AFP 

El gobierno chino anunció el jueves haber reducido su objetivo de crecimiento de 2015 a "en torno al 7%", una decisión esperada debido a la degradación de la coyuntura y a los esfuerzos de reequilibrio económico de las autoridades.

El primer ministro chino, Li Keqiang, comunicó el nuevo dato al abrir la sesión anual del Parlamento, que se apresta a frenar el aumento del gasto militar.

Con el gobierno inmerso en plena lucha contra la corrupción rampante y el "respeto a la ley" como meta, el trabajo de los 2.907 delegados de la Asamblea Nacional Popular (ANP) van en ese mismo sentido.

En el solemne recinto del Palacio del Pueblo, en la plaza de Tiananmen, Li rebajó además la meta de inflación para 2015 a "alrededor del 3%" frente al 3,5% previo, en un contexto de demanda a la baja y de debilitamiento de las exportaciones, que alimentan las presiones deflacionistas.

Presiones a la baja

El Producto Interior Bruto (PIB) de la segunda economía mundial progresó el año pasado un 7,4%, su nivel de crecimiento más bajo en casi 25 años, por debajo del objetivo de alrededor de 7,5% fijado por el gobierno: 

"En nuestro país, las presiones a la baja sobre la economía se acentúan", incluso si "su capacidad de recuperación, su potencial de desarrollo y su margen de maniobra siguen siendo inmensos", aseguró Li.

La reducción del objetivo oficial de crecimiento se daba casi por descontada entre los expertos, habida cuenta de que el gigante asiático registra desde hace dos años una marcada ralentización de su actividad económica.

En particular, dos motores tradicionales del PIB chino no dejan de perder fuelle: el mercado inmobiliario y el sector de la construcción, mientras las exportaciones se ven afectadas por la mala coyuntura internacional.

En un discurso de más de 90 minutos, (que había sido cuidadosamente revisado por el presidente Xi Jingping, según hicieron saber las autoridades), el jefe de gobierno enumeró el catálogo de objetivos económicos y sociales de China para este año.

Debido a un contexto económico "complicado y difícil" a nivel interno e internacional, este crecimiento más moderado deberá permitir "la edificación de la sociedad de clase media", más orientada hacia el consumo y los servicios, - los nuevos motores de la recuperación-, que hacia los grandes trabajos de infraestructuras, explicó el primer ministro.

Potencia exportadora, "la fábrica del mundo" va a promover "la subida de gama de su comercio exterior", afirmó Li, y favorecerá las inversiones extranjeras "reduciendo a la mitad el número de sectores con acceso restringido".

El país, que también es segunda potencia militar mundial, -solo por detrás de Estados Unidos, atendiendo a su presupuesto de defensa (declarado)- hará en 2015 una ligera pausa, aumentando un 10,1% su gasto militar, frente al 12,2% del año pasado.

Esta restricción se produce en un momento difícil para el Ejército Popular de Liberación, que atraviesa una grave crisis por varios escándalos de corrupción.

Los esfuerzos consagrados a modernizar el ejército empiezan a suscitar una verdadera inquietud entre los países vecinos implicados en conflictos territoriales con Pekín, en especial Japón, que se ha visto obligado a reforzar sus acuerdos de defensa con Washington.

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