efromovich.

Pero a medida que se calienta la disputa con la familia Kriete en los estrados judiciales estadounidenses, Avianca puede terminar siendo objeto de atención no deseada en un momento en que se preparaba para la fase final del cortejo con United Airlines.

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