Por Carla Alonso
Cómo recuperar la alicaída confianza de la ciudadanía en el empresariado, el rol clave que tiene la ética empresarial hoy y la responsabilidad de la universidad en la formación de profesionales que recientemente han estado involucrados en casos que rayan con la ética empresarial. Esos fueron los temas centrales de un panel multidisciplinario que se reunió hoy en el seminario "Ética y responsabilidad empresarial: desafíos para generar y recuperar la confianza", que realizó la Pontificia Universidad Católica (PUC).
Fernando Coloma, ex superintendente de Valores y Seguros y quien fuera precursor de la investigación del caso Cascadas, siguió las ronda de exposiciones desde el público, en primera fila. “En este último tiempo afloró una cierta sensación de abuso, se hicieron públicos casos como La Polar, que han sido bien emblemáticos. Y hoy tenemos un mundo más interconectado y todas estas cosas alcanzan un relieve público mucho mayor que el que podrían haber tenido en otra época”, sostuvo Coloma.
El ex SVS se refirió a las “externalidades negativas” de estos casos de abuso: “Empiezan a cuestionar la economía de mercado y a gente comienza a decir que todos en el mundo financiero se han enriquecido de la misma manera. Se cae en la simplificación (…). Es un tema por el cual existe una profunda preocupación”. El ex superintendente afirmó que “para que funcione bien la economía de mercado uno requiere ciertas bases morales y eso ha surgido con mucha más fuerza este último tiempo, porque han habido excesos manifiestos en esa dirección”.
¿Cómo recuperar la confianza en el empresariado?
La cita comenzó con la exposición de Domènec Melé, profesor de ética empresarial y de los negocios del IESE, España, quien enfatizó que “cada vez hay más evidencia que actuar bien ayuda al éxito de la empresa”. En esa línea, agregó que la “búsqueda del cortoplacismo es otra dificultad para la ética empresarial”.
Entre las dificultades, Melé añadió la “superficialidad en el modo de entender e implementar la ética y la responsabilidad social en nuestras empresas”. Y afirmó que “hay que convencer a la gente que la ética es necesaria, no sólo por reputación corporativa”.
Como telón de fondo se exhibieron los últimos resultados de la Encuesta Bicentenario, sobre la confianza en las instituciones: un 59% dijo que tiene “poca y nada en las empresas” y un 8%, “bastante o mucha confianza”. Eduardo Valenzuela, decano de la Facultad de Ciencias Sociales de la UC, citó dicha encuesta al momento de exponer y sostuvo, respecto de la empresa privada, que “la primera mención es lucro y la segunda explotación”, según el sondeo.
En su argumentación, Valenzuela afirmó que “no tenemos una ética empresarial significativa hoy”. Y explicó que existe un problema de confianza en la empresa chilena: “Hay que estudiarlo mejor si queremos tener un desarrollo económico en el futuro”.
Lo siguió Ricardo Capponi, médico de la UC y siquiatra de la Universidad de Chile, quien en su exposición advirtió que “la ciudadanía exige una ética del siglo XXI y el empresariado está pegado en una ética del siglo XX”. En esta línea, advirtió que el problema ético “es un problema de actitud, no se está cumpliendo con la ética de las nuevas generaciones”.
Otro de los participantes fue el empresario Rolando Medeiros, CEO de Elecmetal, quien sostuvo que “en la base de los casos de malas prácticas está la idea de la empresa como agente meramente económico”. Medeiros dijo que se requiere un nuevo tipo de ética empresarial y que “difundir las buenas prácticas empresariales es el mejor antídoto contra las malas prácticas”.
Ética profesional con más fuerza en las aulas
En la cita, José Miguel Sánchez, decano de la Facultad de Ciencias Económicas y Administrativas de la UC -que organizaba el evento junto a la Facultad de Teología-, respondió una pregunta incómoda: el rol de la universidad en la formación de la “generación dorada” de la UC, y que hoy algunos están involucrados en casos de abusos económicos.
José Miguel Sánchez fue claro: “No nos corresponde atribuirnos los problemas éticos de profesionales que pasaron 5 o 6 años con nosotros”. Pero explicó que “aprovechamos que estamos en reforma curricular para hacernos cargo de estos temas (…). Queremos propiciar un actuar ético, que requiere pensar éticamente”, añadió, a la vez que aclaró que “la gran mayoría de nuestros profesionales han trabajado virtuosamente”.
Coloma, académico de la facultad, enfatizó que “esto debe precipitar la reflexión de cómo podemos elevar este tema desde la universidad, en nuestros programas y discusión. Estamos en un proceso que quiere aprovechar la oportunidad… e introducir el tema ético de manera mucho más transversal y no dejarlo sólo al amparo de un sólo curso”.
Pero le quitó peso a su casa de estudios: “Uno no puede autoflagelarse y decir 'somos los responsables'. Creo que no corresponde, pero sí cómo poder hacer mejor las cosas”. Desde su perspectiva, los últimos casos de abusos económicos “más allá de lo lamentable que han sido, han sido también una oportunidad para mejorar nuestra formación, en lo que nos corresponde”, afirmó el ex SVS.