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Cuando Ingvar Kamprad de Ikea murió el sábado a la edad de 91 años, ocupaba el puesto n.°8 en el Índice de Multimillonarios de Bloomberg gracias a su control de una fortuna minorista global valorada en US$58.700 millone
Su riqueza ahora se disipará debido a una estructura única establecida por Kamprad para asegurar la independencia y la supervivencia a largo plazo del concepto de Ikea. Kamprad disputó su estatus como uno de los hombres más ricos del planeta, ya que décadas antes había colocado el control del vendedor de muebles más grande del mundo bajo una red de fundaciones y empresas tenedoras.
Los herederos de Kamprad ahora no tendrán control directo de la empresa. Tendrán una fortuna más escasa derivada del grupo familiar Ikano Group, una colección de negocios de finanzas, bienes raíces, manufactura y venta minorista que tenía activos totales por alrededor de US$10.000 millones en 2016. La mayoría de las tiendas Ikea son propiedad de la Fundación Stichting Ingka, una entidad holandesa que tiene el objetivo declarado de donar a obras de caridad y "apoyar la innovación" en el diseño, de acuerdo con sus estatutos de fundación.
La estructura, que Kamprad estableció en la década de 1980, asegura que la empresa con sede en Almhult, Suecia, se quede fuera del control directo de la familia.
Apoyo a la innovación
Las marcas registradas, la marca y el concepto de la compañía quedaron bajo el control final de la Fundación Interogo, con sede en Vaduz, Liechtenstein, cuya filial, Inter Ikea, es el franquiciador internacional de Ikea.
"La Fundación Interogo es administrada por un Consejo de Fundación (Stiftungsrat) que consta de al menos dos miembros y un Consejo de Supervisión (Beirat), compuesto en principio por siete miembros", escribió Anders Bylund, jefe de comunicaciones de Interogo en un correo electrónico del 29 de enero. "Los miembros de la familia Kamprad en los Consejos Supervisores han sido y siempre serán minoría".
Aunque se llama fundación, la misión de Stichting Ingka es solo parcialmente filantrópica. Sus estatutos también permiten que las ganancias se reinviertan en la empresa, según Per Heggenes, máximo ejecutivo de la Fundación Ikea. La fundación se posee a sí misma, por lo que ningún miembro de la familia Kamprad posee acciones.
La estructura fue diseñada para asegurar que Ikea, en su forma actual, sobreviva por largo tiempo a su fundador. Los expertos fiduciarios señalan que la configuración enfatiza la continuidad al imposibilitar que un individuo, ya sea un gerente o un heredero, asuma el control después de la muerte de Kamprad. El Índice de Multimillonarios de Bloomberg atribuyó la fortuna a Kamprad en reconocimiento de su papel como fundador con el control sobre la totalidad de la estructura.
Kamprad "no estaba interesado en el dinero", dijo Heggenes a Bloomberg en 2012. "Eso queda claro por la manera en que estructuró la propiedad".