Contexto general. El debate que se ha dado por el proyecto de impuestos verdes que el gobierno pretende presentar antes de fin de mes, ha tenido su foco en el Impuesto Específico a los Combustibles (IEC). Pero también son parte de la discusión los impuestos a las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI).
- Este sistema de tributación corresponde al artículo 8° de la Ley 20.780, correspondiente al Impuesto Verde, que fue implementado en 2017. Con esto, se estableció la existencia de un impuesto anual a beneficio fiscal que grava las emisiones al aire de material particulado (MP), óxido de nitrógeno (NOx), dióxido de azufre (SO2) y dióxido de carbono (CO2), producidas por establecimientos cuyas fuentes fijas, conformadas por calderas o turbinas, individualmente o en su conjunto, sumen una potencia mayor o igual a 50 MWt.
- A partir de este año, entrarán en vigencia dos modificaciones al impuesto verde. Estas buscan principalmente establecer un gravamen en función de aquellas emisiones efectivas, independientemente del tamaño o características de la tecnología y la estacionalidad operativa de las fuentes.
- Según el Quinto Informe Bienal de Actualización ante la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre Cambio Climático, del Ministerio del Medio Ambiente, en 2021 (cinco después de que la ley entró en vigencia), la recaudación de los impuestos verdes sobre emisiones de fuentes fijas totalizó US$ 186,1 millones.
- Durante 2019, la industria termoeléctrica aportó el 94% del total de impuestos recaudados en esta materia, según la información del Ministerio del Medio Ambiente.
- Del total de emisiones de CO2 emitidas en Chile en 2020, el 28% corresponde a industrias de la energía [ver gráfico].
Propuesta. Dentro del plan tributario que tenía inicialmente el Presidente Gabriel Boric respecto a este tema, proponía aumentar gradualmente el impuesto al CO2 desde US$ 5 a US$ 40 por toneladas de CO2 y ampliar su alcance abarcando distintas fuentes de emisión.
- En la Comisión de Hacienda de la Cámara de Diputados, el ministro del ramo, Mario Marcel, explicó que “el objetivo de los impuestos correctivos no es recaudar. Su finalidad es incidir sobre el comportamiento de las personas y las empresas por la vía de modificar determinados precios. Por esa razón, acotó, este proyecto combina impuestos, subsidios y beneficios tributarios para incentivar las conductas deseadas”.
- El gobierno buscaría entonces una reducción del uso de combustibles fósiles y en particular de la generación a carbón, gas natural y diésel.
Por qué importa. Una de las preocupaciones que ha surgido es que un aumento en este impuesto podría tener un impacto en el precio de la energía en Chile. Expertos coinciden en que dicho impacto dependerá de si el impuesto se incorpora en la determinación del costo marginal de generación eléctrica o, si en cambio, se mantiene como hoy (excluyéndose en tal cálculo).
- La relevancia de esta diferencia es que, en el primer caso, el resultante mayor costo marginal reduciría directamente el despacho de energía termoeléctrica y por lo tanto, la emisión de gases de efecto invernadero.
- Este mayor costo marginal se traduciría en mayores precios de la energía. En caso contrario -esto es si el impuesto no se incorpora al costo marginal-, el impacto sobre energía termoeléctrica y emisión de gases de efecto invernadero sería muy menor.
- En este sentido, el gerente general de la consultora Valgesta Energía, Ramón Galaz, explica que “si yo internalizo el impuesto, lo declaro como costo variable y, por lo tanto, me marca el marginal, esa señal de precio del sistema aumenta. Y si aumenta, eso va a ir a precio, va a ir a contrato y en consecuencia, todos los precios suben”.
- “Pensar que esto no tiene efectos es un grave error, o sea, aumentar el impuesto va a tener un efecto a nivel de los precios de la energía y va a tener un efecto también a nivel de las cuentas eléctricas”, agrega Galaz.