Los malos pronósticos económicos para los próximos meses están aterrizándose cada vez más. La Cámara Chilena de la Construcción (CChC) entregó su balance para el año, anticipando que espera una profundización en la caída de la inversión agregada al sector, llegando a 10,5%, la cual se explica por una caída de 9% anual en infraestructura y 13,2% en vivienda. Junto con ello, estima que la tasa de cesantía en el sector podría superar el 12% hacia fines de 2020, equivalente a unos 75.000 empleos menos.

En un comunicado, el gremio llamó a las empresas para "que intensifiquen las medidas de prevención al interior de las obras, de manera de proteger la salud de los trabajadores, el empleo y evitar nuevas paralizaciones, tal como ha ocurrido en el caso de las comunas que se encuentran bajo la cuarentena total dictada por la autoridad".

"Estamos ante un escenario de recesión que podría ser más severo que la crisis subprime de 2009 y la crisis asiática de 1999. Por eso es fundamental que, además de tomar todas las medidas para resguardar la salud de los trabajadores y prevenir contagios de Covid-19, se pueda dar continuidad a las obras en ejecución. Sin nuevos proyectos y con obras detenidas, no hay ingresos y, sin ingresos, la pérdida de puestos de trabajo y la quiebra de empresas se vuelven riesgos posibles", dijo Patricio Donoso, presidente de la CChC.

La cámara enfatizó que se debe proveer "liquidez y acceso a crédito a las empresas, mantener una relación contractual justa y equilibrada con los mandantes, ya sean público o privados, y aplicar las medidas de protección al empleo que existen en la legislación y en la ley recientemente aprobada", dijo al momento de agregar que se debe "crear un marco institucional para una rápida reactivación", con grandes acuerdos para terminar con la incertidumbre.

El gerente de estudios de la Cámara, Javier Hurtado, señaló en conferencia de prensa que la cuarentena en comunas de la región Metropolitana y otras del sur del país, se ha traducido en la paralización de cerca de 350 obras inmobiliarias, pero que, además, a la fecha, hay cerca de 27 proyectos de infraestructura privadas detenidos y 48 obras públicas con algún grado de problema en su continuidad.

Impacto por subsector

Tanto en el subsector de infraestructura, como en el de vivienda, se espera una caída en la inversión privada, pero no así de la pública. En el caso de la infraestructura productiva (incluye empresas privadas y estatales y equivale al 40% de la inversión agregada en construcción) se proyecta una disminución de 23,3% anual, debido a la postergación de proyectos de al menos un trimestre en el inicio de obras y en aquellas no postergadas un menor ritmo de avance (por menor dotación por medidas adoptadas anticontagio).

Esto se verá contrarrestado por el alza de 14,2% en inversión públicas (incluye contratos de obras públicas y concesiones), debido a un mayor presupuesto. Hurtado advierte que, de igual forma, existe "un alto riesgo de subejecución del gasto presupuestado, debido a los efectos de la crisis sanitaria".

En vivienda privada (explica cerca del 28% de la inversión total del sector) se prevé una caída de 17,4% anual por paralización de obras por un tiempo significativo, que se verá contrarrestada por un alza de inversión en viviendas subsidiadas (2,6% anual), debido a un aumento de los recursos destinados a programas habitacionales, como el fondo solidario de elección de vivienda (DS 49) y sistema integrado de subsidios (DS01).

¿Caída de precios?

Ante una caída de la demanda por viviendas -la CChC proyecta una baja entre 20% a 25% a nivel nacional y de 30% en Santiago para este año-, y una posible sobreoferta de unidades, se abre el debate en torno a si se podría esperar una baja en los precios durante este año.

Al respecto, Hurtado explicó que, si bien probablemente los precios no seguirán subiendo a las tasas que veníamos viendo, no debieran verse "muy afectados". Esto, porque la oferta ya venía bajando desde antes de la crisis social debido a los debates normativos que se tomó a la industria durante el año pasado, y con la emergencia sanitaria se profundizó más aún la caída, por la paralización de faenas.

"Entonces, ¿con que nos encontramos? Con que la demanda de bienes terminados, que siempre ha sido poca, pues de toda la oferta es cerca del 10%, ahora va a aumentar un poco, porque puntualmente otras obras van a terminarse más adelante. Sin embargo, como ha caído tan fuerte el inicio de una obra y tan fuertemente la oferta, es muy probable que lleguemos más rápido nuevamente un equilibrio oferta-demanda, con lo cual no afecte suficientemente el precio", dice Hurtado.

Publicidad